Diferencia entre revisiones de «Maurice Maeterlinck»

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* «Aprendamos a esperar siempre sin [[esperanza]]; es el secreto del heroísmo».<ref>{{Versalita|Señor}} (1997), p. 202.</ref>
* «Aprendamos a esperar siempre sin [[esperanza]]; es el secreto del heroísmo».<ref>{{Versalita|Señor}} (1997), p. 202.</ref>


* «A veces, mejor que combatir o querer salir de una desgracia, es probar a ser feliz dentro de ella, aceptándola».<ref>{{Versalita|Palomo}} (2013), p. 92.</ref>
* «A veces, mejor que combatir o querer salir de una desgracia, es probar a ser feliz dentro de ella, aceptándola».<ref>{{Versalita|Ortega}} (2013), p. 1173.</ref><ref>{{Versalita|Palomo}} (2013), p. 92.</ref>


* «Cada vez que cometo un error me parece descubrir una verdad que aún no conocía».<ref>{{Versalita|Señor}} (1997), p. 198.</ref>
* «Cada vez que cometo un error me parece descubrir una verdad que aún no conocía».<ref>{{Versalita|Señor}} (1997), p. 198.</ref>

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Maurice Maeterlinck

Véase también
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Maurice Maeterlinck (Gante, Bélgica, 29 de agosto de 1862 – Niza, Francia, 5 de mayo de 1949) fue un escritor belga, premio Nobel en 1911.

Citas

  • «Aprendamos a esperar siempre sin esperanza; es el secreto del heroísmo».[1]
  • «A veces, mejor que combatir o querer salir de una desgracia, es probar a ser feliz dentro de ella, aceptándola».[2][3]
  • «Cada vez que cometo un error me parece descubrir una verdad que aún no conocía».[4]
  • «Cuando se es feliz es cuando hay que tener más miedo; nada amenaza tanto como la felicidad».[5]
  • «El dolor es el alimento esencial del amor; cualquier amor que no se haya nutrido de un poco de dolor puro, muere».[6][7]
  • «El pasado siempre está presente».[8]
  • «El silencio es el sol que madura los frutos del alma».[9]
  • «Es bueno adquirir poco a poco la conformidad de no comprender nada». [«Sólo se tiene la felicidad que uno puede comprender»].[10]
  • «La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada, y la esperanza sobre lo que ignoramos, que es todo».[11]
  • «La felicidad no es más que una opinión».[12]
  • «¡Lo terrible no es la llegada de la muerte, sino el adiós a la vida!».[13]
  • «No podemos tener una idea exacta del que jamás se calla».[14]
  • «Se sufre menos del dolor mismo que del modo en que lo aceptamos».[15]
  • «Sólo se tiene la felicidad que uno puede comprender».[16]
  • «Todos los hombres están convencidos de que sus recuerdos, sean los que sean, son mejores que los de otro hombre cualquiera».[17]

Referencias

  1. Señor (1997), p. 202.
  2. Ortega (2013), p. 1173.
  3. Palomo (2013), p. 92.
  4. Señor (1997), p. 198.
  5. Ortega (2013), p. 1786.
  6. Señor (1997), p. 41.
  7. Palomo (2013), p. 40.
  8. Señor (1997), p. 511.
  9. Señor (1997), p. 482.
  10. Ortega (2013), p. 825.
  11. Palomo (2013), p. 120.
  12. Señor (1997), p. 229.
  13. Señor (1997), p. 384.
  14. Señor (1997), p. 482.
  15. Señor (1997), p. 8.
  16. Señor (1997), p. 229.
  17. Ortega (2013), p. 3565.

Bibliografía

  • Señor, Luis (1ª ed. 1997 / 2017). Diccionario de citas. Espasa Calpe. ISBN 8423992543.