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Galdós (citas sobre Benito Pérez Galdós)

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Recopilación de citas relevantes sobre Galdós y su obra

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  • «Abundan en la buena sociedad los adulterios, que Echegaray en muchos dramas, y Galdós en Realidad, han utilizado con diferente criterio. Porque, acostumbrados los abonados a perdonar como el Orozco de don Benito, prefieren ver en la escena lo que no se han atrevido a hacer: pegar el tiro echegarayesco a los adúlteros».[1]
  • «A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, España conoció a una generación de escritores portentosos que fueron los maestros de nuestro pensamiento. Yo conocí a la mayoría, conocí incluso al gran Galdós, del que más adelante adaptaría Nazarín y Tristana, mayor que los otros y de otra escuela. A decir verdad, solo lo vi una vez, en su casa, muy viejo y casi ciego, al lado del brasero, con una manta en las rodillas».[2][3] [...] «Conservé lo esencial del personaje de Nazarín tal como está desarrollado en la novela de Galdós, pero adaptando a nuestra época ideas formuladas cien años antes, o casi».[3]
  • «Como los revolucionarios, con quienes le tocó convivir y que fueron sus amigos, Giner a la cabeza, Galdós es profundamente religioso, pero no católico; hondamente cristiano, pero furibundo anticlerical».[4]
  • «Concretamente, él es quien incorpora e la novela las promesas, soliviantos y desengaños que acompañan al movimiento revolucionario; y al hacer eso radicaliza, por así decirlo, la ficción novelesca, inyecta en ella una tensión ideológica que no es sino reflejo de la radicalización que se ha producido en el mundo real y que el propio novelista siente con aguda intensidad».[5]
  • «Con su modestia en vestir corría pareja la frugalidad, nunca quebrantada, de la comida. Comió siempre poquísimo y sin ninguna complicación ni variedad. De todos los alimentos, era la fruta el que mayor deleite le causaba. Hasta las últimas complicaciones de su uremia, próximas a la muerte, gustó los plátanos de su tierra, con las harinas que fueron el primer alimento de su niñez».[6]
  • «Él abre esa puerta a los locos, a los ventilados de la ciudad, que te puede inducir literariamente hablando a un larvado surrealismo».[7]
  • «El más atrevido, el más avanzado, por usar una palabra muy expresiva de estos novelistas, y también el mejor, con mucho, de todos ellos, es Benito Pérez Galdos [...] Galdós no es, ni con mucho, un revolucionario, ni social ni literario: ama la medida en todo, y quiere ir a la libertad, como a todas partes, por sus pasos contados».[8][9][8]
  • «En los libros de Galdós hay un tesoro, un caudal léxico; giros, palabras, idiotismos corrientes; formas, ya canallescas, ya amaneradas; la oratoria de la plebe, la jerga parlamentaria o política, lo pasajero y lo estratificado del idioma».[10]
  • «Es indudable que Galdós se formó intelectualmente en un ambiente krausista. Cuando inició sus estudios en la Universidad Central, en 1862, Sanz del Río estaba en la plenitud de su influencia y de sus poderes intelectuales. El catedrático para quien Galdós siempre guardó el más caluroso afecto fue Fernando de Castro, que había sido discípulo de Sanz del Río. Galdós mantuvo sus vínculos con el krausismo más allá de la Universidad, ingresando en el Ateneo en 1865. El krausismo era la ideología dominante en la docta corporación en la década de los sesenta. Como ha señalado Antonio Ruiz Salvador, el krausismo pronto evolucionó bajo la influencia del ambiente polémico del Ateneo, hasta convertirse en un programa político que preconizaba la reforma en España por vías legales y pacíficas, la democracia, la tolerancia, y la libertad de pensamiento, expresión y asociación. A juzgar por los artículos políticos que escribió Galdós para La Nación en los años 1865-1866 y 1868, este programa dejó imborrables huellas en su pensamiento».[11]
    • Eamonn Rodgers
  • «...este hombre, vejado injustamente, ha revelado España a ojos de los españoles, que la desconocían; este hombre ha hecho que la palabra ESPAÑA no sea una abstracción, algo seco y sin vida, sino una realidad; este hombre ha dado ideas y sentimientos que estaban flotantes, dispersos, inconexos, una firme solidaridad y unidad; este hombre, a través de su vasta, inmensa obra, a lo largo de numerosos volúmenes que han salido de su pluma, ha ido haciendo lo que Menéndez y Pelayo ha hecho análogamente en otro orden de cosas: ha reunido en un solo haz, en una sola corriente, la muchedumbre de "sensaciones" que andaban dispersas, que han sido creadas parcialmente, fragmentariamente en tiempos diversos».[12][13] «Galdós, en el siglo XIX, en plena posesión de su personalidad, crea un paralelismo del Quijote».[14] [...] * «Don Benito Pérez Galdós, en suma, ha contribuido a crear una conciencia nacional: ha hecho vivir España con sus ciudades, sus pueblos, sus monumentos y sus paisajes».[12]
