Diferencia entre revisiones de «John Dos Passos»

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** Fuente: ''La iniciación de un hombre'' (1917).
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* «Para subrayar mi repulsa por las estupideces de la [[guerra]], yo había hecho, al igual que un sacerdote se obliga a la castidad, voto privado de fidelidad a una imaginaria república de humanistas que para mí representaba la lucha por la vida contra la muerte y la paralización. Figuras como [[Giordano Bruno]], [[Erasmo]], [[François Rabelais|Rabelais]] y [[Montaigne]] presidían los destinos de mi repñublica de las letras. Entre sus santos recientes clasificaba a [[Percy Bysshe Shelley|Shelley]], [[Stendhal]], [[Flaubert]] y posiblemente [[Walt Whitman]] y [[Rimbaud]]».
* «Para subrayar mi repulsa por las estupideces de la [[guerra]], yo había hecho, al igual que un sacerdote se obliga a la castidad, voto privado de fidelidad a una imaginaria república de humanistas que para mí representaba la lucha por la vida contra la muerte y la paralización. Figuras como [[Giordano Bruno]], [[Erasmo de Róterdam|Erasmo]], [[François Rabelais|Rabelais]] y [[Montaigne]] presidían los destinos de mi repñublica de las letras. Entre sus santos recientes clasificaba a [[Percy Bysshe Shelley|Shelley]], [[Stendhal]], [[Flaubert]] y posiblemente [[Walt Whitman]] y [[Rimbaud]]».
** Fuente: ''Años inolvidables''. Alianza Editorial, 1974. ISBN: 8420614882. Página 167.
** Fuente: ''Años inolvidables''. Alianza Editorial, 1974. ISBN: 8420614882. Página 167.



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John Dos Passos

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John Dos Passos (Chicago, Illinois, 14 de enero de 1896–Baltimore, Maryland, 28 de septiembre de 1970) fue un novelista y periodista estadounidense.

Citas

  • «A pesar de mi enorme timidez, fui a tomar el té con Juan Ramón Jiménez, que ya entonces parecía sacado de un cuadro de El Greco, y me presentaron al formidable Valle-Inclán de barbas de chivo a las tres de la mañana en un café lleno de corrientes de aire».
    • Fuente: Años inolvidables. [1]
  • «Babilonia y Nínive eran de ladrillo. Toda Atenas eran doradas columnas de mármol. Roma descansaba en anchos arcos de mampostería. En Constantinopla los minaretes llamean como enormes cirios en torno del Cuerno de oro... Acero, vidrio, baldosas, hormigón serán los materiales de los rascacielos. Apilados en la estrecha isla, edificios de mil ventanas surgirán resplandecientes, pirámide sobre pirámide, blancas nubes encima de la tormenta».[2][3]
  • «El escritor que escribe bien es el arquitecto de la historia».[4]
    • Fuente: Interviú (1938)
  • «El único que saca partido del capitalismo es el estafador, y se hace millonario enseguida».[5]
    • Fuente: Paralelo 42 (1930).
  • «La humanidad tiene una extraña afición por seguir las procesiones. Haga que cuatro hombres sigan una pancarta en la calle y, si esa pancarta está escrita con rimas de un optimismo agradable, al cabo de una hora, todo el pueblo estará en pie, listo para marchar con cualquier melodía que guste a los líderes».
    • Original: «Humanity has a strange fondness for following processions. Get four men following a banner down the street, and, if that banner is inscribed with rhymes of pleasant optimism, in an hour, all the town will be afoot, ready to march to whatever tune the leaders care to play».[6]
    • Fuente: «A Humble Protest», Harvard Monthly, 1916.
  • «La única excusa para un novelista, aparte del entretenimiento y de la vida imaginada que sus libros dan a las personas que los leen, es como una especie de historiador de segunda clase de la edad en que vive. La "realidad" que extrañó al escribir sobre personas imaginarias, la gana al poder construir una realidad más cercana fuera de su propia experiencia objetiva de lo que puede hacerlo un simple historiador o biógrafo».
    • Original: «The only excuse for a novelist, aside from the entertainment and vicarious living his books give the people who read them, is as a sort of second-class historian of the age he lives in. The "reality" he missed by writing about imaginary people, he gains by being able to build a reality more nearly out of his own factual experience than a plain historian or biographer can».[7]
    • Fuente: Statement of Belief, Bookman, septiembre de 1928.
  • «Lloramos porque no podemos amar, porque no nos interesa nada, no creemos en nada, vivimos para nada, porque somos libres; libres como las barcas perdidas en el mar».[8]
    • Fuente: En todos los países (1934).
  • «No tengo suficiente fe en la naturaleza humana como para ser anarquista».[9]
    • Fuente: La iniciación de un hombre (1917).
  • «Para subrayar mi repulsa por las estupideces de la guerra, yo había hecho, al igual que un sacerdote se obliga a la castidad, voto privado de fidelidad a una imaginaria república de humanistas que para mí representaba la lucha por la vida contra la muerte y la paralización. Figuras como Giordano Bruno, Erasmo, Rabelais y Montaigne presidían los destinos de mi repñublica de las letras. Entre sus santos recientes clasificaba a Shelley, Stendhal, Flaubert y posiblemente Walt Whitman y Rimbaud».
    • Fuente: Años inolvidables. Alianza Editorial, 1974. ISBN: 8420614882. Página 167.
  • «Puedes arrancar al hombre de su país, pero no puedes arrancar el país del corazón del hombre».[10]
    • Fuente: Balance de una Nación (1957).
  • «...Quería y admiraba al pueblo ruso. Me había fascinado su país, enorme y variado, pero cuando a la mañana siguiente crucé la frontera polaca –Polonia no era comunista entonces– me sentí como si saliera de la cárcel».
    • Fuente: Años inolvidables. Alianza Editorial, 1974. ISBN: 8420614882. Página 243.
  • «Si la libertad pudiera conducir sus propios asuntos, eso sería la democracia».[11]
    • Fuente: Balance de una Nación [Ver también: The Men Who Made the Nation: The architects of the young republic 1782-1802 (1957). Knopf Doubleday Publishing Group, 2011.] ISBN: 9780307787040.
  • «Todo nuestro sistema gubernamental está basado en la idea de que ningún hombre es lo bastante bueno para que se le confíe algo más que un poder limitado sobre sus congéneres».[12]
    • Fuente: Balance de una Nación (1957)
  • «Una de las cosas más extraordinarias de la sociedad industrial de nuestros días es su estúpida falta de memoria. Los tabloides y las películas toman el lugar de los procesos mentales y las revueltas, los crímenes, las desesperanzas pasan en un goteo de palabras vagas y frases de sellos sin dejar un rasguño en la mente de la masa impulsada por los manipulados pagos a plazo, el envasado del metro».
    • Original: «One of the most extraordinary things about industrial society of the present day is its idiot lack of memory. Tabloids and movies take the place of mental processes and revolts, crimes, despairs pass off in a dribble of vague words and rubber stamp phrases without leaving a scratch on the mind of the driven instalment-paying, subway-packing mass».[13]
    • Fuente: Sacco and Vanzetti, revisión de La vida y la muerte de Sacco y Vanzetti, de Eugene Lyons, noviembre de 1927.

