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Albert Camus

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Albert Camus
«Cuán duro, cuán amargo es llegar a ser hombre».
«Cuán duro, cuán amargo es llegar a ser hombre».
Véase también
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Albert Camus (Mondovi, Argelia, 7 de noviembre de 1913-Villeblevin, Francia, 4 de enero de 1960) fue un escritor francés, permio Nobel de Literatura en 1960.

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  • «Adquirimos la costumbre de vivir antes que la de pensar».[1]
  • «Cuán duro, cuán amargo es llegar a ser hombre».[2]
  • «El deber es lo que esperas de los demás».[3]
  • «El consuelo de este mundo es que no hay sufrimientos permanentes».[4]
  • «En medio del invierno aprendí por fin que había en mí un verano invencible». [Au milieu de l'hiver, j'apprenais enfin qu'il y avait en moi un été invincible.][5]
  • «En política son los medios los que deben justificar el fin».[6]
  • «Hacer sufrir es la única manera de equivocarse».[8]
  • «Hasta en la destrucción hay un orden, hay límites».[9]
  • «Hay una ambición que deberían tener todos los escritores: ser testigos y gritar cada vez que se pueda y en la medida de nuestro talento, por quienes se hallan en servidumbre».
  • «La amistad es la ciencia de los hombres libres».[11]
  • «La luz de la belleza es la de la verdad».[14]
  • «La necesidad de tener razón: señal de espíritu vulgar».[15]
  • «Los artistas piensan según las palabras. Los filósofos, según las ideas».[18]
  • «Los que aman de verdad la justicia no tienen derecho al amor».[19]
  • «Los que escriben con claridad tienen lectores; los que escriben oscuramente tienen comentaristas».[20]
  • «No es el sufrimiento del niño lo que subleva, sino el hecho de que no esté justificado».[21]
  • «No es vergonzoso preferir la felicidad».[22]
  • «No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio».[23]
  • «No, no soy existencialista».[24]
  • «No ser amado es una simple desventura; la verdadera desgracia es no amar».[25]
  • «Para la mayoría de los hombres la guerra es el fin de la soledad. Para mí es la soledad infinita».[26]
  • «Para la prensa, como para el hombre, la libertad sólo ofrece una posibilidad de ser mejor; el servilismo no es más que la certidumbre de ser peor».[27]
  • «Personalmente, no puedo vivir sin mi arte. Pero jamás he puesto ese arte por encima de cualquier cosa».[24]
  • «¿Quién necesita piedad, sino aquellos que no tienen compasión de nadie?».[28]
  • «Si el mundo fuera obvio, el arte no existiría. El arte nos ayuda a penetrar la opacidad del mundo».[29][30]
  • «Si existe un pecado contra la vida, consiste tal vez no tanto en desesperarse de ésta, sino en esperar otra vida y eludir la implacable grandeza de la presente».[31]
  • «Sólo los resistentes tienen la última palabra».[32]
  • «Uno no puede ponerse del lado de quienes hacen la historia, sino al servicio de quienes la padecen».[34]

