Diferencia entre revisiones de «Baruch Spinoza»

De Wikiquote, la colección libre de citas y frases célebres.
Contenido eliminado Contenido añadido
Ortografía; mantenimiento
Ortografía; mantenimiento
Línea 25: Línea 25:


===A===
===A===
* «Ahora bien, el gran [[secreto]] del [[Monarquía|régimen monárquico]] y su máximo interés en mantener [[Engaño|engañados]] a los [[Hombre|hombres]] y en disfrazar, bajo el especioso nombre de [[religión]], el [[miedo]] con el que se los quiere [[Control|controlar]], a fin de que luchen por su [[esclavitud]], como si tratara de su [[salvación]], y no consideren una ignominia, sino el máximo [[honor]], dar su [[sangre]] y su [[alma]] para [[orgullo]] de un solo hombre. Por el contrario, en un [[Libertad|estado libre]] no cabría imaginar ni emprender nada más desdichado, ya que es totalmente contrario a la libertad de todos adueñarse del libre [[Pensamiento|juicio]] de cada cual mediante [[Prejuicio|prejuicios]] o coaccionarlo de cualquier forma».<ref>{{Versalita|Barreiro Barreiro}}, Xosé Luís. ''Ilustración e modernidade: os avatares da razón''. Editor Universidad de Santiago de Compostela, 2001. ISBN 9788481219616, p. 36.</ref>
* «Ahora bien, el gran [[secreto]] del [[Monarquía|régimen monárquico]] y su máximo interés en mantener [[Engaño|engañados]] a los [[Hombre|hombres]] y en disfrazar, bajo el especioso nombre de [[religión]], el [[miedo]] con el que se los quiere [[Control|controlar]], a fin de que luchen por su [[esclavitud]], como si tratara de su [[salvación]], y no consideren una ignominia, sino el máximo [[honor]], dar su [[sangre]] y su [[alma]] para [[orgullo]] de un solo hombre. Por el contrario, en un [[Libertad|estado libre]] no cabría imaginar ni emprender nada más desdichado, ya que es totalmente contrario a la libertad de todos adueñarse del libre [[Pensamiento|juicio]] de cada cual mediante [[Prejuicio|prejuicios]] o coaccionarlo de cualquier forma».<ref>{{Versalita|Barreiro Barreiro}}, Xosé Luís. ''Ilustración e modernidade: os avatares da razón'', p. 36. Editor Universidad de Santiago de Compostela, 2001. ISBN 9788481219616.</ref>


* «Ahora bien, que el hombre tenga la [[idea]] de [[Dios]] está claro, puesto que él entiende sus atributos y estos atributos, no pueden ser producidos por él, ya que es imperfecto».<ref>{{Versalita|Corres Ayala}}, Patricia. ''La memoria del olvido''. Edición ilustrada. Editorial Distribuciones Fontamara, 2001. ISBN 9789684763630, p. 18.</ref>
* «Ahora bien, que el hombre tenga la [[idea]] de [[Dios]] está claro, puesto que él entiende sus atributos y estos atributos, no pueden ser producidos por él, ya que es imperfecto».<ref>{{Versalita|Corres Ayala}}, Patricia. ''La memoria del olvido'', p. 18. Edición ilustrada. Editorial Distribuciones Fontamara, 2001. ISBN 9789684763630.</ref>


===C===
===C===
* «Comprender es el principio de aprobar».<ref>{{Versalita|Palomo Triguero}}, Eduardo. ''Cita-logía''. Editorial Punto Rojo Libros, S.L. ISBN 978-84-16068-10-4, p. 69.</ref>
* «Comprender es el principio de aprobar».<ref>{{Versalita|Palomo Triguero}}, Eduardo. ''Cita-logía'', p. 69. Editorial Punto Rojo Libros, S.L. ISBN 978-84-16068-10-4.</ref>


* «Comprendí que las [[Ley|leyes]] reveladas por Dios a [[Moisés]] no fueron otra cosa que el [[derecho]] particular del [[Estado]] hebreo y que, por tanto, ningún otro tenía [[obligación]] de aceptarlas, y que incluso ellos mismos sólo estaban sujetos a ellas, mientras durara su Estado».<ref>{{Versalita|Rúspoli}}, Enrique. ''La marca del exilio: La Beltraneja, Cardoso y Godoy''. Ediciones Temas de Hoy, 1992. Procedencia del original: Universidad de California. Digitalizado: 30 enero 2007. ISBN 9788478801541, p. 147.</ref>
* «Comprendí que las [[Ley|leyes]] reveladas por Dios a [[Moisés]] no fueron otra cosa que el [[derecho]] particular del [[Estado]] hebreo y que, por tanto, ningún otro tenía [[obligación]] de aceptarlas, y que incluso ellos mismos sólo estaban sujetos a ellas, mientras durara su Estado».<ref>{{Versalita|Rúspoli}}, Enrique. ''La marca del exilio: La Beltraneja, Cardoso y Godoy'', p. 147. Ediciones Temas de Hoy, 1992. Procedencia del original: Universidad de California. Digitalizado: 30 enero 2007. ISBN 9788478801541.</ref>


* «Concluimos, pues que el pacto no puede tener fuerza alguna, sino en razón de la [[utilidad]], y que, suprimida ésta, se suprime ''ipso facto'' el pacto y queda sin valor. Por tanto, es necio pedir a alguien que no sea siempre fiel a su [[promesa]] si, al mismo tiempo, no se procura conseguir que al que rompa el pacto contraído le siga de ahí más [[daño]] que [[utilidad]]. Esta [[doctrina]] debe aplicarse ante todo en el momento de organizar un estado».<ref>{{Versalita|Carvajal}}, Julian; {{Versalita|Cámara}}, María Luisa de la. ''Spinoza''. Editorial Universidad de Castilla La Mancha, 2008. ISBN 9788484276159, p. 119.</ref>
* «Concluimos, pues que el pacto no puede tener fuerza alguna, sino en razón de la [[utilidad]], y que, suprimida ésta, se suprime ''ipso facto'' el pacto y queda sin valor. Por tanto, es necio pedir a alguien que no sea siempre fiel a su [[promesa]] si, al mismo tiempo, no se procura conseguir que al que rompa el pacto contraído le siga de ahí más [[daño]] que [[utilidad]]. Esta [[doctrina]] debe aplicarse ante todo en el momento de organizar un estado».<ref>Carvajal y Cámara (2008), p. 119.</ref>
** Fuente: ''Tratado teológico político''.
** Fuente: ''Tratado teológico político''.


Línea 40: Línea 40:


===D===
===D===
* «Dado, pues, que la ley no es nada más que la forma de [[vida]] que los hombres se imponen a sí mismos o a otros por algún fin, parece que hay que distinguir ley humana y ley divina».<ref>''Boletín del Instituto Riva-Agüero'', número 25. Publicaciones Instituto Riva Agüero. Autor Instituto Riva Agüero. Editor Pontificia Universidad Católica del Perú, 1998, p. 270.</ref>
* «Dado, pues, que la ley no es nada más que la forma de [[vida]] que los hombres se imponen a sí mismos o a otros por algún fin, parece que hay que distinguir ley humana y ley divina».<ref>''Boletín del Instituto Riva-Agüero'', número 25, p. 270. Publicaciones Instituto Riva Agüero. Autor Instituto Riva Agüero. Editor Pontificia Universidad Católica del Perú, 1998.</ref>
** Fuente: ''La teoría de Dios según Spinoza''.
** Fuente: ''La teoría de Dios según Spinoza''.


Línea 46: Línea 46:
** Fuente: ''Tratado teológico-político [VII, 1], 1670/1986: 194.''
** Fuente: ''Tratado teológico-político [VII, 1], 1670/1986: 194.''


* «De donde resulta que ninguna [[sociedad]] puede subsistir sin [[autoridad]], sin [[fuerza]] y, por tanto, sin leyes que moderen y controlen el ansia de [[placer]] y los impulsos desenfrenados».<ref>{{Versalita|Hermosa Andújar}}, Antonio. ''La teoría del estado de Spinoza''. Editorial Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1989, p. 53.</ref>
* «De donde resulta que ninguna [[sociedad]] puede subsistir sin [[autoridad]], sin [[fuerza]] y, por tanto, sin leyes que moderen y controlen el ansia de [[placer]] y los impulsos desenfrenados».<ref>{{Versalita|Hermosa Andújar}}, Antonio. ''La teoría del estado de Spinoza'', p. 53. Editorial Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1989.</ref>
** Fuente: ''Tratado teológico político, V''
** Fuente: ''Tratado teológico político, V''


* «Dios no tiene derecha ni izquierda, ni se mueve ni está parado, ni se halla en un lugar, sino que es absolutamente [[infinito]] y contiene en sí todas las perfecciones».<ref>{{Versalita|Rúspoli}}, Enrique. ''La marca del exilio: La Beltraneja, Cardoso y Godoy''. Ediciones Temas de Hoy, 1992. Procedencia del original: Universidad de California. Digitalizado: 30 enero 2007. ISBN 9788478801541, p. 150.</ref>
* «Dios no tiene derecha ni izquierda, ni se mueve ni está parado, ni se halla en un lugar, sino que es absolutamente [[infinito]] y contiene en sí todas las perfecciones».<ref>{{Versalita|Rúspoli}}, Enrique. ''La marca del exilio: La Beltraneja, Cardoso y Godoy'', p. 150. Ediciones Temas de Hoy, 1992. Procedencia del original: Universidad de California. Digitalizado: 30 enero 2007. ISBN 9788478801541.</ref>


===E===
===E===
* «El derecho de dicha sociedad se llama democracia; ésta se define, pues, como asociación general de hombres que posee colegialmente el supremo derecho a todo lo que puede. De donde se sigue que la potestad suprema no está sometida a ninguna ley, sino que todos deben obedecerla en todo».<ref>{{Versalita|Carvajal Cordón}}, Julián. ''Moral, derecho y política en Immanuel Kant''. Edición ilustrada. Editorial Universidad de Castilla La Mancha, 1999. ISBN 9788489958869, p. 42.</ref>
* «El derecho de dicha sociedad se llama democracia; ésta se define, pues, como asociación general de hombres que posee colegialmente el supremo derecho a todo lo que puede. De donde se sigue que la potestad suprema no está sometida a ninguna ley, sino que todos deben obedecerla en todo».<ref>{{Versalita|Carvajal Cordón}}, Julián. ''Moral, derecho y política en Immanuel Kant''. Edición ilustrada. Editorial Universidad de Castilla La Mancha, 1999. ISBN 9788489958869, p. 42.</ref>


* «El derecho natural de cada hombre no se determina, pues, por la sana razón, sino por el deseo y el poder». <ref>Citado en Muralt, André de. La estructura de la filosofía política moderna: sus orígenes medievales en Escoto, Ockham y Suárez. Editor Valentín Fernández Polanco. Traducido por Francisco León Florido, Valentín Fernández Polanco. Edición ilustrada. Editor Ediciones AKAL, 2002. ISBN 9788470904509. p. 125.</ref>
* «El derecho natural de cada hombre no se determina, pues, por la sana razón, sino por el deseo y el poder».<ref> Muralt, André de. ''La estructura de la filosofía política moderna: sus orígenes medievales en Escoto, Ockham y Suárez'', p. 125. Editor Valentín Fernández Polanco. Traducido por Francisco León Florido, Valentín Fernández Polanco. Edición ilustrada. Editor Ediciones AKAL, 2002. ISBN 9788470904509.</ref>
** Fuente: ''Tratado teológico político'', capítulo XVI.
** Fuente: ''Tratado teológico político'', capítulo XVI.


Línea 60: Línea 60:
** Fuente: ''Ética, Definiciones de los afectos I''.
** Fuente: ''Ética, Definiciones de los afectos I''.


* «El Estado más violento será, pues aquel en que se niega a cada uno la libertad de decir y enseñar lo que piensa, y será, en cambio, moderado aquel en que se concede a todos esa misma libertad». <ref name="abrama">Citado en Abraham, TomásLa máquina Deleuze: Tomás Abraham y el seminario de los jueves. Editorial Penguin Random House Grupo Editorial Argentina, 2011. ISBN 9789500734615.</ref>
* «El Estado más violento será, pues aquel en que se niega a cada uno la libertad de decir y enseñar lo que piensa, y será, en cambio, moderado aquel en que se concede a todos esa misma libertad».<ref name="abrama">Abraham, Tomás. ''La máquina Deleuze: Tomás Abraham y el seminario de los jueves''. Penguin Random House Grupo Editorial Argentina, 2011. ISBN 9789500734615.</ref>


* «El fin del estado no es convertir a los hombres de seres racionales en bestias o autómatas sino lograr más bien que su alma y su cuerpo desempeñen sus funciones con seguridad y que con ellos se sirvan de su razón libre y que no se combatan con odios, iras o engaños, ni se ataquen con perversas intenciones. El verdadero fin del estado es, pues, la libertad». <ref name="abrama"/>
* «El fin del estado no es convertir a los hombres de seres racionales en bestias o autómatas sino lograr más bien que su alma y su cuerpo desempeñen sus funciones con seguridad y que con ellos se sirvan de su razón libre y que no se combatan con odios, iras o engaños, ni se ataquen con perversas intenciones. El verdadero fin del estado es, pues, la libertad». <ref name="abrama"/>
Línea 74: Línea 74:
* «En el Estado democrático, dónde todos deciden, de común acuerdo [communis consensus], vivir solamente según el dictamen de la razón». <ref>Citado en Logos: revista de filosofía, números 79-81. Colaborador Universidad La Salle de México. Escuela de Filosofía. Editor Escuela de Filosofía, Universidad La Salle, 1999. p. 106.</ref>
* «En el Estado democrático, dónde todos deciden, de común acuerdo [communis consensus], vivir solamente según el dictamen de la razón». <ref>Citado en Logos: revista de filosofía, números 79-81. Colaborador Universidad La Salle de México. Escuela de Filosofía. Editor Escuela de Filosofía, Universidad La Salle, 1999. p. 106.</ref>


* «En el Estado o gobierno donde la suprema ley es la salvación del pueblo y no del que manda, quien obedece en todo a la suprema potestad debe ser considerado súbdito y no esclavo inútil». <ref name="inma">{{Versalita|Tatián}}, Diego; {{Versalita|Torres}}, Sebastián. ''Las aventuras de la inmanencia: ensayos sobre Spinoza''. Editores Diego Tatián, Sebastian Torres. Editor Cuadernos de Nombres, 2002, p. 56.</ref>
* «En el Estado o gobierno donde la suprema ley es la salvación del pueblo y no del que manda, quien obedece en todo a la suprema potestad debe ser considerado súbdito y no esclavo inútil».<ref name="inma">{{Versalita|Tatián}}, Diego; {{Versalita|Torres}}, Sebastián. ''Las aventuras de la inmanencia: ensayos sobre Spinoza'', p. 56. Editores Diego Tatián, Sebastian Torres. Editor Cuadernos de Nombres, 2002.</ref>


* «El método de interpretar la Escritura no es diferente del método de interpretar la naturaleza, sino que concuerda completamente con él».<ref name="midi"/>
* «El método de interpretar la Escritura no es diferente del método de interpretar la naturaleza, sino que concuerda completamente con él».<ref name="midi"/>


* «Entre la fe o teología y la filosofía no existe comunicación ni afinidad alguna».<ref>{{Versalita|García-Baró}}, Miguel. ''La compasión y la catástrofe: ensayos de pensamiento judío''. Ediciones Sígueme, 2007. ISBN 9788430116454, p. 147.</ref>
* «Entre la fe o teología y la filosofía no existe comunicación ni afinidad alguna».<ref>{{Versalita|García-Baró}}, Miguel. ''La compasión y la catástrofe: ensayos de pensamiento judío'', p. 147. Ediciones Sígueme, 2007. ISBN 9788430116454.</ref>


* «Es sumamente raro que los hombres cuenten una cosa simplemente como ha sucedido, sin mezclar al relato nada de su propio juicio».<ref>{{Versalita|Carvajal}}, Julian; {{Versalita|Cámara}}, María Luisa de la. ''Spinoza''. Editorial Universidad de Castilla La Mancha, 2008. ISBN 9788484276159, p. 305.</ref>
* «Es sumamente raro que los hombres cuenten una cosa simplemente como ha sucedido, sin mezclar al relato nada de su propio juicio».<ref>Carvajal y Cámara (2008), p. 305.</ref>
** Fuente: ''Tratado teológico práctico. 6, 91-92''.
** Fuente: ''Tratado teológico práctico. 6, 91-92''.


* «Existe tanta diferencia entre las cabezas como entre los paladares».<ref>{{Versalita|Izquierdo}}, Agustín. ''La filosofía contra la religión: ideas sobre el ateísmo''. Edición ilustrada. EDAF, 2003. ISBN 9788441413375, p. 12.</ref>
* «Existe tanta diferencia entre las cabezas como entre los paladares».<ref>{{Versalita|Izquierdo}}, Agustín. ''La filosofía contra la religión: ideas sobre el ateísmo'', p. 12. Edición ilustrada. EDAF, 2003. ISBN 9788441413375.</ref>


===F===
===F===
* «Finalmente, el odio surge tambén del simple testimonio, como lo vemos en los turcos contra judíos y cristianos, en los judíos contra turcos y cristianos, en los cristianos contra judíos y turcos, etc. ¡Cuán ignorante es, en efecto, la gran masa de todos éstos acerca de la religión y las costumbres de los otros!».<ref>{{Versalita|Tatián}}, Diego. ''La cautela del salvaje: pasiones y política en Spinoza''. Editorial AH, Adriana Hidalgo Editora, 2001. ISBN 9789879396667, p. 118.</ref>
* «Finalmente, el odio surge tambén del simple testimonio, como lo vemos en los turcos contra judíos y cristianos, en los judíos contra turcos y cristianos, en los cristianos contra judíos y turcos, etc. ¡Cuán ignorante es, en efecto, la gran masa de todos éstos acerca de la religión y las costumbres de los otros!».<ref>{{Versalita|Tatián}}, Diego. ''La cautela del salvaje: pasiones y política en Spinoza'', p. 118. Editorial AH, Adriana Hidalgo Editora, 2001. ISBN 9789879396667.</ref>


===H===
===H===
Línea 120: Línea 120:
* «La paz es una virtud, un estado mental, una disposición constante en pro de la Benevolencia, la Confianza y la Justicia».<ref>Citado en Cátedra por la Paz. Colaborador Universidad Central de Venezuela. Cátedra Libre por la Paz. Editorial La Universidad, 1988. Procedencia del original: Universidad de Texas. Digitalizado: 23 octubre 2007 ISBN 9789800002377. p. 149.</ref> <ref>Citado en Revista de la Universidad Industrial de Santander: Humanidades, volumen 17,Número 1 - Volumen 18,Número 1. Editorial La Universidad, 1988. p. 147.</ref>
* «La paz es una virtud, un estado mental, una disposición constante en pro de la Benevolencia, la Confianza y la Justicia».<ref>Citado en Cátedra por la Paz. Colaborador Universidad Central de Venezuela. Cátedra Libre por la Paz. Editorial La Universidad, 1988. Procedencia del original: Universidad de Texas. Digitalizado: 23 octubre 2007 ISBN 9789800002377. p. 149.</ref> <ref>Citado en Revista de la Universidad Industrial de Santander: Humanidades, volumen 17,Número 1 - Volumen 18,Número 1. Editorial La Universidad, 1988. p. 147.</ref>


* «La naturaleza no crea las naciones, sino los individuos, los cuales no se distribuyen en naciones, sino por la diversidad de lenguas, de leyes y de costumbres practicadas, y sólo de estás dos, es decir, de las leyes y las costumbres, puede derivarse que cada nación tenga un talante especial, una situación particular y, en fin, unos prejuicios propios».<ref>Citado en El saber filosófico: Antiguo y moderno. Contribuidores Jorge Martínez Contreras, Aura Ponce de Leon, Luis Villoro. Edición ilustrada. Editorial Siglo XXI, 2007. ISBN 9789682326943. p. 465.</ref>
* «La naturaleza no crea las naciones, sino los individuos, los cuales no se distribuyen en naciones, sino por la diversidad de lenguas, de leyes y de costumbres practicadas, y sólo de estás dos, es decir, de las leyes y las costumbres, puede derivarse que cada nación tenga un talante especial, una situación particular y, en fin, unos prejuicios propios».<ref>Martínez Contreras, Jorge ''et al.'' ''El saber filosófico: Antiguo y moderno'', p. 465. Editorial Siglo XXI, 2007. ISBN 9789682326943.</ref>
** Fuente: ''Tratado teológico político, XVII.''
** Fuente: ''Tratado teológico político, XVII.''


