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Cándido Cimadevilla

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Cándido Cimadevilla
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Cándido Cimadevilla (Colloto, Asturias, 1924 – Madrid, 20 de diciembre de 1975) fue un filósofo español.

  • «El problema de la vuelta y redescubrimento de los orígenes no puede reducirse a los presocráticos. Tan originario como el pensamiento griego es el hebreo, del cual somos igualmente descendientes». [1]
  • «La ciencia se define en función del conocimiento, la filosofía en función del pensamiento. Ahora bien: nuevas formas de conocimiento exigen nuevas formas de pensar, y nuevas formas de pensamiento hacen posibles nuevas formas de conocer».[1]
  • «La vuelta activa a los orígenes parece ser una de las condiciones del progreso, tanto científico como filosófico. Esta vuelta o redescubrimiento es todo lo contrario de un fenómeno de conservación o de simple continuación del pasado. Solo se modifica y supera aquello que se conoce de una forma actualizada y profunda». [1]
  • «Se puede descubrir a Aristóteles en Santo Tomás, bastante modificado de espíritu [ ... ] pero lo contrario es imposible: pasar de Aristóteles a Santo Tomás por una simple conclusión de sus propias premisas».[2]

Digresiones y tesis

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  • «El atomismo de los fisiólogos griegos apenas tiene nada que ver, bajo ningún aspecto, con el atomismo de la nueva física, comenzando por la noción misma de átomo. Menos aún pueden resultar aclaratorias, para problemas tan complejos como el de la discontinuidad de la emisión energía, en forma cuántica, que Planck impuso a la nueva física, las aporías griegas sobre el discontinuo. Pero el motivo por el que los nuevos físicos sienten alivio leyendo las cuatro frases de algún presocrático o las especulaciones metafísicas de los grandes filósofos de la Antigüedad, se debe a que, además de encontrarse con que algunos de sus problemas son viejos como el saber racional mismo, su situación es exactamente la inversa a la de los pensadores antiguos».[1]

Sobre él (anecdotario)

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  • «Fue un compañero de la facultad, que conocí en el Ateneo, quien me habló de otra manera de los rojos y fue así responsable de mi cambio de pensamiento. Se llamaba Cándido Cimadevilla –ya fallecido– y ya estaba en primero de la especialidad de Filosofía. Era de Oviedo, su familia era republicana y un hermano suyo tuvo que exilarse a Francia nada más estallada la guerra. En las muchas charlas que fraguaron nuestra gran amistad, recapacité, medité y aprehendí para siempre que los “rojos” no eran los asesinos feroces que me habían pintado».[3]

Referencias

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  1. 1,0 1,1 1,2 1,3 "Universo Antiguo y Mundo Moderno" (1964). Prólogo en línea.
  2. Citado por Fernando Araya en Oculta intimidad (ensayo sobre la filosofía de Santo Tomás de Aquino). Ed. Promesa 2002; isbn 9789968312523; p. 41, en GLibros. Tomado de Naturaleza e Historia (1964). Tomo 8; pág. 373.
  3. Relato autobiográfico de Natacha Seseña. Memorias [1]. En: Paper to International Conference on the Spanish Civil War. Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales.