Crimen y castigo

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Crimen y castigo

Autor Fiódor Dostoyevski
Publicación 1866 (hace 158 años)
Idioma ruso
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Crimen y castigo es una obra del escritor ruso Dostoyevski, publicada en 1866.

Citas del libro[editar]

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  • «En un caluroso atardecer de principios de julio, un joven salió de la pequeña buhardilla que tenía alquilada en el pasadizo Stoliarny y se encaminó a paso lento y un tanto irresoluto hacia el puente Kamenny».[1]
    • Variante: «A principio de julio, con un tiempo sumamente caluroso, un joven salía de su tabuco, que ocupaba como realquilado en la travesía de S***, y con lento andar, como indeciso, se encaminaba al puente de K***».[2]
    • Nota: Primera frase de la novela
  • «Sufrir y llorar significa vivir».[3]
  • «Una enorme masa de gente no está sobre la tierra sino para dar a luz, tras largos y misteriosos cruzamiento de razas, un hombre que, entre mil, posea alguna independencia».[4]
  • «No pocos bienhechores de la humanidad que se adueñaron del poder en vez de heredarlo desde el principio de su carrera debieron ser entregados al suplicio. Lo que ocurre es que estos hombres consiguieron llevar a cabo sus proyectos; llegaron hasta el fin de su camino y su éxito justificó sus actos»
  • «La pobreza no es un vicio: esto es una verdad incuestionable. Pero también es cierto que la embriaguez no es una virtud, cosa que lamento»
  • «Yo mismo me encaminaré al suplicio, pues tengo sed de dolor y de lágrimas, no de alegría.»
  • «Crucifícame, juez! ¡Hazlo y, al crucificarme, ten piedad del crucificado»
  • ««Acercaos, acercaos también vosotros, los bebedores; acercaos, débiles y desvergonzadas criaturas.» Y todos avanzaremos sin temor y nos detendremos ante Él. Y Él dirá: «¡Sois unos cerdos, lleváis el sello de la bestia y como bestias sois pero venid conmigo también!» Entonces, los inteligentes y los austeros se volverán hacia Él y exclamarán: «Señor, ¿por qué recibes a éstos?» Y Él responderá: «Los recibo, ¡oh sabios!, los recibo, ¡oh personas sensatas!, porque ninguno de ellos se ha considerado jamás digno de este favor.» Y Él nos tenderá sus divinos brazos y nosotros nos arrojaremos en ellos, deshechos en lágrimas..., y lo comprenderemos todo, entonces lo comprenderemos todo..., y entonces todos comprenderán...»
  • «¿Comprende usted lo que significa no tener adónde ir?»
  • «Todo hombre debe tener un lugar adonde ir»
  • «Los imprevistos y decisivos acontecimientos del día anterior lo gobernaban de un modo poco menos que automático. Era como si alguien le llevara de la mano y le arrastrara con una fuerza irresistible, ciega, sobrehumana; como si un pico de sus ropas hubiera quedado prendido en un engranaje y él sintiera que su propio cuerpo iba a ser atrapado por las ruedas dentadas.»
  • «Los vecinos se marcharon uno tras otro con ese extraño sentimiento de íntima satisfacción que ni siquiera el hombre más compasivo puede menos de experimentar ante la desgracia ajena, incluso cuando la víctima es un amigo estimado.»
  • «Hay que tener fuerzas, fuerzas... Sin fuerzas no puede uno hacer nada. Y estas fuerzas hay que conseguirlas por la fuerza»
  • «Porque es falso y avaro como un judío»
  • «Parecía más joven de lo que era, como suele ocurrir a las mujeres que saben conservar hasta las proximidades de la vejez un alma pura, un espíritu lúcido y un corazón inocente y lleno de ternura. Digamos entre paréntesis que no hay otro medio de conservarse hermosa hasta una edad avanzada»
  • «-¡Todo eso son tonterías! -exclamó- las apariciones sólo las vean los enfermos; pero esto sólo demuestra que hay que estar enfermo para verlas, no que las apariciones no existan.»