* «Las cosas cognoscibles son infinitas».<ref name="idedio"/>
* «Las cosas cognoscibles son infinitas».<ref name="idedio"/>


* «Las [[idea]]s no son unas pinturas mudas sobre una pizarra; una idea, en tanto que es idea, incluye una afirmación o una negación».<ref>Citado en López, Nila. Maestras: el poder con los otros. Editor FONDEC, 2006. ISBN 9789992590799. p. 397.</ref>
* «Las [[idea]]s no son unas pinturas mudas sobre una pizarra; una idea, en tanto que es idea, incluye una afirmación o una negación».<ref>López, Nila. ''Maestras: el poder con los otros'', p. 397. Editor FONDEC, 2006. ISBN 9789992590799.</ref>


* «Los adivinos sólo infunden el máximo respeto a la plebe y el máximo temor a los reyes en los momentos más críticos para un Estado». <ref>Citado en Filosofía política contemporánea: controversias sobre civilización, imperio y ciudadanía. Editores Atilio Borón, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires. Departamento de Ciencia Política, Universidade de São Paulo. Departamento de Ciência Política. Compilado porAtilio Borón. Colaborador Gabriel Cohn. Editorial CLACSO, 2003. ISBN 9789509231870. p. 126.</ref>
* «Los adivinos sólo infunden el máximo respeto a la plebe y el máximo temor a los reyes en los momentos más críticos para un Estado».<ref>''Filosofía política contemporánea: controversias sobre civilización, imperio y ciudadanía'', p. 126. Editores Atilio Borón, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires. Departamento de Ciencia Política, Universidade de São Paulo. Departamento de Ciência Política. Compilado por Atilio Borón. Colaborador Gabriel Cohn. Editorial CLACSO, 2003. ISBN 9789509231870. </ref>


* «Los judíos solían referir a Dios todas aquellas cosas que superaban su capacidad y cuyas causas naturales ignoraban en aquella época».<ref>{{Versalita|Perdigón Lesmes}}, Cristhian. ''Spinoza: El Amor al Conocimiento: Reciprocidad Entre Epistemologia, Teologia y Etica''. Editor Universidad del Rosario, 2010. ISBN 9789587380927, p. 120.</ref>
* «Los judíos solían referir a Dios todas aquellas cosas que superaban su capacidad y cuyas causas naturales ignoraban en aquella época».<ref>{{Versalita|Perdigón Lesmes}}, Cristhian. ''Spinoza: El Amor al Conocimiento: Reciprocidad Entre Epistemologia, Teologia y Etica''. Editor Universidad del Rosario, 2010. ISBN 9789587380927, p. 120.</ref>
** Fuente: ''Tratado teológico político, I, 23.''
** Fuente: ''Tratado teológico político, I, 23.''


* «Lo único por lo que se distinguen las naciones entre sí es por la forma de su sociedad y de las leyes bajo las cuales viven y son gobernadas». <ref>Citado en Revista de filosofía de la Universidad de Costa Rica, Volumen 37. Contribuidores Universidad Nacional (Costa Rica). Departamento de Filosofía, Universidad de Costa Rica. Departamento de Filosofía, Escuela de Filosofía. Universidad de Costa Rica, 1999, p. 169.</ref>
* «Lo único por lo que se distinguen las naciones entre sí es por la forma de su sociedad y de las leyes bajo las cuales viven y son gobernadas».<ref>''Revista de filosofía de la Universidad de Costa Rica'', Volumen 37. Contribuidores Universidad Nacional (Costa Rica). Departamento de Filosofía, Universidad de Costa Rica. Departamento de Filosofía, Escuela de Filosofía. Universidad de Costa Rica, 1999, p. 169.</ref>


* «Los hombres se creen libres porque ellos son conscientes de sus voluntades y deseos, pero son ignorantes de las causas por las cuales ellos son llevados al deseo y a la esperanza».<ref>{{Versalita|Marastoni}}, Marcelo. ''Asmodeus, Diario Del Caído''. Editor Lulu.com, 2008. ISBN 9781435719347, p. 34.</ref>
* «Los hombres se creen libres porque ellos son conscientes de sus voluntades y deseos, pero son ignorantes de las causas por las cuales ellos son llevados al deseo y a la esperanza».<ref>{{Versalita|Marastoni}}, Marcelo. ''Asmodeus, Diario Del Caído''. Editor Lulu.com, 2008. ISBN 9781435719347, p. 34.</ref>
Línea 138: Línea 138:
* «Los teólogos se han afanado, las más de las veces, por hallar la forma de arrancar de las Sagradas Escrituras sus ficciones y antojos y avalarlos con la autoridad divina».<ref name="midi"/>
* «Los teólogos se han afanado, las más de las veces, por hallar la forma de arrancar de las Sagradas Escrituras sus ficciones y antojos y avalarlos con la autoridad divina».<ref name="midi"/>


* «Luego, una inteligencia que sea de hecho finita o de hecho infinita, debe comprender los atributos de Dios y las modificaciones de Dios, y no otra cosa».<ref>{{Versalita|Spinoza}}, Benedictus de (traducido por Juan B. Bergua). ''Spinoza: Obras completas''. Edición anotada. Editor Ediciones Ibéricas y L.C.L., 1966. ISBN 9788470830112, p. 116.</ref>
* «Luego, una inteligencia que sea de hecho finita o de hecho infinita, debe comprender los atributos de Dios y las modificaciones de Dios, y no otra cosa».<ref>{{Versalita|Spinoza}}, Benedictus de (traducido por Juan B. Bergua). ''Spinoza: Obras completas'', p. 116. Edición anotada. Editor Ediciones Ibéricas y L.C.L., 1966. ISBN 9788470830112.</ref>


===N===
===N===
* «Nada extraño, pues, que, bajo pretexto de la religión, la masa sea fácilmente inducida, ora a adorar a sus reyes como dioses, ora a execrarlos y a detestarlos como peste universal del género humano. A fin de evitar, pues, este mal se ha puesto sumo esmero en adornar la religión, verdadera o falsa, mediante un pomposo ceremonial que le diera prestigio en todo momento y le asegurara siempre la máxima veneración de parte de todos».<ref name="abrama"/>
* «Nada extraño, pues, que, bajo pretexto de la religión, la masa sea fácilmente inducida, ora a adorar a sus reyes como dioses, ora a execrarlos y a detestarlos como peste universal del género humano. A fin de evitar, pues, este mal se ha puesto sumo esmero en adornar la religión, verdadera o falsa, mediante un pomposo ceremonial que le diera prestigio en todo momento y le asegurara siempre la máxima veneración de parte de todos».<ref name="abrama"/>


* «Nadie, en efecto, podrá jamás transferir a otro su poder ni, por tanto, su derecho, hasta el punto de dejar de ser hombre; ni existirá jamás una potestad suprema que pueda hacerlo todo tal como quiera».<ref>Citado en Carvajal, Julian; Cámara, María Luisa de la. Spinoza. Editor María Luisa de la Cámara. Editorial Universidad de Castilla La Mancha, 2008. ISBN 9788484276159. p. 325.</ref>
* «Nadie, en efecto, podrá jamás transferir a otro su poder ni, por tanto, su derecho, hasta el punto de dejar de ser hombre; ni existirá jamás una potestad suprema que pueda hacerlo todo tal como quiera».<ref>Carvajal y Cámara (2008), p. 325.</ref>


* «Nadie que haya leído el Nuevo testamento puede dudar que los apóstoles fueron profetas».<ref>{{Versalita|Spinoza}}, Benedictus de. ''Obras completas de Spinoza'', Volumen 2. Editor Acervo Cultural, 1977, p. 191.</ref>
* «Nadie que haya leído el Nuevo testamento puede dudar que los apóstoles fueron profetas».<ref>{{Versalita|Spinoza}}, Benedictus de. ''Obras completas de Spinoza'', Volumen 2, p. 191. Editor Acervo Cultural, 1977.</ref>


* «Nadie que esté al frente de un estado puede, sin crimen, cumplir sus promesas en detrimento de su estado si ve que algo redunda en detrimento del suyo, no puede cumplirlo sin faltar a la fidelidad prometida a los subditos, que es su máxima obligación [...]».<ref name=leysup/>
* «Nadie que esté al frente de un estado puede, sin crimen, cumplir sus promesas en detrimento de su estado si ve que algo redunda en detrimento del suyo, no puede cumplirlo sin faltar a la fidelidad prometida a los subditos, que es su máxima obligación [...]».<ref name=leysup/>
** ''Tratado teológico político, XVI''.
** ''Tratado teológico político, XVI''.


* «Ningún milagro nos permite entender ni la esencia ni la existencia ni la providencia de Dios, sino que, por el contrario, estas cosas se perciben mucho mejor por el orden fijo e inmutable de la Naturaleza». <ref name="midi">Israel, Jonathan I. La Ilustración radical: La filosofía y la construcción de la modernidad, 1650-1750. Traducido por Ana Tamarit. Editor Fondo de Cultura Economica, 2017. ISBN 9786071649034.</ref>
* «Ningún milagro nos permite entender ni la esencia ni la existencia ni la providencia de Dios, sino que, por el contrario, estas cosas se perciben mucho mejor por el orden fijo e inmutable de la Naturaleza».<ref name="midi">Israel, Jonathan I. ''La Ilustración radical: La filosofía y la construcción de la modernidad, 1650-1750''. Traducido por Ana Tamarit. Fondo de Cultura Economica, 2017. ISBN 9786071649034.</ref>
** Nota: Spinoza mantiene que los milagros, incluso los bíblicos, son meras construcciones mentales de los hombres sin ninguna realidad objetiva. Al no ser construcciones divinas , sino del hombre, no permiten entender a Dios.
** Nota: Spinoza mantiene que los milagros, incluso los bíblicos, son meras construcciones mentales de los hombres sin ninguna realidad objetiva. Al no ser construcciones divinas, sino del hombre, no permiten entender a Dios.