Diálogos

  • «Marco: En el mundo entero pasa lo mismo. La policía moliéndonos a palos, los ricos explotándonos con sus míseros jornales, ¿y quién tiene la culpa?... ¡Per (sic.) Dios! Usté, yo, Emile, todos tenemos la culpa.
    Emile: Nosotros no hemos hecho el mundo... Son ellos los que lo han hecho o Dios, quizá.
    Marco: Dios está de su parte, como un policía... Cuando llegue la hora mataremos a Dios... Yo soy anarquista».[14]

Referencias

  1. Alianza Editorial, 1974. ISBN: 8420614882. Página 43.
  2. Müller, Luis. La condición urbana. Pensar la ciudad: aportaciones de las ciencias sociales
  3. Dos Passos, John. Manhattan Transfer, p. 17. Traducción de José Robles. Editorial Bruguera, 1981. ISBN 8402082610.
  4. Albaigès (1997), p. 43.
  5. Albaigès (1997), p. 220.
  6. Dos Passos, John. John Dos Passos: the major nonfictional prose, p. 30. Editor Donald Pizer. Edición reimpresa. Wayne State University Press, 1988. ISBN 9780814320570.
  7. Carr, Virginia Spencer; Donald Pizer. Dos Passos: A Life, p. 327. Edición ilustrada y reimpresa. Northwestern University Press, 2004. ISBN 9780810122000.
  8. Albaigès (1997), p. 211.
  9. Albaigès (1997), p. 364.
  10. Albaigès (1997), p. 361.
  11. Albaigès Olivart (1997), p. 169.
  12. Albaigès (1997), p. 369.
  13. Fishkin, Shelley Fisher. From Fact to Fiction: Journalism & Imaginative Writing in America, p. 181. Edición ilustrada y reimpresa. Oxford University Press, 1988. ISBN 9780195206388.
  14. Dos Passos, John. Manhattan Transfer, p. 46. Traducción de José Robles. Editorial Bruguera, 1981. ISBN. 8402082610.

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