Ramón Carande

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Ramón Carande
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Ramón Carande (Palencia, 4 de mayo de 1887 – Almendral, 1 de septiembre de 1986) fue un historiador y economista español.

Citas[editar]

  • «En las guerras sucede que uno gasta mucho miedo». [1]
  • «“Demasiados retrocesos”» [La Historia de España en dos palabras].[2][1]
  • «Mi desconocimiento de la Economía era casi suicida; pero Flores –mi maestro–, como luego sucedería con el Opus, formulaba los tribunales de Economía. Hacía y deshacía a su antojo».[3]
  • «Soy muy poco apasionado de la intelectualidad española, porque ha sido siempre muy exclusivista. Por ejemplo, Ortega y Azaña rivalizaban en su capacidad de desprecio hacia el pueblo. En cambio, he leído en una enciclopedia alemana que allí el 40% de sus personajes más eminentes procedían de familia humilde. Aquí nos fijamos demasiado en la gente ilustre, pero hay muchas personas que no han llegado a un nivel más alto por falta de ayuda. Nos hemos dedicado a capar la inteligencia». [1]

Recuerdos proverbiales[editar]

  • «Cuando estudiaba el bachillerato en Santander veía muchas tardes a José María Pereda, a Menéndez y Pelayo y a Galdós, los tres juntos, paseando bajo el paraguas, por la calle de San Francisco. Se dirigían a una guantería donde tenían una tertulia con el dueño, el gran poeta Amós Escalante. Se llevaban muy bien entre sí, a pesar de sus ideas políticas. Y, además, estaban muy enraizados con el pueblo. Después eso se perdió». [1]
  • «De niño me crie con mi abuela, que era una señora muy devota, glotona y avara. Nació en España, pero era hija de unos franceses que llegaron a Carrión, a principios del siglo pasado, a comprar mosto para encabezar el vino de Oc. Era muy inteligente. A sus hijos siempre les daba este Consejo: "Hijos míos, no os aburráis nunca". Hay que tener mucha inteligencia para decir eso». [1]
  • «Unamuno decía que las tertulias españolas eran la verdadera universidad popular. En ellas se hacía literatura y política. Tenga en cuenta que los dos cambios importantes de régimen que ha habido en España se han fraguado en ciertos cafés. La República se hizo en el corro de Azaña en La Granja de El Henar. Cayó allí como el gordo de Navidad cae en una pollería. Y la Falange se cultivó en La Ballena Alegre». [1]
  • «Sevilla tiene tres cosas que yo adoro realmente. Que es llana, y eso me permite pasear varias horas sin cansarme. Que su gente de alta sociedad es muy cerrada, lo cual quiere decir que no me da la lata y me deja trabajar. Y que el pueblo es muy sabio y extremadamente limpio. Mire usted, en Sevilla, cuando alguien se queda sin dinero, dice: "No tengo ni para jabón"». [1]

Sobre Carande[editar]

  • «Es un sabio de melena blanca hasta la paletilla, de chalina y pantalón vaquero, de tez tostada como de estanciero del Sur. Va de viejo rebelde, oliendo a jara y a polilla de archivo. Ha sido consejero de banco y ha predicado un sermón sobre la eucaristía a las beatas en la catedral de Sevilla. Es agnóstico y amigo íntimo de obispos y canónigos. No va a misa y lloró a lágrima viva la muerte de Juan XXIII. Procede de la elite intelectual de la Institución Libre de Enseñanza, y lo mismo dialoga con monjas a través de un torno de conventó para pedirles legajos y yemas de Santa Teresa, que visita enfermos humildes, de sábanas limpias, en el barrio de Triana». [1]

Referencias[editar]

  1. 1,0 1,1 1,2 1,3 1,4 1,5 1,6 1,7 La inmortalidad de Ramón Carande. Publicado en El País del 1982/03/20
  2. Citado por Manuel Torres en el prólogo al Diccionario de citas científicas: la cosecha de una mirada serena de Alan L. Mackay, Ediciones de la Torre, 1992; pág. 14; ISBN 9788479600242
  3. Reseña de Eloy Fernández Clemente al libro “Ramón Carande. La Historia y yo”, de Manuel Moreno Alonso. Urgoiti editores, Pamplona, 2020. en GLibros.