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Émile Zola

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Émile Zola
«La verdad ya está en marcha; ya nada puede detenerla».
«La verdad ya está en marcha; ya nada puede detenerla».
Véase también
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Émile Zola (París, 2 de abril de 1840 –ibidem, 29 de septiembre de 1902) fue un novelista y dramaturgo francés.

  • «El novelista está formado por un observador y un experimentador».[1][2]
  • «El talento no se enseña, crece en el sentido que le place».[3]
  • «Era casto en palabras como esos borrachos que jamás hablan del vino aunque lo ingieren constantemente».[4]
  • «Emancipar a la mujer es excelente; pero habría ante todo que enseñarle el uso de la libertad».[5]
  • «La realidad y la miseria me oprimen y, sin embargo, sueño todavía».[6]
  • «Las únicas obras grandes y morales son las obras de verdad».[7][8]
  • «La verdad ya está en marcha; ya nada puede detenerla».[9]
  • «Mientras tenga aceite, un escritor no se muere de hambre».[10]
  • «No hay nada que desconcierte más a un espíritu que una instrucción inconexa: lo vuelve vano y presuntuoso».[11]
  • «¡Qué bribones, las personas honradas!».[12]
  • «Saber a dónde se quiere ir está muy bien; pero además hay que mostrar que se va».[13]

Citas sobre Zola

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  • «El buen Zola, atleta, sudoroso y pesado, llamaba a sus contemporáneos los novelistas naturalistas franceses, los “Gigantes”. ¡Qué ilusión! Estos gigantes eran los Goncourt, de una insignificancia que a veces llega a la imbecilidad, y Alfonso Daudet, con su vitola de comiquillo y sus obras mediocres, comida francesa, endeble, aunque bien condimentada. Estos pobres gigantes de que habla Zola se han puesto tan flácidos con el tiempo y se han encogido tanto que ya nadie los distingue, ni siquiera como enanos».[18]

Véase también

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Referencias

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  1. Ortega (2013), pp. 2900-1.
  2. Bartra (1994), p. 335.
  3. Emilio Zola: Crítica social. Émile Zola, Cristóbal Litrán, Escuela Moderna (Barcelona), 1916. Página 121.
  4. Ortega (2013), p. 2083.
  5. Bartra (1994), p. 335.
  6. Ortega (2013), p. 3539.
  7. Caudet, Francisco. Zola, Galdós, Clarín: el naturalismo en Francia y España; ed. UAM 1995; p. 48. ISBN 9788474775495.
  8. De Germinal. Contexto: «... El observador y el experimentador son los únicos que trabajan en la pujanza y felicidad del hombre, en devolverle poco a poco el señorío de la naturaleza. No hay nobleza, dignidad, belleza ni moralidad si se pretende, se miente, se finge que somos algo más que un aumento del error y la confusión. Por eso las únicas obras grandes y morales son las obras de la verdad». En Germinal (trad. Mariano García Sanz); p. 39. Ediciones de la Torre, 1985; ISBN 9788485866847.
  9. Bartra (1994), p. 335.
  10. Ortega (2013), p. 2063.
  11. Ortega (2013), p. 2313.
  12. Bartra (1994), p. 335.
  13. Bartra (1994), p. 335.
  14. Bartra (1994), p. 335.
  15. Ortega (2013), pp. 416 y 3963.
  16. Crítica social. Casa Editorial Publicaciones de la Escuela Moderna, 1916; Escuela moderna (Hospitalet de Llobregat, Spain). p. 106.
  17. Bartra (1994), p. 335.
  18. Baroja, Pío (1.ª ed. 1977). Juventud y egolatría. Taurus. p. 84.  ISBN 8430641009. menciones en GLibros.

Bibliografía

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