Solos de Clarín
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Solos de Clarín (1881) es un antología de la obra periodística, de entre 1876 y 1880, de Leopoldo Alas, Clarín.[1]
Citas
[editar | editar código]«Cavilaciones»
[editar | editar código]- «Comenzar a vivir procurando el aplauso de las gentes, no es dar pruebas de necio. La necedad está en insistir».[3][2]
- «El desencanto que sufren los necios cuando se acercan al hombre grande y ven su pequeñez, se parece al del niño que sube a la cumbre para coger la luna y ve que la luna está mucho más alta».[4]
- «El hombre tiene una razón que le dicta los principios y las leyes de la realidad. Pero ignora si la realidad está conforme con la razón. Es como el reloj, que señala la hora, pero no sabe qué hora es».[4]
- «Hay muchos que creen imitar el estilo de Víctor Hugo, cuando en realidad sólo imitan el de sus traductores».[5][2]
- «Las lecciones del mundo están escritas en un idioma del que no se puede traducir nada; el de la experiencia. El inexperto las sabe de memoria, pero no las entiende».[2]
- «Mucho más grande que no admirar nada es no despreciar nada».[4][2]
- «Puede haber un autor tan magnánimo que te perdone el mal que hayas dicho de sus obras; pero ese mismo acaso no te perdone el bien que digas de las obras de sus émulos».[2]
«Del teatro»
[editar | editar código]- «Es cierto que Víctor Hugo, a pesar de su genio inmenso, está muy lejos de valer como crítico cosa que pueda compararse a lo que vale como poeta; Zola, cuyas novelas, a pesar de grandes defectos, revelan que son obras de un ingenio muy fuerte y profundo, llega con sus artículos de crítica al más superficial positivismo, y entre muchas observaciones agudas y acertadas escribe muchas vulgaridades de adocenado experimentalista. Entre nosotros, Campoamor ha tratado de fundar escuela, la escuela de la poesía prosaica, y no ha conseguido más en ese punto que demostrar, primero, que defiende una mala causa, y segundo, que la defiende con un gran ingenio».[6]
- Fuente: «Del teatro», Solos de Clarín, Madrid, Alianza, 1971, pp. 50-64.
«La crítica y los críticos»
[editar | editar código]- «[...] Criticar es murmurar, cortarle un sayo al lucero del alba, y eso no se necesita aprenderlo. Si esto no es verdad, por lo menos así lo entiende el público; si quieres que te consideren como crítico de pelo en pecho, da de firme. [...] Entre los envidiosos tendrás los más decididos y entusiastas partidarios. Aunque la envidia sea para ti pecado feo, del que jamás te hayas contaminado; pero Dios te libre de desdeñar los elogios de la envidia: por más que te repugne vivir entre los de esa ralea. No niegues tu mano ni tus sonrisas en el compadrazgo de las letras a los que te quieren porque pegas a sus enemigos; ¡ay de ti si los envidiosos sospechan que no eres de los suyos!
Podrá suceder que hables mal de las obras literarias porque te parezcan malas; acaso te guíe el puro interés del arte; pero la satisfacción de la conciencia que esto te reporte guárdala para ti, y aunque no seas malicioso ni pendenciero, no lo niegues cuando te lo llamen; ¡pobre crítico, si te tienen por candoroso y por inocente! Si has has de vivir en el mundo tienes que vivir entre gente de mala voluntad, y harto harás con no llegar tú a ser uno de tantos. [...] Pero también los hay de otra clase, de la clase de los benévolos; éstos son peores, y de ellos te hablaré otro día».[7]- Fuente: «La crítica y los críticos», Solos de Clarín, Madrid, Alianza, 1971, pp. 25-29.
«Mar sin orillas (Echegaray)»
[editar | editar código]Citas sobre la obra
[editar | editar código]- «¿Quién no ha oído su clarín de guerra, ya en son de batalla, ya entonando marcha triunfal? ¿Quién no sabe que D. Leopoldo Alas es escritor a la vez elegante y profundo, ya severo y preciso, ya agudo y epigramático, y siempre de levantado pensamiento, amante de la ciencia y noble en sus propósitos? Nadie que circule por las plazas o callejuelas de la literatura moderna lo ignora, que en los sitios principales de la ciudad del arte se habrá encontrado con mi buen amigo (...)».[9]
- José Echegaray
- Fuente: «Prólogo». Solos de Clarín (1881)
Referencias
[editar | editar código]- ↑ Clarín, Leopoldo Alas; Oliva Lucas, Luis Miguel y Antonio Checa Godoy (eds.). «Introducción». Solos de Clarín. Ediciones Alfar S.A., 2021. ISBN 8478988866, 9788478988860. En Google Libros. Consultado el 5 de mayo de 2021.
- ↑ 2,0 2,1 2,2 2,3 2,4 2,5 2,6 2,7 Alas (1881), p. 63. Consultado el 10 de noviembre de 2020.
- ↑ Alas (1881), p. 71. Consultado el 5 de mayo de 2021.
- ↑ 4,0 4,1 4,2 4,3 Alas (1881), p. 70. Consultado el 8 de mayo de 2021.
- ↑ Djembé, Gonzalo G. «Donde inicia el Titanic». El Trujamán. Revista diaria de traducción. 19 de noviembre de 2004. Centro Virtual Cervantes. Consultado el 10 de noviembre de 2020.
- ↑ «Solo de Clarín, 3. Del teatro». Rinconete. 16 de mayo de 2001. Centro Virtual Cervantes. Consultado el 8 de mayo de 2021.
- ↑ León Gómez, Sergio. «Solo de Clarín, 5. "1. La crítica y los críticos"». Rinconete. 25 de abril de 2001. Centro Virtual Cervantes. Consultado el 8 de mayo de 2021.
- ↑ Alas (1881), p. 118. Consultado el 10 de noviembre de 2020.
- ↑ Martínez Cachero, José María.«Atendido, respetado Clarín (en sus días y en España)». Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Consultado el 11 de noviembre de 2020.
Bibliografía
[editar | editar código]- Alas, Leopoldo (1881). Solos de Clarín. Madrid, Alfredo de Carlos Hierro. En Centro Virtual Cervantes.