  • «La mejor táctica que puede seguir un culpable es sujetarse a la verdad tanto como sea posible..., declarar todo aquello que no pueda ocultarse»
  • «¿Por qué demonio habré sido tan judío?»
  • «Se le consideraba como uno de los inquilinos más distinguidos de Amalia Ivanovna, ya que no se embriagaba y pagaba puntualmente el alquiler.»
  • «De súbito, una extraña y sorprendente sensación de odio hacia Sonia le traspasó el corazón. Asombrado, incluso aterrado de este descubrimiento inaudito, levantó la cabeza y observó atentamente a la joven. Vio que fijaba en él una mirada inquieta y llena de una solicitud dolorosa, y al advertir que aquellos ojos expresaban amor, su odio se desvaneció como un fantasma. Se había equivocado acerca de la naturaleza del sentimiento que experimentaba: lo que sentía era, simplemente, que el momento fatal había llegado.»
  • «Yo quería ser un Napoleón: por eso maté. ¿Comprendes? -No -murmuró Sonia, ingenua y tímidamente-. Pero no importa: habla, habla. -Y añadió, suplicante-: Haré un esfuerzo y comprenderé, lo comprenderé todo.»
  • «Preferiría que me hablara con toda claridad y sin poner ejemplos»
  • «El alma y el pensamiento se ahogan en las habitaciones bajas y estrechas»
  • «Ya que ves la estupidez de los demás, ¿Por qué no buscas el modo de mostrarte más inteligente que ellos?»
  • «Comprendí que esperar a que todo el mundo fuera inteligente suponía una gran pérdida de tiempo»
  • «Y ahora sé que quien es dueño de su voluntad y posee una inteligencia poderosa consigue fácilmente imponerse a los demás hombres; que el más osado es el que más razón tiene a los ojos ajenos; que quien desafía a los hombres y los desprecia conquista su respeto y llega a ser su legislador.»
  • «Sólo posee el poder aquel que se inclina para recogerlo.»
  • «El hecho de interrogarme a mí mismo acerca de mi derecho al poder demostraba que tal derecho no existía, puesto que lo ponía en duda»
  • «Estas cosas sólo son aceptadas por el hombre que no se plantea tales preguntas y sigue su camino derechamente y sin vacilar.»
  • «El solo hecho de que me preguntara: «¿Habría matado Napoleón a la vieja?» demostraba que yo no era un Napoleón...»
  • «Yo necesitaba saber, y cuanto antes, si era un gusano como los demás o un hombre, si era capaz de franquear todos los obstáculos, si osaba inclinarme para asir el poder, si era una criatura temerosa o si procedía como el que ejerce un derecho.»
  • «El diablo me impulsó a hacer aquello y luego me hizo comprender que no tenía derecho a hacerlo, puesto que era un gusano como los demás»
  • «Si uno consigue convencer a otro, por medio de la lógica, de que no tiene motivos para llorar, no llorará. Esto es indudable. ¿Acaso usted no opina así? -Yo creo que si tuviera usted razón, la vida sería demasiado fácil.»
  • «No se sentía con fuerzas para preocuparse por su salud»
  • «Comenzó el oficio, triste, grave, solemne»
  • «Es el caso del hombre que cae en poder de un bandido y, después de pasar media hora de angustia mortal, recobra su sangre fría cuando nota la punta del puñal en la garganta.»
  • «Así como cien conejos no hacen un caballo, cien presunciones no constituyen una prueba»
  • «Abandónese sin razonar a la corriente de la vida y no se inquiete por nada: esa corriente le llevará a alguna orilla y usted podrá volver a ponerse en pie.»