* «No me arrepiento de nada. El que se arrepiente de lo que ha hecho es doblemente [[Miseria|miserable]]».<ref>{{Versalita|Amate Pou}}, Jordi. ''Paseando por una parte de la Historia: Antología de citas''. Penguin Random House Grupo Editorial España, 2017. ISBN 9788417321871, p. 64.</ref>
* «No me arrepiento de nada. El que se arrepiente de lo que ha hecho es doblemente [[Miseria|miserable]]».<ref>{{Versalita|Amate Pou}}, Jordi. ''Paseando por una parte de la Historia: Antología de citas'', p. 64. Penguin Random House Grupo Editorial España, 2017. ISBN 9788417321871.</ref>


* «Nosotros no podemos demostrar por la razón si es verdadero o falso el fundamento de la teología, a saber, que los hombres se salvan por la sola obediencia».<ref>{{Versalita|Tatián}}, Diego. ''Spinoza y el amor del mundo''. Editorial Altamira, 2004. ISBN 9789879017265, p. 24.</ref>
* «Nosotros no podemos demostrar por la razón si es verdadero o falso el fundamento de la teología, a saber, que los hombres se salvan por la sola obediencia».<ref>{{Versalita|Tatián}}, Diego. ''Spinoza y el amor del mundo''. Editorial Altamira, 2004. ISBN 9789879017265, p. 24.</ref>
Línea 163: Línea 163:
* «Por consiguiente, para que se aprecie la fidelidad y no la adulación y para que las supremas potestades mantengan mejor el poder, sin que tengan que ceder a los sediciosos, es necesario conceder a los hombres la libertad de juicio y gobernarlos de tal suerte que, aunque piensen abiertamente cosas distintas y opuestas, vivan en paz [...] esta forma de gobernar es la mejor y la que trae menores inconvenientes, ya que está más acorde con la naturaleza humana».<ref name="midi"/>
* «Por consiguiente, para que se aprecie la fidelidad y no la adulación y para que las supremas potestades mantengan mejor el poder, sin que tengan que ceder a los sediciosos, es necesario conceder a los hombres la libertad de juicio y gobernarlos de tal suerte que, aunque piensen abiertamente cosas distintas y opuestas, vivan en paz [...] esta forma de gobernar es la mejor y la que trae menores inconvenientes, ya que está más acorde con la naturaleza humana».<ref name="midi"/>


* «Por Dios entiendo un ser absolutamente infinito, esto es, una substancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita».<ref>{{Versalita|Spinoza}}, Baruch. ''Ética demostrada según el orden geométrico''. Introducción, traducción y notas por Vidal Peña. Ediciones Orbis, S.A., 1980, p. 29</ref>
* «Por Dios entiendo un ser absolutamente infinito, esto es, una substancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita».<ref>{{Versalita|Spinoza}}, Baruch. ''Ética demostrada según el orden geométrico'', p. 29. Introducción, traducción y notas por Vidal Peña. Ediciones Orbis, S.A., 1980.</ref>


* «Por lo que respecta a la política, la diferencia entre [[Thomas Hobbes|Hobbes]] y yo, sobre la cual me pregunta usted, consiste en que yo conservo siempre incólume el derecho natural y en que yo defiendo que, en que en cualquier estado, al magistrado supremo no le competen más derechos sobre los súbditos que el que corresponde a la potestad con que él supera al súbdito, lo cual sucede siempre en el estado natural».<ref>{{Versalita|Carvajal}}, Julian; {{Versalita|Cámara}}, María Luisa de la. ''Spinoza''. Editorial Universidad de Castilla La Mancha, 2008. ISBN 9788484276159, p. 324.</ref>
* «Por lo que respecta a la política, la diferencia entre [[Thomas Hobbes|Hobbes]] y yo, sobre la cual me pregunta usted, consiste en que yo conservo siempre incólume el derecho natural y en que yo defiendo que, en que en cualquier estado, al magistrado supremo no le competen más derechos sobre los súbditos que el que corresponde a la potestad con que él supera al súbdito, lo cual sucede siempre en el estado natural».<ref>Carvajal y Cámara (2008), p. 324.</ref>
** Respuesta a una pregunta formulada por [[Jaris Jelles]].
** Respuesta a una pregunta formulada por [[Jaris Jelles]].


Línea 175: Línea 175:
* «Quinto Curcio ha señalado con acierto, no hay medio más eficaz para gobernar a la masa que la superstición».<ref name="abrama"/>
* «Quinto Curcio ha señalado con acierto, no hay medio más eficaz para gobernar a la masa que la superstición».<ref name="abrama"/>


* «¿Quién puede aceptar algo con la mente, si protesta la razón? Pues ¿qué es negar algo con la mente, sino que la razón protesta? Por eso nunca puedo admirarme bastante de que pretendan someter la razón, que es el don supremo y la luz divina, a las letras muertas que la malicia humana ha podido corromper; y de que no se tenga por un crimen hablar indignamente contra la mente, auténtico autógrafo de la palabra de Dios, y defender que está corrompida, ciega y perdida; y que sin embargo se tenga por el máximo crimen el pensar todo eso acerca de la letra y de la imagencilla de la palabra divina».<ref>Citado en Carvajal, Julian; Cámara, María Luisa de la. Spinoza. Editor María Luisa de la Cámara. Editorial Universidad de Castilla La Mancha, 2008. ISBN 9788484276159. p. 241.</ref>
* «¿Quién puede aceptar algo con la mente, si protesta la razón? Pues ¿qué es negar algo con la mente, sino que la razón protesta? Por eso nunca puedo admirarme bastante de que pretendan someter la razón, que es el don supremo y la luz divina, a las letras muertas que la malicia humana ha podido corromper; y de que no se tenga por un crimen hablar indignamente contra la mente, auténtico autógrafo de la palabra de Dios, y defender que está corrompida, ciega y perdida; y que sin embargo se tenga por el máximo crimen el pensar todo eso acerca de la letra y de la imagencilla de la palabra divina».<ref>Carvajal y Cámara (2008), p. 241.</ref>


===S===
===S===
* «Sé también que es tan imposible que el vulgo se libere de la superstición como del miedo».<ref>{{Versalita|Forster}}, Ricardo; {{Versalita|Tatián}}, Diego. ''Mesianismo, Nihilismo y Redención: De Abraham a Spinoza, de Marx a Benjamin''. Editorial AltaMira Press, 2005. ISBN 9789879017425, p. 306.</ref>
* «Sé también que es tan imposible que el vulgo se libere de la superstición como del miedo».<ref>{{Versalita|Forster}}, Ricardo; {{Versalita|Tatián}}, Diego. ''Mesianismo, Nihilismo y Redención: De Abraham a Spinoza, de Marx a Benjamin'', p. 306. Editorial AltaMira Press, 2005. ISBN 9789879017425.</ref>


* «Si un pueblo está acostumbrado a la autoridad regia y sólo por ella cohibido es extremadamente difícil sacar a un rey, por tiránico que sea, sin poner a otro en su lugar. El pueblo inglés ha dado de ello un ejemplo fatal. Quitó a su rey pro una vez eliminado éste, no pudo menos que cambiar la forma del estado, [... y] tras derramar mucha sangre se terminó por saludar a un nuevo monarca bajo otro título (como si todo el problema se redujera al nombre)».<ref name="midi"/>
* «Si un pueblo está acostumbrado a la autoridad regia y sólo por ella cohibido es extremadamente difícil sacar a un rey, por tiránico que sea, sin poner a otro en su lugar. El pueblo inglés ha dado de ello un ejemplo fatal. Quitó a su rey pro una vez eliminado éste, no pudo menos que cambiar la forma del estado, [... y] tras derramar mucha sangre se terminó por saludar a un nuevo monarca bajo otro título (como si todo el problema se redujera al nombre)».<ref name="midi"/>


* «Según el derecho de naturaleza, nadie está obligado a vivir según el criterio de otros, sino que cada cual es el garante de su propia libertad».<ref>Citado en Carvajal, Julian; Cámara, María Luisa de la. Spinoza. Editor María Luisa de la Cámara. Editorial Universidad de Castilla La Mancha, 2008. ISBN 9788484276159. p. 327.</ref>
* «Según el derecho de naturaleza, nadie está obligado a vivir según el criterio de otros, sino que cada cual es el garante de su propia libertad».<ref>Carvajal y Cámara (2008), p. 327.</ref>
** ''Tratado teológico político, G.III, 11/15-17.''
** ''Tratado teológico político, G.III, 11/15-17.''


* «Si hay una idea de Dios, la causa de esta idea debe existir formalmente, y contener en sí misma todo lo que la idea contiene objetivamente».<ref name="idedio">Spinoza, Benedictus de. Obras completas de Spinoza, Volumen 1. Editorial Acervo Cultural, 1977. p. 128.</ref>
* «Si hay una idea de Dios, la causa de esta idea debe existir formalmente, y contener en sí misma todo lo que la idea contiene objetivamente».<ref name="idedio">Spinoza, Benedictus de. Obras completas de Spinoza, Volumen 1. Editorial Acervo Cultural, 1977. p. 128.</ref>


* «Si la potestad suprema prometió a otro hacer algo que, posteriormente el paso del tiempo o la razón le muestra o le parece mostrar que constituye un obstáculo para la común salvación de los súbditos, no hay duda de que tiene que romper dicha promesa». <ref name=leysup/>
* «Si la potestad suprema prometió a otro hacer algo que, posteriormente el paso del tiempo o la razón le muestra o le parece mostrar que constituye un obstáculo para la común salvación de los súbditos, no hay duda de que tiene que romper dicha promesa».<ref name=leysup/>
** ''Tratado teológico político, III, 17''.
** ''Tratado teológico político, III, 17''.


