Divina comedia
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La Divina comedia es un poema escrito por el escritor renacentista Dante Alighieri (ca. 1304-1308).
citas[editar]

Infierno[editar]
- «En medio del camino de la vida,
- errante me encontré por selva oscura,
- en que la recta vía era perdida».[1]
- Canto primero, El extravio, la falsa vía y el guía seguro
- «Disiparé el temor que tu alma siente,
- diciéndote, como hasta aquí he venido
- cuando supe tu trance, condoliente.
- Me encontraba en el limbo detenido,
- y una mujer angélica y hermosa,
- a sí llamóme y me sentí rendido».[1]
- Canto segundo, Pavor humano y consuelo divino, las tres mujeres benditas
- Contexto: Virgilio explica al poeta que Beatriz le envía como guía y maestro
- «Por mí se va, a la ciudad doliente;
- por mí se va, al eternal tormento;
- por mí se va, tras la maldita gente
- [...]
- Antes de mí, no hubo jamás crianza,
- sino lo eterno: yo por siempre duro:
- ¡Oh, los que entráis, dejad toda esperanza!»[1]
- Canto tercero, Vestíbulo:Cobardía: La puerta infernal, el vestíbulo de los cobardes y el paso del Aqueronte
- Contexto: Inscripción en la puerta del infierno
- «Como vuelve el otoño hoja tras hoja
- sus despojos al suelo, cuando rasa
- el mustio gajo que al final despoja,»
- «así de Adán la pervertida raza
- obedece la voz de su barquero,
- como el ave al reclamo de la caza;»
- «y así las sombras van en hervidero,
- por las oscuras ondas, y al momento
- las reemplaza en la orilla otro reguero».[1]
- Canto tercero, El paso del Aqueronte
- Virgilio: «No pecaron, ni el cielo los maldijo;
- pero el bautismo, nunca recibieron,
- puerta segura que tu fe predijo.
- [...]
- Antes del cristianismo, ellos nacieron;
- no adoraron al dios omnipotente,
- y uno soy yo de los que así murieron».
- [...]
- «¡Míralos en su gloria fulgurante!
- Dijo el maestro: El que la espada en mano,
- se adelanta a los otros arrogante,
- «es Homero, el poeta soberano:
- el otro Horacio: Ovidio es el tercero;
- y el que les sigue, se llamó Lucano».[1]
- Canto cuarto, Círculo primero: Limbo

obedece la voz de su barquero,
como el ave al reclamo de la caza;»
Purgatorio[editar]
- «¡Oh, Italia esclava, habitación del duelo;
- Canto sexto, Antepurgatorio
- Habla Oderisi da Gubbio:
- «Vale más la miniatura
- de Franco Bolones; no subiría
- sino en parte, de honor yo a tanta altura».
- «No en vida tan cortés yo sido habría
- para con él, pues excederle ansiaba
- por el amor del arte que en mí ardía».
- «Soberbia tal, a éste castigo enviaba;
- y ni alcanzara pena congojosa
- si en tiempo a arrepentirme no alcanzaba».
- «¡Oh, gloria vana, de la humana cosa!
- ¡En tu cima cuan poco el verde dura
- si el tiempo no la arraiga vigorosa!».[3]
- Canto undécimo, Aro primero:Soberbia
- «Roma, que un día dio saber profundo,
- tuvo dos soles, que nos han mostrado,
- el camino del cielo y el del mundo».
- «El uno por el otro se ha apagado,
- el báculo juntando con la espada,
- y es fuerza, todo ser mal gobernado,»
- «pues el temor en ambos se anonada.
- Si aun dudas, ve la espiga de la siega:
- por el grano la yerba, es apreciada».[1][2]
- Canto decimosexto, Aro tercero:Ira
- Contexto:Marco Lombardo habla sobre los males del mundo
- Habla el Ángel:
- «Ni al gran Creador ni a mísera criatura
- nunca el amor faltó — muy bien se sabe,—
- o por instinto, o bien por su natura».
- «Lo natural, no incurre en falta grave,
- y el otro, puede errar por mal objeto,
- o vigor que lo exceda o menoscabe».[3]
- Canto decimosetimo, Aro tercero:Ira
- Habla Virgilio:
- «El alma para amar ha sido creada,
- mas se complace en cosas pasajeras,
- cuando por los placeres es llamada...»[3]
- Canto decimoctavo, Aro cuarto:Pereza
- «¡ Mírame bien, yo soy, yo soy Beatriz!
- ¿Subiste al fin del monte la pendiente?
- ¿No sabes tú que el hombre aquí es feliz!»
- [...]
- «Por él, llamé a la puerta de los muertos;
- por él, llorando, auxilio le he pedido
- a quien le ha guiado aquí, con pasos ciertos».
- «¡Y el decreto de Dios fuera abolido,
- si el Leteo pasara, y su bebida
- gustara el pecador no dolorido,
- sin costarle una lágrima vertida!».[1]
- Canto trigésimo, Paraíso terrestre
- «Después, cuando al sentir hube tornado,
- vi a la joven, que había visto sola,
- junto a mí, que decía: "Ten mi lado"».
- «Me hizo entrar en el río hasta la gola,
- mientras ella, flotando iba ligera
- cual una lanzadera, de ola en ola».
- «Cuando me hallé cercano a la ribera,
- Asperges me, sonó tan dulcemente,
- cual recordarlo ni escribir pudiera».[1][4]
- Canto trigesimo primero, Paraíso terrestre
- Contexto: Beatriz recrimina a Dante sus extravíos y le pide arrepentimiento para hacerse digno
Paraíso[editar]
Sobre la obra[editar]
- «A mí [la Comedia] me ha acompañado durante tantos años, y sé que apenas la abra mañana encontraré cosas que no he encontrado hasta ahora. Sé que ese libro irá más allá de mi vigilia y de nuestras vigilias».[2]
- Jorge Luis Borges, "La Divina Comedia", Siete noches
- «Dante es nuestro. Nuestro, es decir de la fe católica, porque todo inspira amor a Cristo; nuestro porque amó mucho a la Iglesia, de la que cantó sus glorias; y nuestro porque reconoció y veneró en el Romano Pontífice al Vicario de Cristo».[5]
Referencias[editar]
- ↑ 1,0 1,1 1,2 1,3 1,4 1,5 1,6 1,7 1,8 Alighieri, Dante. «Divina comedia». Cervantes Virtual. Versión en verso castellano de Bartolomé Mitre (1921).
- ↑ 2,0 2,1 2,2 Capano, Daniel Alejandro (2021). Editorial Biblos, ed. El camino de Dante: Introducción, comentarios de cantos del Infierno y temas de la Divina Comedia. ISBN 9789876919494.
- ↑ 3,0 3,1 3,2 Fazio Fernández, Mariano (2020). Rialp, ed. Cinco clásicos italianos. ISBN 9788432152863.
- ↑ Barja, Pérez de Tudela Velasco, Juan, Jorge (2009). Círculo de Bellas Artes, ed. Dante. La obra total. p. 285. ISBN 9788487619618.
- ↑ Papa, Francisco (25 de marzo 2021). «Carta apostólica Candor lucis aeternae». La Santa Sede. Consultado el 10 de julio de 2022.
Bibliografía[editar]
- Alighieri, D. Divina Comedia. Ed. original en línea en The Project Gutenberd eBook, en italiano.