  • «¿Quién soy? Un hombre acabado y nada más. Un hombre sensible y acaso capaz de sentir piedad, y que tal vez conoce un poco la vida..., pero completamente acabado»
  • «Conviértase en un sol y todo el mundo lo verá. Al sol le basta existir, ser lo que es»
  • «Qué ganaría usted huyendo? Y ¡qué vida tan horrible la del fugitivo! Para vivir hace falta una situación determinada, fija, y aire respirable. ¿Encontraría usted ese aire en la huida? Si huyese usted, volvería.»
  • «Aquí todo el mundo peca de lo mismo -replicó Svidrigailof echándose a reír-. Ni siquiera cuando se cree en un milagro hay nadie que se atreva a confesarlo. Incluso usted mismo ha dicho que se trata «tal vez» de un azar. ¡Qué poco valor tiene aquí la gente para mantener sus opiniones! No se lo puede usted imaginar»
  • «En lo que concierne al milagro, debo decirle que parece haber pasado usted durmiendo estos días. Yo le di la dirección de esta casa. El hecho de que usted haya venido no tiene, pues, nada de extraordinario. Yo mismo le indiqué el camino que debía seguir y las horas en que podría encontrarme aquí. ¿No recuerda usted? -No; no lo había olvidado repuso Raskolnikof, profundamente sorprendido. -Lo creo. Se lo dije dos veces. La dirección se grabó en su cerebro sin que usted se diera cuenta, y ahora ha seguido este camino sin saber lo que hacía»
  • «Por lo demás, cuando le hablé de todo esto, yo no esperaba que usted se acordase»
  • «En Petersburgo hay mucha gente que va hablando sola por la calle. Uno se encuentra a cada paso con personas que están medio locas. Si tuviéramos verdaderos sabios, los médicos, los juristas y los filósofos podrían hacer aquí, cada uno en su especialidad, estudios sumamente interesantes. No hay ningún otro lugar donde el alma humana se vea sometida a influencias tan sombrías y extrañas.»
  • «-Era usted jugador, ¿verdad? -Jugador de ventaja. -¿Hacía trampas? -Sí. - Alguien debió de abofetearle, ¿no? -Sí. ¿Por qué lo dice? -Porque entonces tuvo usted ocasión de batirse en duelo. Eso presta animación a la vida.»
  • «El libertinaje tiene, cuando menos, un carácter de continuidad fundado en la naturaleza y no depende de un capricho: es algo que arde en la sangre como un carbón siempre incandescente y que sólo se apaga con la edad, y aun así difícilmente, a fuerza de agua fría. Confiese que esto, en cierto modo, es una ocupación.»
  • «Admito que eso es una enfermedad como todas las inclinaciones exageradas, y en este caso uno rebasa siempre los límites de lo normal; pero tenga en cuenta que esto es cosa que cambia según los individuos. Desde luego, hay que reprimirse, aunque sólo sea por conveniencia; pero si yo no tuviera esta ocupación, acabaría por descerrajarme de un tiro en la cabeza. Bien sé que el hombre honrado tiene que aburrirse, pero aun así...»
  • «Le aseguro que no hablaré de cosas absurdas, es decir, de mí.»
  • «Primero. Yo me comprometía a no abandonar jamás a Marfa Petrovna, o sea a permanecer siempre a su lado, como corresponde a un marido. »Segundo. Yo no podía salir de sus tierras sin su autorización. »Tercero. No tendría jamás una amante fija. »Cuarto. En compensación, Marfa Petrovna me permitiría cortejar a las campesinas, pero siempre con su consentimiento secreto y teniéndola al corriente de mis aventuras.Quinto. Prohibición absoluta de amar a una mujer de nuestro nivel social. »Y sexto. Si, por desgracia, me enamorase profunda y seriamente, me comprometía a enterar de ello a Marfa Petrovna.»
  • «Nada hay en el mundo más difícil de mantener que la franqueza ni nada más cómodo que la adulación. Si en la franqueza se desliza la menor nota falsa, se produce inmediatamente una disonancia y, con ella, el escándalo. En cambio, la adulación, a pesar de su falsedad, resulta siempre agradable y es recibida con placer, un placer vulgar si usted quiere, pero que no deja de ser real.»