Reflexiones filosóficas y discursos

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  • «El hombre es así, mi querido señor; tiene dos caras; no puede amar sin amarse».[36]
  • «El papel de escritor es inseparable de difíciles deberes. Por definición no puede ponerse al servicio de quienes hacen la historia, sino al servicio de quienes la sufren. Si no lo hiciera, quedaría solo, privado hasta de su arte. Todos los ejércitos de la tiranía, con sus millones de hombres, no le arrancarán de la soledad, aunque consienta en acomodarse a su paso y, sobre todo, si en ello consiente. Pero el silencio de un prisionero desconocido, abandonado a las humillaciones, en el otro extremo del mundo, basta para sacar al escritor de su soledad, por lo menos, cada vez que logre, entre los privilegios de su libertad, no olvidar ese silencio, y trate de recogerlo y reemplazarlo para hacerlo valer mediante todos los recursos del arte».[24]
  • «En cierto punto de su camino el hombre absurdo es solicitado. La historia no carece de religiones ni de profetas, ni dioses. Se le pide que salte. Todo lo que puede responder es que no comprende bien, que es no es evidente. No quiere hacer, precisamente, sino lo que comprende bien. Le aseguran que eso es pecado de orgullo, pero no entiende la noción de pecado; que quizá el infierno está al final, pero no tiene bastante imaginación para representarse ese extraño porvenir; que pierde la vida inmortal, pero eso le parece fútil».[37]
  • «Fue en España donde mi generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, que la fuerza puede destruir el alma, y que a veces el coraje no obtiene recompensa».[38]
  • «No se trata de saber si persiguiendo la justicia lograremos preservar la libertad. Se trata de saber que, sin la libertad, no realizaremos nada y perderemos a la vez la justicia futura y la belleza antigua».[39]
  • «No ignoramos que todas las iglesias están contra nosotros, un corazón tan tenso se sustrae a lo eterno y todas las iglesias, divinas y políticas, aspiran a lo eterno. La dicha y el valor, el salario y la justicia son para ellas fines secundarios. Proporcionan una doctrina y hay que consentir en ella. Pero yo nada tengo que ver con las ideas de lo eterno. Puedo tocar con la mano las verdades a mi medida. No puedo separarme de ellas. Por eso no se puede fundar nada en mi: nada del conquistador perdura, ni siquiera sus doctrinas».[40]
  • «No puedo comprender lo que sería una libertad que me fuera dada por un ser superior. He perdido el sentido de la jerarquía. No puedo tener la libertad sino el concepto de prisionero o del individuo moderno en el seno del Estado. La única que conozco es la libertad de espíritu y de acción. Esta privación de esperanza y de porvenir significa un acrecentamiento en la disponibilidad del hombre».[41]
  • «Sigo creyendo que este mundo no tiene un sentido superior. Pero sé que en él algo tiene sentido y ese algo es el hombre, porque es el único ser que exige el tenerlo».[42]

Selección de frases de sus novelas y piezas teatrales

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De Calígula

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  • «Los hombres lloran porque las cosas no son lo que deberían ser».[43]
  • «Los hombres mueren y no son felices»[44]
  • «Me rebelo, luego somos».[45]
  • «Vivir es lo contrario de amar».[46]

De El extranjero

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  • «Decía que, en realidad, yo no tenía alma y que no me era accesible ni lo humano, ni uno solo de los principios morales que custodian el corazón de los hombres».[47]
  • «Hoy ha muerto mamá. O quizá fue ayer. No lo se. He recibido un telegrama desde el asilo: "Su madre ha fallecido. Entierro mañana. Sentidas condolencias". Pero no quiere decir nada. Quizás haya sido ayer».[48]
  • «Quizás no estaba seguro de lo que me interesaba realmente, pero, en todo caso, estaba completamente seguro de lo que no me interesaba».[49]

De La caída

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  • «Después de cierta edad un hombre es responsable de su cara».[50]
  • «El que se adhiere a una ley no teme el juicio que lo sitúa en un orden en el que cree. Pero el mayor de los tormentos humanos es ser juzgado sin ley».[51]
  • «Feliz y juzgado o bien absuelto y miserable».[52]
  • «Una sola sentencia será suficiente para el hombre moderno: fornicaba y leía periódicos».[53]
  • «Voy a decirte un gran secreto, querido. No esperes el juicio final: tiene lugar cada día».[54]

De La peste

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  • «El buen gusto consiste en no insistir, todo el mundo lo sabe».[55]
  • «Todas las desgracias de los hombres provienen de no hablar claro».[56]
  • «¿Quién podría afirmar que una eternidad de dicha puede compensar un instante de dolor humano?».[57]

