Diferencia entre revisiones de «Julio Cortázar»

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Revisión del 13:39 22 dic 2019

Julio Florencio Cortázar
«Nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo».
«Nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo».
Véase también
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Julio Florencio Cortázar (Bruselas, 26 de agosto de 1914 - París, 12 de febrero de 1984) fue un escritor argentino.

Citas




  • «Es difícil ser músico de hombres».[7]


Fragmentos de libros citados por otros autores

De Rayuela

[ver selección de citas referenciadas en]

Página principal: Rayuela

De Historias de cronopios y de famas

  • «Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un patio cubierto de hormigas».[8]
  • «Piensa en ésto, cuando te regalan un reloj te regalan algo que es tuyo pero que no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan la tendencia a comparar un reloj con los demás relojes,... no te regalan un reloj, tú eres el regalado».
  • «Mi secretaria lloraba, leyendo el decreto por el cual me dejaban cesante. Para consolarme decidí abstraer sus fuentes cristalinas que nacían en el aire y se aplastaban en los biblioratos, el secante y el boletín oficial. La vida está llena de hermosuras así».
  • «Un cronopio es una flor, dos son un jardín».
  • «En medio de tregua y catala, los cronopios asumen el mundo como algo que necesariamente debe ser roto por una pelota, o por un beso».
  • «Un cronopio encuentra una flor solitaria en medio de los campos. Primero la va a arrancar, pero piensa que es una crueldad inútil y se pone de rodillas a su lado y juega alegremente con la flor a saber: le acaricia los pétalos, la sopla para que baile, zumba como una abeja, huele su perfume, y finalmente se acuesta debajo de la flor y se duerme envuelto en una gran paz. La flor piensa: "es como una flor"».

Véase también

Referencias

  1. Albaigès Olivart e Hipólito (1997), p. .
  2. Albaigès Olivart e Hipólito (1997), p. .
  3. Albaigès Olivart e Hipólito (1997), p. .
  4. Albaigès Olivart e Hipólito (1997), p. .
  5. Albaigès Olivart e Hipólito (1997), p. .
  6. Albaigès Olivart e Hipólito (1997), p. .
  7. citado en "Mundo Clásico", 24 de octubre de 2010.
  8. Albaigès Olivart, José María. Un siglo de citas. Planeta, 1997. ISBN 8423992543, p. 273.

Bibliografía

  • Albaigès Olivart, José María y M. Dolors Hipólito (1997). Un siglo de citas. Planeta.  ISBN 8423992543.