* «Si los hombres pudieran conducir todos sus asuntos según un criterio firme, o si la fortuna les fuera siempre favorable, nunca serían víctimas de la superstición». <ref name="abrama"/>
* «Si los hombres pudieran conducir todos sus asuntos según un criterio firme, o si la fortuna les fuera siempre favorable, nunca serían víctimas de la superstición».<ref name="abrama"/>
** ''Tratado teológico político, Pref., V''.
** ''Tratado teológico político, Pref., V''.


* «Si nadie puede renunciar a su libertad de opinar y pensar lo que quiera, sino que cada uno es, por el supremo derecho de la naturaleza, dueño de sus pensamientos, se sigue que nunca se puede intentar en un estado, sin condenarse a un rotundo fracaso, que los hombres sólo hablen por prescripción de las supremas potestades, aunque tengan opiniones distintas y contrarias». <ref name="abrama"/>
* «Si nadie puede renunciar a su libertad de opinar y pensar lo que quiera, sino que cada uno es, por el supremo derecho de la naturaleza, dueño de sus pensamientos, se sigue que nunca se puede intentar en un estado, sin condenarse a un rotundo fracaso, que los hombres sólo hablen por prescripción de las supremas potestades, aunque tengan opiniones distintas y contrarias».<ref name="abrama"/>


* «Si no quieres repetir el [[pasado]], estúdialo». <ref>Citado en Carpintero, Enrique; Vainer, Alejandro. Las huellas de la memoria: psicoanálisis y salud mental en la Argentina de los '60 y '70, 1957-1983, Volumen 1. Editorial Topía, 2004. ISBN 9789871185023. p. 51.</ref>
* «Si no quieres repetir el [[pasado]], estúdialo».<ref>Carpintero, Enrique; Vainer, Alejandro. ''Las huellas de la memoria: psicoanálisis y salud mental en la Argentina de los '60 y '70, 1957-1983'', p. 51. Volumen 1. Editorial Topía, 2004. ISBN 9789871185023. </ref>


* «Sin la ayuda mutua, los hombres viven necesariamente en la miseria y sin poder cultivar la razón». <ref>Citado en Carvajal, Julian; Cámara, María Luisa de la. Spinoza. Editor María Luisa de la Cámara. Editorial Universidad de Castilla La Mancha, 2008. ISBN 9788484276159. p. 361.</ref>
* «Sin la ayuda mutua, los hombres viven necesariamente en la miseria y sin poder cultivar la razón».<ref>Carvajal y Cámara (2008), p. 361.</ref>


* «Sólo es [[libertad|libre]] aquello que existe por las necesidades de su propia naturaleza y cuyos actos se originan exclusivamente dentro de si». <ref>Siniak, Mario. Lo dijo un judío. Editorial LibrosEnRed, 2008. ISBN 978-15-9754-439-9. p. 52.</ref>
* «Sólo es [[libertad|libre]] aquello que existe por las necesidades de su propia naturaleza y cuyos actos se originan exclusivamente dentro de si».<ref>Siniak, Mario. ''Lo dijo un judío'', p. 52. Editorial LibrosEnRed, 2008. ISBN 978-15-9754-439-9. </ref>


* «Si el hombre tiene una idea de Dios, Dios debe existir ''formalmente''". El hombre tiene una idea de Dios». <ref>Spinoza, Benedictus de. Spinoza : Obras completas. Volumen 1. Traducido por Juan B. Bergua. Edición anotada. Editor Ediciones Ibéricas y L.C.L., 1966. ISBN 9788470830112. p. 128.</ref>
* «Si el hombre tiene una idea de Dios, Dios debe existir ''formalmente''". El hombre tiene una idea de Dios».<ref>Spinoza, Benedictus de. ''Spinoza: Obras completas''. Volumen 1, p. 128. Traducido por Juan B. Bergua. Edición anotada. Ediciones Ibéricas y L.C.L., 1966. ISBN 9788470830112. </ref>
** ''Tractatus de Deo et homine eiusque felicitate''
** ''Tractatus de Deo et homine eiusque felicitate''


* «Quien es llevado por sus apetitos y es incapaz de ver y ni hacer nada que le sea útil es esclavo al máximo; y sólo es libre aquel que vive con sinceridad bajo la sola guía de la razón». <ref>Citado en Tatián, Diego. Spinoza. Tercer Coloquio. Editorial Brujas, 2007 ISBN 9789875910942. p. 144.</ref>
* «Quien es llevado por sus apetitos y es incapaz de ver y ni hacer nada que le sea útil es esclavo al máximo; y sólo es libre aquel que vive con sinceridad bajo la sola guía de la razón».<ref>Tatián, Diego. ''Spinoza. Tercer Coloquio'', p. 144. Editorial Brujas, 2007 ISBN 9789875910942. </ref>
** Tratado teológico político, XVI, 194.
** Tratado teológico político, XVI, 194.


* «Sublime conocimiento de Dios y manifiestan con la máxima claridad la voluntad y los decretos de Dios. Así pues, aquellos que, cuando ignoran una cosa, recurren a la voluntad de Dios, desvarían totalmente: !forma ridícula, sin duda, de confesar la propia ignorancia!». <ref name="midi"/>
* «Sublime conocimiento de Dios y manifiestan con la máxima claridad la voluntad y los decretos de Dios. Así pues, aquellos que, cuando ignoran una cosa, recurren a la voluntad de Dios, desvarían totalmente: !forma ridícula, sin duda, de confesar la propia ignorancia!».<ref name="midi"/>


===T===
===T===
* «Tampoco hay nadie que no desee vivir con seguridad y sin miedo. Pero esto es imposible que suceda, mientras esté permitido que cada uno lo haga todo a su antojo y no se concedan más derechos a la razón que al odio y a la ira».
* «Tampoco hay nadie que no desee vivir con seguridad y sin miedo. Pero esto es imposible que suceda, mientras esté permitido que cada uno lo haga todo a su antojo y no se concedan más derechos a la razón que al odio y a la ira».
** Fuente: ''Tratado teológico político, XVI, G III, 191/13-17''.
** Fuente: ''Tratado teológico político'', XVI, G III, 191/13-17.


* «Todas las cosas que hay en la naturaleza son cosas o acciones. Ahora bien, el bien y el mal no son cosas ni acciones. Luego el bien y el mal no existen en la naturaleza». <ref>Citado en Salcedo Gómez, Jorge Eduardo. El humano social anti-natural: los anti-sistemas e instituciones sociales. Editorial Plaza y Valdes, 2012. ISBN 9786074024609. p. 163.</ref>
* «Todas las cosas que hay en la naturaleza son cosas o acciones. Ahora bien, el bien y el mal no son cosas ni acciones. Luego el bien y el mal no existen en la naturaleza».<ref>Salcedo Gómez, Jorge Eduardo. ''El humano social anti-natural: los anti-sistemas e instituciones sociales'', p. 163. Editorial Plaza y Valdes, 2012. ISBN 9786074024609.</ref>


* «Todo cuanto deseamos honestamente se reduce a estos tres objetos principales, a saber, entender las cosas por sus primeras causas, dominar las pasiones o adquirir el hábito de la virtud y, finalmente, vivir en seguridad y con un cuerpo sano». <ref>Citado en Martínez Martínez, Francisco José. Autoconstitución y libertad: ontología y política en Espinosa. Anthropos Editorial, 2007. ISBN 9788476588116. p. 149.</ref>
* «Todo cuanto deseamos honestamente se reduce a estos tres objetos principales, a saber, entender las cosas por sus primeras causas, dominar las pasiones o adquirir el hábito de la virtud y, finalmente, vivir en seguridad y con un cuerpo sano».<ref>Martínez Martínez, Francisco José. ''Autoconstitución y libertad: ontología y política en Espinosa'', p. 149. Anthropos Editorial, 2007. ISBN 9788476588116. </ref>


* «Todo lo mejor; no me obligan a hacer nada que yo no hubiera hecho por mi propia cuenta si no temiera escándalo. Pero como lo quieren así, entro alegremente en el camino que se me ha abierto, con el consuelo de que mi partida será más inocente que el éxodo de los primeros hebreos de Egipto». <ref>Citado en Nadler, Steven; Nadler, Steven M. Spinoza: A Life. Edición ilustrada y reimpresa. Editorial Cambridge University Press, 2001. ISBN 9780521002936. p. 154.</ref>
* «Todo lo mejor; no me obligan a hacer nada que yo no hubiera hecho por mi propia cuenta si no temiera escándalo. Pero como lo quieren así, entro alegremente en el camino que se me ha abierto, con el consuelo de que mi partida será más inocente que el éxodo de los primeros hebreos de Egipto».<ref>Nadler, Steven; Nadler, Steven M. ''Spinoza: A Life'', p. 154. Edición ilustrada y reimpresa. Cambridge University Press, 2001. ISBN 9780521002936.</ref>
** Original: «''All the better; they do not force me to do anything that I would not have done of my own accord if I did not dread scandal. But since they want it that way, I enter gladly on the path that is opened to me, with the consolation that my departure will be more innocent than was the exodus of the early Hebrews from Egypt''».
** Original: «All the better; they do not force me to do anything that I would not have done of my own accord if I did not dread scandal. But since they want it that way, I enter gladly on the path that is opened to me, with the consolation that my departure will be more innocent than was the exodus of the early Hebrews from Egypt».


