Zenobia Camprubí

De Wikiquote, la colección libre de citas y frases célebres.
Zenobia Camprubí

Véase también
Biografía en Wikipedia.
Multimedia en Wikimedia Commons.
Obras en Cervantes Virtual.
Datos en Wikidata.
Esta página contiene citas de una persona fallecida hace 68 años.
Dependiendo de cómo se publicaran, pueden estar protegidas por derechos de autor. Deben usarse según las políticas de licencias de Wikiquote.

Zenobia Camprubí (Malgrat de Mar, 31 de agosto de 1887 - San Juan de Puerto Rico, 28 de octubre de 1956) fue una escritora, diarista y lingüista española.

Citas[editar]

  • «Como fui educada en casa se me educó en una tradición americana de siete generaciones que databa de los colonos hugonotes franceses y holandeses establecidos en Nueva York. Por supuesto, tuve tradición española pero muy bien mezclada con la moralidad intransigente de mis ancestros neoyorquinos».[1]
  • «Después de todo, yo soy en parte dueña de mi propia vida y Juan Ramón no puede vivir la suya aparte de la mía».[1]
  • «Mientras más vivo, más creo en la sencillez». [2]
  • «Sus defectos principales [de Juan Ramón] son el no aceptar casi nunca la responsabilidad de su culpa, por muy insignificante que sea, y la suspicacia para dolerse de cosas insignificantes. Además es muy egoísta, pero a medida que pasan los años ha hecho un gran esfuerzo por recapacitar [...] En temporadas nerviosas, sin embargo, no hace el menor esfuerzo por dominarse y llega a una crueldad increíble en el egoísmo [...] Al lado de esto es también de una generosidad emocionante en que todo lo quiere dar. Y le genera una gran alegría porporcionarle satisfacción o gusto a cualquiera, aun cuando se trate de un desconocido».[1]
  • «Yo soy la clase de mujer que no se casa [...]. Todavía no he visto al hombre que me pudiera hacer más feliz de lo que creo poderlo ser siendo soltera».[1]
    • Nota: Escrito en una carta a su amiga María Martos. Era 1911, y cinco años más tarde se casaría con Juan Ramón Jiménez.

Citas en verso[editar]

  • «Voy deprisa por el mundo
    Llena de risa y de amor
    A todo el que me lo pide
    Risas y besos doy.
    Pero si alguien me pidiere
    Mi alegre corazón
    Ríe que ríe, riendo
    Vuelvo la espalda y me voy». [3]

Pasajes biográficos sobre la autora[editar]

  • «Aprovechó todo lo que le ofrecía Madrid y se involucró en proyectos culturales e intelectuales: estudió en el Instituto Internacional para señoritas; fue la secretaria del Lyceum Club, al lado de mujeres como María de Maeztu; trabajó en la Residencia de Señoritas, fue secretaria del Comité de selección del Programa de Intercambio de Becas con Norteamérica, ayudaba a las estudiantes para esas becas. Y eso no cambió del todo cuando se afianzó con Juan Ramón».[1]
    • Amelia Cortés
  • «Ella es la que ingresa dinero y lo gestiona. La que organiza su obra. La que trabaja a pleno rendimiento en mil cosas, la que reúne los papeles dispersos que deja él. Ella lo es todo en esa galaxia descompensada. Trabajó en lo que salió al paso, desde los 22 volúmenes de traducción de Rabindranath Tagore y otros tantos autores a labores de agente inmobiliaria. Desde la universidad a las conferencias y los cursos militares (en 1944, en Maryland)... Sufrió el desamparo del exilio junto a Juan Ramón. Y el glaciar de demasiada soledad "mortal". Marcharon en 1936 y nunca regresaron a España: EEUU, Argentina, Cuba, Puerto Rico... Esas fueron las sedes de su trashumancia forzada. Ella fue el motor de explosión de la aventura. El eje de los momentos desolados. Lo amó con una fuerza insondable capaz de remontar cada una de las depresiones que arrasaban al poeta».[1]
  • «Su vida en Norteamérica hizo que se relacionase con jóvenes de su edad (algo que había echado de menos en España). Resultó ser muy popular con sus amistades, con las que salía constantemente. También viajaba sola. Asistía a espectáculos, conferencias, fiestas, bailes, practicaba deportes... Todo ello aumentó su sentido de independencia, que chocó frontalmente con las actitudes de las jóvenes de su edad cuando regresó a España en 1909, con los padres reconciliados. En EEUU, además, despertó en ella una inquietud social que la acompañó hasta el final. Asumió algunas tesis feministas y consideró la educación como un valor esencial. Bajo este síntoma puso en marcha en La Rábida una escuela rural para la alfabetización de los niños de la zona».[1]

Referencias[editar]

  1. 1,0 1,1 1,2 1,3 1,4 1,5 1,6 Zenobia, la brújula inédita de un NobelLucas, Antonio. El Mundo 21 de octubre de 2015.
  2. Diario, Volumen 1. Volumen 257 de Alianza tres. Autores Zenobia Camprubí, Zenobia Camprubí de Jiménez. Ed. de Graciela Palau de Nemes. Alianza Editorial, 2006. ISBN 9788420648354. Página 238.
  3. Benítez, Jaime. La torre: Revista general de la Universidad de Puerto Rico, Volumen 7,Número 2; Volúmenes 27-28.University of Puerto Rico. Editorial La Universidad, 1959. p. 229.