  • «La lisonja, por burda que sea nos hace creer siempre que encierra una parte de verdad.»
  • «No puedo recordar sin reírme cómo logré seducir a una damita que sentía verdadera devoción por su marido, sus hijos y su familia. ¡Qué fácil y divertido fue! El caso es que era verdaderamente virtuosa, por lo menos a su modo. Mi táctica consistió en humillarme ante ella e inclinarme ante su castidad. La adulaba sin recato y, apenas obtenía un apretón de mano o una mirada, me acusaba a mí mismo amargamente de habérselos arrancado a la fuerza y afirmaba que su resistencia era tal que jamás habría logrado nada de ella sin mi desvergüenza y mi osadía. Le decía que, en su inocencia, no podía prever mis bribonadas, que había caído en la trampa sin darse cuenta, etcétera. En una palabra, que conseguí mis propósitos, y mi dama siguió convencida de su inocencia: atribuyó su caída a un simple azar»
  • «No puede usted imaginarse cómo se enfureció cuando le dije que estaba completamente seguro de que ella había ido en busca del placer exactamente igual que yo.»
  • «El pueblo se entrega a la bebida; la juventud culta se marchita o perece en sus sueños irrealizables: se pierde en teorías monstruosas. Los demás se entregan a la disipación. He aquí el esp ectáculo que me ha ofrecido la ciudad a mi llegada. De todas partes se desprende un olor a podrido...»
  • «Los rusos, Avdotia Romanovna, tienen un alma generosa y grande como su país, y también una tendencia a las ideas fantásticas y desordenadas»
  • «Es una desgracia poseer un alma grande y noble sin genio»
  • «Vivo en el ocio y estoy aferrado a este género de vida»
  • «El amigo al que se dirigía tenía el aspecto del hombre que quiere estornudar y no puede»
  • «Su rostro expresaba esa arisca tristeza que es un rasgo secular en la raza judía.»
  • «Todo el mundo la ha derramado. La sangre ha corrido siempre en oleadas sobre la tierra. Los hombres que la vierten como el agua obtienen un puesto en el Capitolio y el título de bienhechores de la humanidad»
  • «No comprendo en modo alguno por qué es más glorioso bombardear una ciudad sitiada que asesinar a alguien a hachazos»
  • «¿Para qué he ido a su casa? Le he dicho que iba por un asunto. Pero ¿qué asunto? No tengo ninguno. ¿Para anunciarle que iba a presentarme? ¡Como si esto fuera necesario! ¿Será que la amo? No puede ser, puesto que acabo de rechazarla como a un perro. ¿Acaso tenía yo alguna necesidad de la cruz? ¡Qué bajo he caído! Lo que yo necesitaba eran sus lágrimas, lo que quería era recrearme ante la expresión de terror de su rostro y las torturas de su desgarrado corazón. Además, deseaba aferrarme a cualquier cosa para ganar tiempo y contemplar un rostro humano... ¡Y he osado enorgullecerme, creerme llamado a un alto destino! ¡Qué miserable y qué cobarde soy!»
  • «Le molestaba codearse con aquella multitud, sí, le molestaba profundamente, pero no por eso dejaba de dirigirse a los lugares donde la muchedumbre era más compacta. Habría dado cualquier cosa por estar solo, pero, al mismo tiempo, se daba cuenta de que no podría soportar la soledad un solo instante.»
  • «Acababa de acordarse de estas palabras de Sonia: «Ve a la primera esquina, saluda a la gente, besa la tierra que has mancillado con tu crimen y di en voz alta, para que todo el mundo te oiga: "¡Soy un asesino!"»