=== V ===
=== V ===
* «Vemos que casi todos quieren hacer pasar sus invenciones por palabra de Dios y que no pretenden otra cosa que, so pretexto de religión, forzar a los demás a que piensen como ellos». <ref name="midi"/>
* «Vemos que casi todos quieren hacer pasar sus invenciones por palabra de Dios y que no pretenden otra cosa que, so pretexto de religión, forzar a los demás a que piensen como ellos».<ref name="midi"/>


== Citas sobre Spinoza ==
== Citas sobre Spinoza ==
* «Nuestro amor a Dios –decía Spinoza– es una parte del amor con que Dios se ama a sí mismo. “¡Lo que Dios se habrá reído –decía mi maestro [Abel Martín]– con esta graciosa y gedeónica reducción al [[absurdo]] del concepto de [[amor]]!”. Los grandes filósofos son los bufones de la divinidad».
* «Nuestro amor a Dios –decía Spinoza– es una parte del amor con que Dios se ama a sí mismo. “¡Lo que Dios se habrá reído –decía mi maestro [Abel Martín]– con esta graciosa y gedeónica reducción al [[absurdo]] del concepto de [[amor]]!”. Los grandes filósofos son los bufones de la divinidad».
** [[Antonio Machado]] por boca de [[Juan de Mairena]].
** [[Antonio Machado]] (por boca de [[Juan de Mairena]])
** Fuente. ''Juan de Mairena I'', (VIII, p. 15). <ref>Machado, Antonio. ''Juan de Mairena, sentencias, donaires y recuerdos de un profesor apócrifo'' (volumen I); 5ª ed. en Editorial Losada, 1973; p. 15.</ref>
** Fuente: ''Juan de Mairena I'', (VIII, p. 15).<ref>Machado, Antonio. ''Juan de Mairena, sentencias, donaires y recuerdos de un profesor apócrifo'' (volumen I); 5.ª ed. Editorial Losada, 1973; p. 15.</ref>


== Referencias ==
== Referencias ==
{{Listaref}}
{{Listaref}}


== Bibliografía ==


* {{Versalita|Carvajal}}, Julian; {{Versalita|Cámara}}, María Luisa de la (2008). ''Spinoza''. Editorial Universidad de Castilla La Mancha. ISBN 9788484276159
{{ORDENAR:Spinoza, Baruch}}


{{ORDENAR:Spinoza, Baruch}}
[[Categoría:Escritores]][[Categoría:Sefardíes]]
[[Categoría:Escritores]][[Categoría:Sefardíes]]
[[Categoría:Filósofos]]
[[Categoría:Filósofos]]

Revisión del 17:11 15 mar 2020

Baruch Spinoza
«He cuidado atentamente de no burlarme de las acciones humanas, no deplorarlas, ni detestarlas, sino entenderlas»
«He cuidado atentamente de no burlarme de las acciones humanas, no deplorarlas, ni detestarlas, sino entenderlas»
Véase también
Biografía en Wikipedia.
Multimedia en Wikimedia Commons.
Datos en Wikidata.
Esta página contiene citas de una persona fallecida hace 347 años.

Baruch Spinoza (Ámsterdam, 24 de noviembre de 1632-La Haya, 21 de febrero de 1677) fue un filósofo holandés.

Citas

A

  • «Ahora bien, que el hombre tenga la idea de Dios está claro, puesto que él entiende sus atributos y estos atributos, no pueden ser producidos por él, ya que es imperfecto».[2]

C

  • «Comprender es el principio de aprobar».[3]
  • «Comprendí que las leyes reveladas por Dios a Moisés no fueron otra cosa que el derecho particular del Estado hebreo y que, por tanto, ningún otro tenía obligación de aceptarlas, y que incluso ellos mismos sólo estaban sujetos a ellas, mientras durara su Estado».[4]
  • «Concluimos, pues que el pacto no puede tener fuerza alguna, sino en razón de la utilidad, y que, suprimida ésta, se suprime ipso facto el pacto y queda sin valor. Por tanto, es necio pedir a alguien que no sea siempre fiel a su promesa si, al mismo tiempo, no se procura conseguir que al que rompa el pacto contraído le siga de ahí más daño que utilidad. Esta doctrina debe aplicarse ante todo en el momento de organizar un estado».[5]
    • Fuente: Tratado teológico político.

D

  • «Dado, pues, que la ley no es nada más que la forma de vida que los hombres se imponen a sí mismos o a otros por algún fin, parece que hay que distinguir ley humana y ley divina».[7]
    • Fuente: La teoría de Dios según Spinoza.
  • «De ahí que sueñen que en la Sagradas Escrituras se ocultan profundísimos misterios y que se fatiguen en investigar semejantes absurdos descuidando toda otra utilidad, y cuanto descubren en semejantes delirios, lo atribuyen al Espíritu Santo y se empeñan en defenderlo con todas sus fuerzas y con toda pasión. Tal es, en efecto, la condición humana que, cuanto conciben los hombres por el entendimiento puro, lo defienden con sólo el entendimiento y la razón, y cuanto opinan en virtud de sus sentimientos también lo defienden con ellos».[8]
    • Fuente: Tratado teológico-político [VII, 1], 1670/1986: 194.
  • «De donde resulta que ninguna sociedad puede subsistir sin autoridad, sin fuerza y, por tanto, sin leyes que moderen y controlen el ansia de placer y los impulsos desenfrenados».[9]
    • Fuente: Tratado teológico político, V
  • «Dios no tiene derecha ni izquierda, ni se mueve ni está parado, ni se halla en un lugar, sino que es absolutamente infinito y contiene en sí todas las perfecciones».[10]

E

  • «El derecho de dicha sociedad se llama democracia; ésta se define, pues, como asociación general de hombres que posee colegialmente el supremo derecho a todo lo que puede. De donde se sigue que la potestad suprema no está sometida a ninguna ley, sino que todos deben obedecerla en todo».[11]
  • «El derecho natural de cada hombre no se determina, pues, por la sana razón, sino por el deseo y el poder».[12]
    • Fuente: Tratado teológico político, capítulo XVI.
  • «El deseo es la esencia misma del hombre, en cuanto se concibe determinada a actuar sobre algo, merced a cualquier afección dada a la propia esencia».[13]
    • Fuente: Ética, Definiciones de los afectos I.
  • «El Estado más violento será, pues aquel en que se niega a cada uno la libertad de decir y enseñar lo que piensa, y será, en cambio, moderado aquel en que se concede a todos esa misma libertad».[14]
  • «El fin del estado no es convertir a los hombres de seres racionales en bestias o autómatas sino lograr más bien que su alma y su cuerpo desempeñen sus funciones con seguridad y que con ellos se sirvan de su razón libre y que no se combatan con odios, iras o engaños, ni se ataquen con perversas intenciones. El verdadero fin del estado es, pues, la libertad». [14]
  • «El hombre libre en nada piensa menos que en la muerte, y su sabiduría consiste en una meditación no sobre la muerte, sino a propósito de la vida». [15]
  • «El odio a las otras naciones, era fomentada y alimentada mediante el culto diario [...]» [16]
  • «El que se arrepiente de una acción es doblemente miserable e impotente». [17]
  • «El objeto de la Escritura no consiste en enseñar las ciencias, sino en inculcar la obediencia». [18]
  • «En el Estado democrático, dónde todos deciden, de común acuerdo [communis consensus], vivir solamente según el dictamen de la razón». [19]
  • «En el Estado o gobierno donde la suprema ley es la salvación del pueblo y no del que manda, quien obedece en todo a la suprema potestad debe ser considerado súbdito y no esclavo inútil».[20]
  • «El método de interpretar la Escritura no es diferente del método de interpretar la naturaleza, sino que concuerda completamente con él».[21]
  • «Entre la fe o teología y la filosofía no existe comunicación ni afinidad alguna».[22]
  • «Es sumamente raro que los hombres cuenten una cosa simplemente como ha sucedido, sin mezclar al relato nada de su propio juicio».[23]
    • Fuente: Tratado teológico práctico. 6, 91-92.
  • «Existe tanta diferencia entre las cabezas como entre los paladares».[24]

F

  • «Finalmente, el odio surge tambén del simple testimonio, como lo vemos en los turcos contra judíos y cristianos, en los judíos contra turcos y cristianos, en los cristianos contra judíos y turcos, etc. ¡Cuán ignorante es, en efecto, la gran masa de todos éstos acerca de la religión y las costumbres de los otros!».[25]

H

  • «He cuidado atentamente de no burlarme de las acciones humanas, no deplorarlas, ni detestarlas, sino entenderlas».[26]
    • Fuente: Tratado político.

L

  • «La actividad más importante que un ser humano puede lograr es aprender para entender, porque entender es ser libre».[27]
  • «La alegría es el paso del hombre de una menor perfección a una mayor».[13]
    • Fuente: Ética, Definiciones de los afectos I.
  • «La causa que hace surgir, que conserva y que fomenta la superstición es, pues, el miedo».[28]
  • «La devoción es el amor hacia aquel que admiramos».[29]
    • Fuente: Ética, Definiciones de los afectos I.
  • «La esperanza es una alegría insegura surgida de la idea de una cosa futura o pretérita de cuya realización dudamos en alguna medida».[29]
    • Fuente: Ética, Definiciones de los afectos I.
  • «La Escritura suele pintar a Dios a imagen del hombre y atribuirle alma, ánimo, afectos e incluso cuerpo y aliento a causa de la débil inteligencia del vulgo».[30]
  • «La experiencia nos ha demostrado que a la persona no le resulta nada más difícil de dominar que su lengua».[31]
  • «La justicia y la injusticia reciben los nombres de equidad e iniquidad, porque quienes están encargados de dirimir los pleitos, están obligados a tratar a todos por igual, sin acepción de personas, y a defender por igual el derecho».
    • Fuente: Tratado teológico polítio, XVI.
  • «La suprema ley es la salvación del estado, a la que deben responder todas las demás, tanto humanas como divinas».[32]
  • « La tristeza es el paso del hombre de una perfección mayor a una menor».[13]
    • Fuente: Ética, Definiciones de los afectos I.
  • «La paz es una virtud, un estado mental, una disposición constante en pro de la Benevolencia, la Confianza y la Justicia».[33] [34]
  • «La naturaleza no crea las naciones, sino los individuos, los cuales no se distribuyen en naciones, sino por la diversidad de lenguas, de leyes y de costumbres practicadas, y sólo de estás dos, es decir, de las leyes y las costumbres, puede derivarse que cada nación tenga un talante especial, una situación particular y, en fin, unos prejuicios propios».[35]
    • Fuente: Tratado teológico político, XVII.
  • «Las cosas cognoscibles son infinitas».[36]
  • «Las ideas no son unas pinturas mudas sobre una pizarra; una idea, en tanto que es idea, incluye una afirmación o una negación».[37]
  • «Los adivinos sólo infunden el máximo respeto a la plebe y el máximo temor a los reyes en los momentos más críticos para un Estado».[38]
  • «Los judíos solían referir a Dios todas aquellas cosas que superaban su capacidad y cuyas causas naturales ignoraban en aquella época».[39]
    • Fuente: Tratado teológico político, I, 23.
  • «Lo único por lo que se distinguen las naciones entre sí es por la forma de su sociedad y de las leyes bajo las cuales viven y son gobernadas».[40]
  • «Los hombres se creen libres porque ellos son conscientes de sus voluntades y deseos, pero son ignorantes de las causas por las cuales ellos son llevados al deseo y a la esperanza».[41]
  • «Los teólogos se han afanado, las más de las veces, por hallar la forma de arrancar de las Sagradas Escrituras sus ficciones y antojos y avalarlos con la autoridad divina».[21]
  • «Luego, una inteligencia que sea de hecho finita o de hecho infinita, debe comprender los atributos de Dios y las modificaciones de Dios, y no otra cosa».[42]

