De Wikiquote, la colección libre de citas y frases célebres.
Pendientes de referencias en fuentes fiables[editar]
A los defectos de la mente debemos darles la importancia que le damos a las heridas del cuerpo. Porque no importa cuantos cuidados se dispensen, al final unos y otras dejan cicatriz.
A los viejos les gusta dar buenos consejos para consolarse de no poder dar malos ejemplos.
Amamos siempre a los que nos admiran, pero no siempre a los que admiramos.
A veces creemos odiar la adulación y lo que se odia es la manera de adular.
A veces damos consejos, pero no enseñamos con nuestra conducta.
Casi todos nuestros errores son más perdonables que los métodos que discurrimos para ocultarlos
Cómo pretendes que otro guarde tu secreto si tú mismo, al confiárselo, no lo has sabido guardar.
Conocer las cosas que lo hacen a uno desgraciado, ya es una especie de felicidad.
El interés, que ciega a unos, deslumbra a otros.
El medio más fácil para ser engañado es creerse más listo que los demás.
El orgullo, que tanto alienta nuestra vanidad, nos sirve a menudo para moldearla.
El verdadero amor es como los espíritus: todos hablan de ellos, pero pocos los han visto.
Es más fácil conocer al hombre en general que a un hombre en particular.
Es más fácil ser sabios con otros que con nosotros mismos.
Es más vergonzoso desconfiar de los amigos que ser engañado por ellos.
Establecemos reglas para los demás y excepciones para nosotros.
Hay poca gente lo bastante cuerda que prefiera la censura provechosa a la alabanza traidora.
La imperiosa necesidad de subsistir no debe obligar a un hombre a renunciar a su dignidad
La adulación es una moneda falsa que tiene curso gracias solo a nuestra vanidad.
La ausencia disminuye las pasiones mediocres y acrecienta las grandes, como el viento apaga las candelas y enardece el fuego.
La confianza sirve en las conversaciones más que el ingenio.
La duración de nuestras pasiones es tan independiente de nosotros, como la duración de la propia vida.
La felicidad estriba en nuestro placer y no en las cosas; somos felices por poseer lo que amamos, y no por poseer lo que los demás juzgan deseable.
La gratitud de muchos no es más que la secreta esperanza de recibir beneficios nuevos y mayores.
La inteligencia no podría representar mucho tiempo el papel del corazón.
La mayor parte de los héroes son como ciertos cuadros; para apreciarlos no hay que mirarlos demasiado cerca.
La vejez es un tirano que prohibe, bajo pena de muerte, todos los placeres de la juventud.
La verdad no hace tanto bien en el mundo como el daño que hacen sus apariencias.
Lo que hace que los amantes no se aburran nunca de estar juntos es que se pasan el tiempo hablando siempre de sí mismos.
Los celos se alimentan de dudas.
Los espíritus mediocres suelen condenar todo aquello que está fuera de su alcance.
No hay accidente, por desgraciado que sea, del que los hombres hábiles no obtengan provecho.
No hay disfraz que pueda largo tiempo ocultar el amor donde lo hay, ni fingirlo donde no lo hay.
No se desprecia a todos los que tienen vicios, pero sí a los que no tienen ninguna virtud.
Nuestra envidia dura siempre mas que la dicha de aquellos que envidiamos.
Nunca se tiene la libertad de amar o de dejar de amar.
Nunca somos tan felices, ni tan infelices como pensamos.
Para tener éxito debemos hacer todo lo posible por parecer exitosos.
Prometemos según nuestras esperanzas y cumplimos según nuestros temores.
Rehusar las alabanzas es desear ser alabado dos veces.
Si juzgamos el amor por la mayor parte de sus defectos, se parece más al odio que a la amistad.
Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera.
Si tuviésemos suficiente voluntad casi siempre tendríamos medios suficientes.
Solemos perdonar a los que nos aburren, pero no perdonamos a los que aburrimos.
Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse.
Una vida feliz es imposible. El fin supremo a que debe aspirar un hombre es una carrera heroica.