De El mito de Sísifo. El hombre en rebeldía

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  • «Comprendo lo que toco, lo que se me resiste».[58]
  • «Donde reina la lucidez, la escala de valores es inútil».[59]
  • «En el apego de un hombre a su vida hay algo más fuerte que todas las miserias del mundo».[60]
  • «Grito que no creo en nada y que todo es absurdo, pero no puedo dudar de mi grito y necesito, al menos, creer en mi protesta».[61]
  • «He visto a personas obrar mal con mucha moral y compruebo todos los días que la honradez no necesita reglas».[62]
  • «Lo que sé, lo que es seguro, lo que no puedo negar, lo que no puedo rechazar, eso es lo que importa. Puedo negarlo todo de esa parte de mí que vive de inciertas nostalgias, salvo el deseo de unidad, el apetito de resolver, la exigencia de claridad y cohesión».[63]
  • «Me decían que eran necesarios unos muertos para llegar a un mundo donde no se mataría».[64]
  • «Para quien se siente solidario con el destino de este mundo, el choque de las civilizaciones le resulta angustioso».[67]
  • «Todas las revoluciones modernas han concluido en un reforzamiento del poder del Estado».[68]
  • «Vivir es darle vida al absurdo. Hacerlo vivir es ante todo mirar. Al contrario de Eurídice, lo absurdo muere al volverse».[69]