N

  • «Nada extraño, pues, que, bajo pretexto de la religión, la masa sea fácilmente inducida, ora a adorar a sus reyes como dioses, ora a execrarlos y a detestarlos como peste universal del género humano. A fin de evitar, pues, este mal se ha puesto sumo esmero en adornar la religión, verdadera o falsa, mediante un pomposo ceremonial que le diera prestigio en todo momento y le asegurara siempre la máxima veneración de parte de todos».[14]
  • «Nadie, en efecto, podrá jamás transferir a otro su poder ni, por tanto, su derecho, hasta el punto de dejar de ser hombre; ni existirá jamás una potestad suprema que pueda hacerlo todo tal como quiera».[43]
  • «Nadie que haya leído el Nuevo testamento puede dudar que los apóstoles fueron profetas».[44]
  • «Nadie que esté al frente de un estado puede, sin crimen, cumplir sus promesas en detrimento de su estado si ve que algo redunda en detrimento del suyo, no puede cumplirlo sin faltar a la fidelidad prometida a los subditos, que es su máxima obligación [...]».[32]
    • Tratado teológico político, XVI.
  • «Ningún milagro nos permite entender ni la esencia ni la existencia ni la providencia de Dios, sino que, por el contrario, estas cosas se perciben mucho mejor por el orden fijo e inmutable de la Naturaleza».[21]
    • Nota: Spinoza mantiene que los milagros, incluso los bíblicos, son meras construcciones mentales de los hombres sin ninguna realidad objetiva. Al no ser construcciones divinas, sino del hombre, no permiten entender a Dios.
  • «No me arrepiento de nada. El que se arrepiente de lo que ha hecho es doblemente miserable».[45]
  • «Nosotros no podemos demostrar por la razón si es verdadero o falso el fundamento de la teología, a saber, que los hombres se salvan por la sola obediencia».[46]

P

  • «Pero tanto han podido la ambición y el crimen, que se ha puesto la religión, no tanto en seguir las enseñanzas del Espíritu Santo, cuanto en defender las intervenciones de los hombres, más aun, religión no se reduce a la caridad, sino a difundir discordias entre los hombres y a propagar el odio más funesto, que disimulan con el falso nombre de celo divino y de fervor ardiente. A estos males se añade la superstición que enseña a los hombres a despreciar la razón y la naturaleza y a venerar y admirar únicamente lo que contradice a ambas. No hay, pues, que extrañarse de que los hombres, a fin de admirar y venerar más la Escritura, procuren explicarla de suerte que parezca oponerse de plano a la razón y a la naturaleza. De ahí que sueñen que en las Sagradas Escrituras se ocultan profundísimos misterios y que se fatiguen en investigar semejantes absurdos, descuidando toda otra utilidad; y cuanto descubren en semejantes delirios lo atribuyen al Espíritu Santo y se empeñan en defenderlo con todas sus fuerzas y con toda pasión. Tal es, en efecto, la condición humana, que cuanto conciben los hombres por el entendimiento puro, lo defienden con el solo entendimiento y la razón, y cuanto opinan en razón de sus sentimientos, también los defienden con ellos».[47]
    • Tratado teológico político, VII, I 1670/1986: 194.
  • «Por consiguiente, para que se aprecie la fidelidad y no la adulación y para que las supremas potestades mantengan mejor el poder, sin que tengan que ceder a los sediciosos, es necesario conceder a los hombres la libertad de juicio y gobernarlos de tal suerte que, aunque piensen abiertamente cosas distintas y opuestas, vivan en paz [...] esta forma de gobernar es la mejor y la que trae menores inconvenientes, ya que está más acorde con la naturaleza humana».[21]
  • «Por Dios entiendo un ser absolutamente infinito, esto es, una substancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita».[48]
  • «Por lo que respecta a la política, la diferencia entre Hobbes y yo, sobre la cual me pregunta usted, consiste en que yo conservo siempre incólume el derecho natural y en que yo defiendo que, en que en cualquier estado, al magistrado supremo no le competen más derechos sobre los súbditos que el que corresponde a la potestad con que él supera al súbdito, lo cual sucede siempre en el estado natural».[49]
  • «Por lo tanto, esclavo es quien esta obligado a obedecer las órdenes del señor y sólo busca la utilidad del que manda».[20]
  • «Pues, como Dios es causa de sí mismo, basta que lo demostremos por sí mismo».[50]

Q

  • «Quinto Curcio ha señalado con acierto, no hay medio más eficaz para gobernar a la masa que la superstición».[14]
  • «¿Quién puede aceptar algo con la mente, si protesta la razón? Pues ¿qué es negar algo con la mente, sino que la razón protesta? Por eso nunca puedo admirarme bastante de que pretendan someter la razón, que es el don supremo y la luz divina, a las letras muertas que la malicia humana ha podido corromper; y de que no se tenga por un crimen hablar indignamente contra la mente, auténtico autógrafo de la palabra de Dios, y defender que está corrompida, ciega y perdida; y que sin embargo se tenga por el máximo crimen el pensar todo eso acerca de la letra y de la imagencilla de la palabra divina».[51]

S

  • «Sé también que es tan imposible que el vulgo se libere de la superstición como del miedo».[52]
  • «Si un pueblo está acostumbrado a la autoridad regia y sólo por ella cohibido es extremadamente difícil sacar a un rey, por tiránico que sea, sin poner a otro en su lugar. El pueblo inglés ha dado de ello un ejemplo fatal. Quitó a su rey pro una vez eliminado éste, no pudo menos que cambiar la forma del estado, [... y] tras derramar mucha sangre se terminó por saludar a un nuevo monarca bajo otro título (como si todo el problema se redujera al nombre)».[21]
  • «Según el derecho de naturaleza, nadie está obligado a vivir según el criterio de otros, sino que cada cual es el garante de su propia libertad».[53]
    • Tratado teológico político, G.III, 11/15-17.
  • «Si hay una idea de Dios, la causa de esta idea debe existir formalmente, y contener en sí misma todo lo que la idea contiene objetivamente».[36]
  • «Si la potestad suprema prometió a otro hacer algo que, posteriormente el paso del tiempo o la razón le muestra o le parece mostrar que constituye un obstáculo para la común salvación de los súbditos, no hay duda de que tiene que romper dicha promesa».[32]
    • Tratado teológico político, III, 17.
  • «Si los hombres pudieran conducir todos sus asuntos según un criterio firme, o si la fortuna les fuera siempre favorable, nunca serían víctimas de la superstición».[14]
    • Tratado teológico político, Pref., V.
  • «Si nadie puede renunciar a su libertad de opinar y pensar lo que quiera, sino que cada uno es, por el supremo derecho de la naturaleza, dueño de sus pensamientos, se sigue que nunca se puede intentar en un estado, sin condenarse a un rotundo fracaso, que los hombres sólo hablen por prescripción de las supremas potestades, aunque tengan opiniones distintas y contrarias».[14]
  • «Si no quieres repetir el pasado, estúdialo».[54]
  • «Sin la ayuda mutua, los hombres viven necesariamente en la miseria y sin poder cultivar la razón».[55]
  • «Sólo es libre aquello que existe por las necesidades de su propia naturaleza y cuyos actos se originan exclusivamente dentro de si».[56]
  • «Si el hombre tiene una idea de Dios, Dios debe existir formalmente". El hombre tiene una idea de Dios».[57]
    • Tractatus de Deo et homine eiusque felicitate
  • «Quien es llevado por sus apetitos y es incapaz de ver y ni hacer nada que le sea útil es esclavo al máximo; y sólo es libre aquel que vive con sinceridad bajo la sola guía de la razón».[58]
    • Tratado teológico político, XVI, 194.
  • «Sublime conocimiento de Dios y manifiestan con la máxima claridad la voluntad y los decretos de Dios. Así pues, aquellos que, cuando ignoran una cosa, recurren a la voluntad de Dios, desvarían totalmente: !forma ridícula, sin duda, de confesar la propia ignorancia!».[21]

T

  • «Tampoco hay nadie que no desee vivir con seguridad y sin miedo. Pero esto es imposible que suceda, mientras esté permitido que cada uno lo haga todo a su antojo y no se concedan más derechos a la razón que al odio y a la ira».
    • Fuente: Tratado teológico político, XVI, G III, 191/13-17.
  • «Todas las cosas que hay en la naturaleza son cosas o acciones. Ahora bien, el bien y el mal no son cosas ni acciones. Luego el bien y el mal no existen en la naturaleza».[59]
  • «Todo cuanto deseamos honestamente se reduce a estos tres objetos principales, a saber, entender las cosas por sus primeras causas, dominar las pasiones o adquirir el hábito de la virtud y, finalmente, vivir en seguridad y con un cuerpo sano».[60]
  • «Todo lo mejor; no me obligan a hacer nada que yo no hubiera hecho por mi propia cuenta si no temiera escándalo. Pero como lo quieren así, entro alegremente en el camino que se me ha abierto, con el consuelo de que mi partida será más inocente que el éxodo de los primeros hebreos de Egipto».[61]
    • Original: «All the better; they do not force me to do anything that I would not have done of my own accord if I did not dread scandal. But since they want it that way, I enter gladly on the path that is opened to me, with the consolation that my departure will be more innocent than was the exodus of the early Hebrews from Egypt».