  • «Galdós es el mejor escritor en lengua española después de Cervantes... su mayor éxito es haber conseguido que sus personajes huelan a garbanzos, que es a lo que olía, exactamente, la sociedad de su tiempo». [...] «El idioma de Galdós es el lenguaje corriente, sencillo, lenguaje impregnado de las inflexiones, el tono y las resonancias de la palabra hablada; al tiempo de leerlo sentimos la impresión de estar escuchándolo y de oírlo con el acento y hasta el volumen que cada palabra tendría si estuvieran diciéndola a nuestro lado...».[15][10]
  • «[Galdós] es el primer escritor español que introduce a todo riesgo las mujeres en su mundo» [...] «La historia, las historias que cuenta Galdós, lo son de una vida arrolladora. Una vida arrolladora que se pierde y deshace en historias, que se desangra en ellas literalmente».[16]
  • «Galdós inventó un formato narrativo en el último tercio del siglo XIX que es transitable en el siglo XXI».[7]
  • «Galdós es el novelista que corresponde a la burguesía española en su etapa ascensorial, la ideología galdosiana, como su estimativa, son burguesas; sus héroes son los ingenieros, portadores de libertad y progreso».[17][...] Los españoles solemos admirar el volumen de lo escrito por Galdós, pero las escasas narraciones de Alas tienen una calidad muy superior[18] [Galdós] no es un gran escritor, aunque no es tan malo como suele decirse».[19]
  • «[Galdós] trató obstinadamente de armonizar todos los conocimientos de todo orden en una interpretación de la naturaleza humana como parte integrante de una idea más amplia de la naturaleza total».[17]
    • Sherman H. Eoff
  • «Liberalismo, siglo XIX, España, Galdós: he aquí términos indisolubles o al menos rigurosamente homologables».[17]
  • «Los últimos años de Galdós fueron para este un continuo tormento. Recogido en el hotel madrileño de su sobrino, José Hurtado de Mendoza, pobre enfermo y solo, los capítulos postreros de la novela de su vida han tenido una honda emoción de tristeza y orfandad. Y nadie mejor que yo lo sabe, pues he sido testigo de ellos, y no pocas veces he compartido con el maestro la terrible amargura de su soledad».[20]
  • «Si se perdiera todo el material histórico de esos años —el siglo XIX—, salvándose la obra de Galdós, no importaría. Está ahí completa, viva, real, la vida de la nación durante los cien años que abarcó la garra del autor».[3]
  • «Solo un escritor, Pérez Galdós, ha desentrañado el burbujeo de los gérmenes de la España capitalista que se nos echa encima. En su libro Mendizábal abundan los brochazos en que los ojos del novelista más se han fijado en la patria de hoy, que en la de nuestros abuelos».[21]
  • «Trabaja habitualmente desde las siete de la mañana a las doce o la una, en cosas originales: por término medio escribe de ocho a veinte cuartillas grandes. Las manda en seguida a la imprenta y por la tarde corrige, o mejor dicho, rehace completamente lo escrito, quitando y tachando por lo general; añadiendo, raras veces».[22][6]
  • «Un grave deber episcopal me obliga a dirigirme a Vuestra Excelencia con una petición. Se trata de lo siguiente: El Cabildo Insular de Gran Canaria ha comprado la casa nativa de don Benito Pérez Galdós, y se propone erigir en ella el “Museo Pérez Galdós” con los originales de sus obras y enseres que para ello ha adquirido. [...] Es decir, que en la Ciudad, Capital de nuestra Diócesis, y cuna de tantos hijos ilustres, se le va a rendir el singularísimo honor de convertir en museo su casa nativa, precisamente al autor de obras cuyo sectarismo anticlerical y heterodoxo le constituyó en el portaestandarte y símbolo de una de las más inicuas e infames campañas perpetradas a principios de siglo en España contra la Iglesia católica, en dos de sus entidades predilectas, el Clero y las Órdenes Religiosas. […] Un autor cuya obra literaria es la menos canaria imaginable, y a la que Canarias nada debe, porque su autor jamás describe su tierra nativa, ni la cita jamás en ellas (monstruoso caso de excepción en la Historia de la Literatura Universal), y, desde luego (que es lo que más importa), una de las obras literarias más sectarias, nocivas y contrarias al catolicismo y a sus instituciones predilectas, que registra la Historia de la Literatura Española...».[23]

Referencias

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  1. Dougherty, D. 1983. Un Valle-Inclán olvidado: entrevistas y conferencias, p. 100. Madrid, Fundamentos. Román Gutiérrez, María Isabel. «El tema del honor y la renovación teatral española.» EN: Crespo Matellan, S. et al. «Teoría y análisis de los discursos literarios: Estudios en homenaje al profesor Ricardo Senabre Sempere», p. 365. Acta Salmanticensia: Estudios filológicos, Número 324. Universidad de Extremadura; Ediciones Universidad de Salamanca, 2009. ISBN 9788478002863.
