Amelia Tiganus

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Amelia Tiganus

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Amelia Tiganus (Galati, 1984) es una activista feminista abolicionista rumana, superviviente de la trata de mujeres.

Citas[editar]

  • «Dicen que las putas somos la clase trabajadora, pero las putas somos las hijas de la clase trabajadora. Y no tenemos trabajo. Eso al parecer a los camaradas no les importa mucho. No les importa prostituir a su propia clase. Porque total, solo somos mujeres. El machismo rancio y el machismo progre lo tienen claro: no toques a mi puta».
    • Fuente, Amelia Tiganus, “La revueltas de las putas. De víctimas a activistas”, Penguin Randon House Grupo Editorial, Barcelona, 2021, ISBN 9788466668859, página 245.
  • «Abolir la prostitución significa deslegitimar a través de todos los mecanismos (políticos, jurídicos, económicos, socioculturales…) esta realidad, para, como fin, llegar a erradicarla. Me enferma cada vez que oigo “Ya. Y mientras tanto, ¿qué?”. ¿Cómo que mientras tanto qué? ¿Les parece poco lo que planteamos?».
    • Fuente, Amelia Tiganus, “La revueltas de las putas. De víctimas a activistas”, Penguin Randon House Grupo Editorial, Barcelona, 2021, ISBN 9788466668859, página 246.
  • «Hasta ahora las putas solo se pueden “empoderar” desde una perspectiva patriarcal que el lobby proxeneta utiliza con mucha habilidad. El orgullo de puta es necesario para sobrevivir en el contexto prostitucional. Pero el orgullo de puta no es transgresor ni desarma el orden patriarcal, porque no se construye en contraposición al opresor, sino a otras mujeres. Las no putas».
    • Fuente, Amelia Tiganus, “La revueltas de las putas. De víctimas a activistas”, Penguin Randon House Grupo Editorial, Barcelona, 2021, ISBN 9788466668859, página 257.
  • «Sobrevivir sobrevivimos todas las que seguimos con vida en este sistema patriarcal y al margen de si pasamos o no por la prostitución. Y el “orgullo de superviviente” no existe y de existir tampoco sería transgresor porque se constituiría en contraposición a las que no sobrevivieron y no a los agresores».
    • Fuente, Amelia Tiganus, “La revueltas de las putas. De víctimas a activistas”, Penguin Randon House Grupo Editorial, Barcelona, 2021, ISBN 9788466668859, página 259.
  • «La industria de la explotación sexual no solo utiliza las consecuencias del trauma generado por la violencia sexual para beneficiarse a través de la prostitución, sino que además somete a nuestras mentes a la violencia pornográfica para normalizar la cosificación, la despersonalización, la mercantilización y la tortura».
    • Fuente, Amelia Tiganus, “La revueltas de las putas. De víctimas a activistas”, Penguin Randon House Grupo Editorial, Barcelona, 2021, ISBN 9788466668859, página 271.
  • «“¿Sabéis?, no os llamaron putas por ser libres y rebeldes. Lo hicieron para arrebatarnos la categoría de persona».
    • Fuente, Amelia Tiganus, “La revueltas de las putas. De víctimas a activistas”, Penguin Randon House Grupo Editorial, Barcelona, 2021, ISBN 9788466668859, página 276.
  • «Me hierve la sangre cuando oigo decir a mujeres que jamás fueron prostituidas que todas somos putas. A veces incluso lo hacen en nombre de la hermandad con las putas. Señoras, no se flipen. Y dejen de frivolizar. Ustedes no son putas. No tenéis ni idea de lo que es ser puta. Si queréis mostrar vuestra sororidad con las putas repetid conmigo: ¡Todas somos mujeres! ¡Todas somos mujeres! Eso sí que es transgresor».
    • Fuente, Amelia Tiganus, “La revueltas de las putas. De víctimas a activistas”, Penguin Randon House Grupo Editorial, Barcelona, 2021, ISBN 9788466668859, página 276.
  • «Nos empoderamos en lo que el patriarcado ha reservado para nosotras como destino hace más de cinco mil años. ¿Es una broma?».
    • Fuente, Amelia Tiganus, “La revueltas de las putas. De víctimas a activistas”, Penguin Randon House Grupo Editorial, Barcelona, 2021, ISBN 9788466668859, página 277.
  • «Dicen que las abolicionistas somos moralistas, puritanas, mojigatas, antisex… en realidad somos las únicas que luchamos por la libertad sexual de las mujeres. Y no de la libertad de venderla, precisamente. Quien vende su libertad se convierte en esclavo».
    • Fuente, Amelia Tiganus, “La revueltas de las putas. De víctimas a activistas”, Penguin Randon House Grupo Editorial, Barcelona, 2021, ISBN 9788466668859, página 289.
  • «El derecho a tener sexo acaba donde empieza el derecho a la dignidad».
    • Fuente, Amelia Tiganus, “La revueltas de las putas. De víctimas a activistas”, Penguin Randon House Grupo Editorial, Barcelona, 2021, ISBN 9788466668859, página 290.
  • «La prostitución la ejercen los proxenetas y los puteros. Las mujeres simplemente somos tratadas como mercancías, como objetos desechables, utilizables y desechables. Creo que es importante hablar en estos términos para poner el foco en quien realmente comete esta injusticia y trata de la peor manera posible a las mujeres y a las niñas que más y más atención necesitamos».
  • «Seguimos sin hablar en profundidad de la sexualidad y sin darle la importancia que tiene en la vida humana, es algo que nos puede construir como seres humanos pero también destruir. Que la prostitución no sea una preocupación de la población en general es un problema, porque a todas las mujeres nos afecta que existan espacios físicos, puestos a disposición de los hombres por el propio Estado, donde estos pueden abusar del poder que tienen sobre mujeres pobres y vulnerables».
  • «El que no seamos capaces de identificarnos como víctimas le viene muy bien al sistema, porque si no hay víctimas no hay agresores. Y si no hay víctimas ni agresores ni hay delito, el Estado no tiene nada que prevenir, nada que reparar, nada que garantizar. Se queda todo en casos aislados, mientras que es algo sistemático, que pasa por norma y que tiene que ver con la política».
  • «El regulacionismo significa que el Estado se lucra con la prostitución porque percibe los impuestos que pagan las prostitutas, así que eso le convertiría automáticamente en un Estado proxeneta».
  • «Hay hombres que no están dispuestos a escuchar un ‘no’ y compran el ‘sí’. Hay que empezar a considerar a los puteros agresores sexuales».