  • «El tiempo que tarde en subir me pertenece»
  • «Pero ¿por qué he de preocuparme del modo de entrar? -se preguntó de pronto-. De todas formas, he de apurar la copa. ¿Qué importa, pues, el modo de bebérmela? Cuanto más amargue el contenido, más mérito tendrá mi sacrificio.»
  • «No necesito oídos ni ojos: cuando llega un ruso, percibo por instinto su presencia..., como dice el cuento»
  • «Excepto la nobleza de sangre, todo lo demás puede adquirirse por medio del talento, el genio, la sabiduría, la inteligencia»
  • «Qué es un sombrero? Sencillamente, una cosa que se puede comprar en casa de Zimmermann. Pero lo que queda debajo del sombrero, usted no lo podrá comprar...»
  • «Le habían herido cruelmente en su orgullo, y era el dolor de esta herida lo que le atormentaba. ¡Qué feliz habría sido si hubiese podido hacerse a sf mismo alguna acusación! ¡Qué fácil le habría sido entonces soportar incluso el deshonor y la vergüenza! Pero, por más que quería mostrarse severo consigo mismo, su endurecida conciencia no hallaba ninguna falta grave en su pasado. Lo único que se reprochaba era haber fracasado»
  • «Estaba perdido para siempre por una ciega disposición del destino y que tenía que resignarse, que someterse al absurdo de este juicio sin apelación si quería recobrar un poco de calma. Una inquietud sin finalidad en el presente y un sacrificio continuo y estéril en el porvenir: he aquí todo lo que le quedaba sobre la tierra»
  • «¿Para qué vivir? ¿Qué provecho tenía? ¿Hacia dónde dirigir sus esfuerzos? Bien que se viviera por una idea, por una esperanza, incluso por un capricho, pero vivir simplemente no le había satisfecho jamás: siempre habla querido algo más. Tal vez la violencia de sus deseos le había hecho creer tiempo atrás que era uno de esos hombres que tienen más derechos que el tipo común de los mortales.»
  • «Si al menos el destino le hubiera procurado el arrepentimiento, el arrepentimiento punzante que destroza el corazón y quita el sueño, el arrepentimiento que llena el alma de terror hasta el punto de hacer desear la cuerda de la horca o las aguas profundas... ¡Con qué satisfacción lo habría recibido! Sufrir y llorar es también vivir»
  • ««¿Qué tenía mi idea -se preguntaba- para ser más estúpida que las demás ideas y teorías que circulan y luchan por imponerse sobre la tierra desde que el mundo es mundo?»
  • «Yo no supe llevar a buen término mi plan... y, en verdad, esto demuestra que no tenía derecho a intentar ponerlo en práctica.»
  • «Pero aquí empieza otra historia, la de la lenta renovación de un hombre, la de su regeneración progresiva, su paso gradual de un mundo a otro y su conocimiento escalonado de una realidad totalmente ignorada. En todo esto habría materia para una nueva narración, pero la nuestra ha terminado»

Referencias[editar]

  1. Dostoievski. Crimen y castigo. Capítulo I de la primera parte (frase que abre la obra). Alianza Editorial, 1985; p. 15. ISBN 8420601349.
  2. Dostoyevski, Fiódor M.; traducción de Rafael Cansinos Assens. Crimen y castigo. Penguin Random House Grupo Editorial España, 2020. ISBN 8491054871, 9788491054870. En Google Libros. Consultado el 3 de julio de 2021.
  3. Goicoechea (1995), p. 200.
  4. Goicoechea (1995), p. 312. Trad: Eusebio Heras (parte 3.º, cap. V).

Bibliografía[editar]

  • Giner (José Luis Díaz y Vicente González 1967). Gran enciclopedia de frases célebres. Ediciones Giner. M.2003-1967. 
  • Goicoechea, Cesáreo (1995 7ª ed. 1955, 1962, 1970). Diccionario de citas. Dossat. 
  • Señor, Luis (1ª ed. 1997 / 2017). Diccionario de citas. Espasa Calpe. ISBN 8423992543.