Véase también

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Referencias

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  1. Maldonado O, Ruben. Absurdo y rebelión. Editorial Universidad del Norte, 2014. p. 12. ISBN 9789587410983.
  2. Albaigès (1997), p. 309.
  3. Señor (1997), p. 120.
  4. Camus (1966), p. 75.
  5. Retour á Tipasa, 1952. Œuvres complètes: 1931-1944; ed. ‎Jacqueline Lévi-Valensi, ‎Raymond Gay-Crosier. Gallimard, 2006. Introducción, p. LVII.
  6. Savater, Fernando. Política para Amador. Volumen 1 de Biblioteca Fernando Savater. Editorial Grupo Planeta (GBS), 2007. ISBN 9788434453357.p. 13.
  7. Ortega (2013), p. 1366.
  8. Albaigès (1997), p.91.
  9. Teatro: El malentendido. Volumen 1 de Teatro. Albert Camus. Editorial Losada, 1951. Página 227.
  10. Palomo (1997), p. 168.
  11. Señor (1997), p. 19.
  12. Albert Camus, periodista: De reportero en Argel a editorialista en París, Santos-Sainz, María (colaborador Edwy Plenel). Libros.com,2016; ISBN 9788416881642.
  13. Ortega (2013), p. 2424.
  14. Camus (2013), 'La Gaceta'.
  15. Albaigès (1997), p. 126.
  16. Ortega (2013), p. 4083.
  17. Albaigès (1997), p. 192.
  18. Ciencia y política, una aventura vital: Libro homenaje a Ramón Cotarelo. Editorial INAP, 2017; ISBN 9788473515641
  19. Ortega (2013), p. 228.
  20. Saramago, José. Alabardas. Penguin Random House Grupo Editorial España, 2014; ISBN 9788420418070.
  21. Albaigès (1997), p. 527.
  22. Bartra (1994), p. 47.
  23. Albert Camus, el rebelde existencial. Tena Sánchez, Carlos. Editorial Palibrio, 2012.p. 54. ISBN 9781463331023
  24. 24,0 24,1 24,2 Discurso de aceptación del premio Nobel de Literatura el 10 de diciembre de 1957. Citado en “Albert Camus: La luz de la belleza es la de la verdad”, "La Gaceta" del 03.11.2013.
  25. Señor (1997), p.32.
  26. Albaigès (1997), p. 339.
  27. Señor (1997), p. 318.
  28. Palomo (1997), p. 231.
  29. Ortega (2013), p. 412.
  30. Camus (1967), p. 70.
  31. Albaigès (1997), p. 426.
  32. Casado Rabanal, David. Resistencias numantinas: Los antecedentes más indómitos del pueblo español. Editorial Penguin Random House Grupo Editorial España, 2016.ISBN 9788491124184.
  33. Mackay, Alan L. Diccionario de citas científicas: la cosecha de una mirada serena. p. 77; Ediciones de la Torre, 1992. ISBN 9788479600242.
  34. Antes del fin Ernesto Sábato. Editorial Seix Barral, 1998; 2.ª edición; p. 72. ISBN 9789507312205.
  35. Savater, Fernando. Libre Mente. Espasa Calpe, 1995. ISBN 9788423978120. p. 247.
  36. La muerte en el pensamiento de Albert Camus, p. 232.. Seminarios (UNAM, Facultad de Filosofía y Letras). Universidad Nacional Autónoma de México ISBN 9789685801928
  37. Camus (1967), p. 42.
  38. Monteagudo, Raúl. Cuando los republicanos liberaron París. Libros.com, 2016. pág. ISBN 9788416616862.
  39. Terrorismo Internacional en el siglo 21: 10 Curso Internacional de Defensa, Jaca, 16-20 de septiembre de 2002. Autor España. Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica. Editor España. Ministerio de Defensa. Editorial Ministerio de Defensa, 2003. ISBN 9788497810036, p. 323.
  40. Camus (1967), p. 64.
  41. Camus (1967), p. 45.
  42. La muerte en el pensamiento de Albert Camus (pág. 144). Universidad Nacional Autónoma de México, Colegio de Filosofía, Facultad de Filosofía y Letras, 1981. ISBN 9789685801928.
  43. Sentencia de Calígula. Acto I, Escena XI. En Obras Escogidas. Ed. Andres Bello. ISBN 9561309814.p. 408.
  44. Sentencia de Calígula. Acto I, Escena IV. Ed. ResumenExpress.com, 2016. pág. ISBN 9782806276780.
  45. Calígula de Albert CamusResumen y análisis completo. ResumenExpress.com, 2016.ISBN 9782806276780.
  46. Calígula. Acto I - Escena XII. Página 68.
  47. El extranjero; ed. Andres Bello, 1991; p. 122. ISBN 9789561309296.
  48. El extranjero. Editorial Andrés Bello, 1991. ISBN 9789561309296. p. 16.
  49. L'etranger. Andres Bello, 1991. p. 139; ISBN 9789561309296.
  50. Albaigès (1997), p. 473.
  51. Albaigès (1997), p. 165.
  52. Grandes novelistas de nuestra época. Albert Camus. 9ª edición. Editorial Losada, 1957. Página 69.
  53. Albaigès (1997), p. 74. La caída, 1956.
  54. Albaigès (1997), p. 429. La caída
  55. La peste; 2ª edición. Libresa, 1990. p. 281; ISBN 9789978809679.
  56. La Peste. 2.ª edición. Albert Camus. Editorial Libresa, 1990; p. 284. ISBN 9789978809679.
  57. En La peste; menciones en Google Libros.
  58. Camus (1967), p. 41.
  59. Albaigès (1997), p.104.
  60. Camus (1967), p. 16.
  61. Camus (1967), p. 106.
  62. Camus (1967), p. 51.
  63. De El mito de Sísifo, citado en La filosofía en la ciudad. Editores William González V., Luis Humberto Hernández M. Editorial Universidad del Valle, 2003.ISBN 9789586702379.
  64. Albaigès (1997), p. 417.
  65. Albaigès (1997), p. 501.
  66. Camus (1978), p. 501.
  67. Camus (1967), p. 62.
  68. Albaigès (1997), p. 504.
  69. Albaigès (1997), p. 578.

Bibliografía

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  • Camus, Albert (1966). Carnets (1942 - 1951). Losada, 1.ª ed. Traducción de Mariano Lencera y Victoria Ocampo. 
  • Camus, Albert (1967). El míto de Sísifo. El hombre rebelde. Losada.  y El mito de Sísifo. El hombre rebelde. Losada, 9.ª ed. Traducción de Luis Echavarri. 1978. 
  • Camus: "Albert Camus: La luz de la belleza es la de la verdad". En La Gaceta del 03.112013. Consultado el 20 de febrero de 2019.
  • Ortega, Arturo. El gran libro de las frases célebres. Penguin Random House Grupo Editorial. México, 2013. ISBN 6073116314, 9786073116312. (En Google Books.)
  • Señor, Luis (2005). Diccionario de citas. Espasa Calpe.  ISBN 8423992543.