  2. En Mi último suspiro, Editorial Debolsillo (citado por Zurro)
  3. 3,0 3,1 3,2 "Pérez Galdós, el único autor al que respetó (y envidió) Luis Buñuel". Zurro, Javier. El Español.31.10.2019.
  4. Galdós, I. Aparici Llanas (1982), p. 120.
  5. Hacia el 98: literatura, sociedad, ideología. Madrid: Ariel, 1972, p. 30. Lanzuela Corella, M.ª Luisa ."La literatura como fuente histórica: Benito Pérez Galdós. Actas XIII Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas (Tomo II)", [ p. 261. Recogido por: Egido, Aurora y César Antonio Molina. Actas de los congresos de la AIH. ISBN 84-690-1615-6. CVC
  6. 6,0 6,1 "Galdós, íntimo" La Lectura, XX, 1920, p. 71.
  7. 7,0 7,1 García Pinacho, María del Pilar. «Galdós en 1904: “Contra paciencia, acción; contra miseria, bienestar”.» EN: VII Congreso Internacional Galdosiano/Sección I. Textos galdosianos del siglo XX. Congresos Internacionales de Estudios Galdosianos.
  8. 8,0 8,1 Aparici Llanas (1982), p. 106.
  9. En referencia a los novelistas de la generación del 68. En "El libre examen y nuestra literatura presente" En: La Revolución de 1868, pág. 392.
  10. 10,0 10,1 "Ángel Guerra". Nuevo Teatro Crítico, í, vi" en «Aportaciones al estudio del lenguaje coloquial galdosiano» (agosto 1891), pp. 57-58. Citado por Lassaletta, Manuel C. , p. 13. Ínsula. Madrid, 1974. CVC
  11. Rodgers, Eamonn. «El Krausismo, piedra angular de la novelística de Galdós», pp. 241-242, 252-253. Boletín de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, núm. 62 (enero-diciembre 1986), pp. 241-253. CVC
  12. 12,0 12,1 En El Sol del 04.01.1920 Biblioteca Nacional de España.
  13. El Sol, 4 de enero de 1920. Ver bne.
  14. Cervantes y Galdós Azorín parte de la primera novela dialogada de Galdós, Realidad (1890), respecto a la cual señala «En esta obra hay que renunciar a señalar las frases felices y rasgos inspirados porque sería necesario señalarlo todo».. Citado por Rubio Cremades, Enrique. «Anotaciones y acotaciones de Azorín a los textos de Galdós.» CVC
  15. "Lenguaje y técnica de Galdós", en Cuadernos Hispanoamericanos, 80 (1958), p. 42. Citado por Lassaletta.
  16. Zambrano, María. La España de Galdós. Ediciones Endymon, 1989. ISBN 84-7731-035-5. Citado por María Luisa Maillard en María Zambrano: La literatura como conocimiento y participación. 1997. Universitat de Lleida, ISBN 848409698X, 9788484096986
  17. 17,0 17,1 17,2 "Revalorización de Galdós", Del 98 al Barroco. Ed.l Gredos, 1969, Oleza, Joan. pág. 228. «Galdós y la ideología burguesa en España: de la identificación a la crisis.» La novela del XIX: del parto a la crisis de una ideología, Valencia, Bello, 1976, pp. 89-137.] CVC
  18. Durante el acto de presentación en Barcelona de su libro Quizá nos lleve el viento al infinito (Plaza y Janés, 1984).Delclós, Tomàs. «Torrente Ballester describe en su última novela un robot que muere clamando al cielo.» 23 de marzo de 1984. El País
  19. Panorama de la literatura española (1956). Del Arcipreste de Hita a Pedro Salinas, Recogido por Gilman, Stephen. p. 126. Universidad de Salamanca, 2002. ISBN 9788478008568.
  20. "El terrible “tormento” de Galdós en sus últimos años de vida: Pobre, enfermo y solo".Israel Viana, en ABC del 12.08.2018
  21. Hacia otra España, p. 218. Galdós: The Mature Thought, Dendle, Brian J. (en inglés). p. 47. University Press of Kentucky, 2015. ISBN 9780813162775.
  22. Navarro Ledesma..., p. 325. Editorial: Alfaguara, 1968.
  23. Carta de Pildain (obispo de Canarias entre 1936 y 1966) a Franco escrita el 20 de julio de 1959, con motivo de la próxima apertura de la Casa-Museo Pérez Galdós. González, Franck; Casa-Museo Pérez Galdós. «La Casa-Museo Pérez Galdós, apuntes sobre su historia (1954-1962)», p. 42 (pdf). EN: Arencibia, Yolanda; Gullón, Germán; Galván González, Victoria et al. (eds.) (2018): La hora de Galdós, pp. 35-50. Cabildo de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria, ISBN: 978-84-8103-888-0. Casa-Museo Pérez Galdós. Consultado el 18 de noviembre de 2019.