V

  • «Vemos que casi todos quieren hacer pasar sus invenciones por palabra de Dios y que no pretenden otra cosa que, so pretexto de religión, forzar a los demás a que piensen como ellos».[21]

Citas sobre Spinoza

  • «Nuestro amor a Dios –decía Spinoza– es una parte del amor con que Dios se ama a sí mismo. “¡Lo que Dios se habrá reído –decía mi maestro [Abel Martín]– con esta graciosa y gedeónica reducción al absurdo del concepto de amor!”. Los grandes filósofos son los bufones de la divinidad».

Referencias

  1. Barreiro Barreiro, Xosé Luís. Ilustración e modernidade: os avatares da razón, p. 36. Editor Universidad de Santiago de Compostela, 2001. ISBN 9788481219616.
  2. Corres Ayala, Patricia. La memoria del olvido, p. 18. Edición ilustrada. Editorial Distribuciones Fontamara, 2001. ISBN 9789684763630.
  3. Palomo Triguero, Eduardo. Cita-logía, p. 69. Editorial Punto Rojo Libros, S.L. ISBN 978-84-16068-10-4.
  4. Rúspoli, Enrique. La marca del exilio: La Beltraneja, Cardoso y Godoy, p. 147. Ediciones Temas de Hoy, 1992. Procedencia del original: Universidad de California. Digitalizado: 30 enero 2007. ISBN 9788478801541.
  5. Carvajal y Cámara (2008), p. 119.
  6. Revista de filosofía de la Universidad de Costa Rica, volumen 37. Contribuidores Universidad Nacional (Costa Rica). Departamento de Filosofía, Universidad de Costa Rica. Escuela de Filosofía. Editor Universidad de Costa Rica, 1999. Procedencia del original: Universidad de Michigan. Digitalizado: 4 de junio de 2009, p. 169.
  7. Boletín del Instituto Riva-Agüero, número 25, p. 270. Publicaciones Instituto Riva Agüero. Autor Instituto Riva Agüero. Editor Pontificia Universidad Católica del Perú, 1998.
  8. Maestro, Jesús G. Contra las Musas de la Ira: El Materialismo Filosófico como Teoría de la Literatura. Editorial Grupo Helicón, 2014. ISBN 9788478485659, p. 127; nota 127.
  9. Hermosa Andújar, Antonio. La teoría del estado de Spinoza, p. 53. Editorial Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1989.
  10. Rúspoli, Enrique. La marca del exilio: La Beltraneja, Cardoso y Godoy, p. 150. Ediciones Temas de Hoy, 1992. Procedencia del original: Universidad de California. Digitalizado: 30 enero 2007. ISBN 9788478801541.
  11. Carvajal Cordón, Julián. Moral, derecho y política en Immanuel Kant. Edición ilustrada. Editorial Universidad de Castilla La Mancha, 1999. ISBN 9788489958869, p. 42.
  12. Muralt, André de. La estructura de la filosofía política moderna: sus orígenes medievales en Escoto, Ockham y Suárez, p. 125. Editor Valentín Fernández Polanco. Traducido por Francisco León Florido, Valentín Fernández Polanco. Edición ilustrada. Editor Ediciones AKAL, 2002. ISBN 9788470904509.
  13. 13,0 13,1 13,2 Spinoza, Benedictus de. Ética. Edición reimpresa. Editorial UNAM, 1977. ISBN 9789685804332, p. 201.
  14. 14,0 14,1 14,2 14,3 14,4 14,5 Abraham, Tomás. La máquina Deleuze: Tomás Abraham y el seminario de los jueves. Penguin Random House Grupo Editorial Argentina, 2011. ISBN 9789500734615.
  15. Spinoza, Benedictus de. Spinoza : Obras completas. Traducido por Juan B. Bergua. Edición anotada. Editor Ediciones Ibéricas y L.C.L., 1966. ISBN 9788470830112. p. 325.
  16. Citado en Revista de filosofía de la Universidad de Costa Rica, volumen 37. Contribuidores Universidad Nacional (Costa Rica). Departamento de Filosofía, Universidad de Costa Rica. Departamento de Filosofía, Escuela de Filosofía. Editorial Universidad de Costa Rica, 1999. p. 167.
  17. Spinoza, Benedictus de. Obras completas de Spinoza, Volumen 1. Editorial Acervo Cultural, 1977. p. 103.
  18. Citado en Homenaje a José Antonio Maravall, volumen 1. Editores María del Carmen Iglesias, José Antonio Maravall, Carlos Moya, Luis Rodríguez Zúñiga, Centro de Investigaciones Sociológicas. Editor Centro de Investigaciones Sociológicas, 1985. ISBN 9788474760958. p. 286.
  19. Citado en Logos: revista de filosofía, números 79-81. Colaborador Universidad La Salle de México. Escuela de Filosofía. Editor Escuela de Filosofía, Universidad La Salle, 1999. p. 106.
  20. 20,0 20,1 Tatián, Diego; Torres, Sebastián. Las aventuras de la inmanencia: ensayos sobre Spinoza, p. 56. Editores Diego Tatián, Sebastian Torres. Editor Cuadernos de Nombres, 2002.
  21. 21,0 21,1 21,2 21,3 21,4 21,5 21,6 Israel, Jonathan I. La Ilustración radical: La filosofía y la construcción de la modernidad, 1650-1750. Traducido por Ana Tamarit. Fondo de Cultura Economica, 2017. ISBN 9786071649034.
  22. García-Baró, Miguel. La compasión y la catástrofe: ensayos de pensamiento judío, p. 147. Ediciones Sígueme, 2007. ISBN 9788430116454.
  23. Carvajal y Cámara (2008), p. 305.
  24. Izquierdo, Agustín. La filosofía contra la religión: ideas sobre el ateísmo, p. 12. Edición ilustrada. EDAF, 2003. ISBN 9788441413375.
  25. Tatián, Diego. La cautela del salvaje: pasiones y política en Spinoza, p. 118. Editorial AH, Adriana Hidalgo Editora, 2001. ISBN 9789879396667.
  26. Caballero de la Torre, Vicente. La Filosofía en 100 preguntas. Ediciones Nowtilus S.L., 2017. ISBN 9788499678795.
  27. Prize, Walter L. 700 Pensamientos para desarrollar una mentalidad ganadora. Editorial Mestas Ediciones, 2016. ISBN 9788416669110.
  28. Novo Bueno, Ignacio. Frases para cambiar tu vida 2. Editorial Frases para cambiar Ediciones, 2016. ISBN 9788494406751.
  29. 29,0 29,1 Spinoza, Benedictus de. Ética. Edición reimpresa. Editorial UNAM, 1977. ISBN 9789685804332, p. 206.
  30. Perdigón Lesmes, Cristhian. Spinoza: El Amor al Conocimiento: Reciprocidad Entre Epistemologia, Teologia y Etica. Editorial Universidad del Rosario, 2010. ISBN 9789587380927, p. 59.
  31. Palomo Triguero, Eduardo. Cita-logía. Editorial Punto Rojo Libros, S.L. ISBN 978-84-16068-10-4, p. 179.
  32. 32,0 32,1 32,2 Martínez Martínez, Francisco José. Autoconstitución y libertad: ontología y política en Espinosa. Anthropos Editorial, 2007. ISBN 9788476588116, p. 307.
  33. Citado en Cátedra por la Paz. Colaborador Universidad Central de Venezuela. Cátedra Libre por la Paz. Editorial La Universidad, 1988. Procedencia del original: Universidad de Texas. Digitalizado: 23 octubre 2007 ISBN 9789800002377. p. 149.
  34. Citado en Revista de la Universidad Industrial de Santander: Humanidades, volumen 17,Número 1 - Volumen 18,Número 1. Editorial La Universidad, 1988. p. 147.
  35. Martínez Contreras, Jorge et al. El saber filosófico: Antiguo y moderno, p. 465. Editorial Siglo XXI, 2007. ISBN 9789682326943.
  36. 36,0 36,1 Spinoza, Benedictus de. Obras completas de Spinoza, Volumen 1. Editorial Acervo Cultural, 1977. p. 128.
  37. López, Nila. Maestras: el poder con los otros, p. 397. Editor FONDEC, 2006. ISBN 9789992590799.
  38. Filosofía política contemporánea: controversias sobre civilización, imperio y ciudadanía, p. 126. Editores Atilio Borón, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires. Departamento de Ciencia Política, Universidade de São Paulo. Departamento de Ciência Política. Compilado por Atilio Borón. Colaborador Gabriel Cohn. Editorial CLACSO, 2003. ISBN 9789509231870.
  39. Perdigón Lesmes, Cristhian. Spinoza: El Amor al Conocimiento: Reciprocidad Entre Epistemologia, Teologia y Etica. Editor Universidad del Rosario, 2010. ISBN 9789587380927, p. 120.
  40. Revista de filosofía de la Universidad de Costa Rica, Volumen 37. Contribuidores Universidad Nacional (Costa Rica). Departamento de Filosofía, Universidad de Costa Rica. Departamento de Filosofía, Escuela de Filosofía. Universidad de Costa Rica, 1999, p. 169.
  41. Marastoni, Marcelo. Asmodeus, Diario Del Caído. Editor Lulu.com, 2008. ISBN 9781435719347, p. 34.
  42. Spinoza, Benedictus de (traducido por Juan B. Bergua). Spinoza: Obras completas, p. 116. Edición anotada. Editor Ediciones Ibéricas y L.C.L., 1966. ISBN 9788470830112.
  43. Carvajal y Cámara (2008), p. 325.
  44. Spinoza, Benedictus de. Obras completas de Spinoza, Volumen 2, p. 191. Editor Acervo Cultural, 1977.
  45. Amate Pou, Jordi. Paseando por una parte de la Historia: Antología de citas, p. 64. Penguin Random House Grupo Editorial España, 2017. ISBN 9788417321871.
  46. Tatián, Diego. Spinoza y el amor del mundo. Editorial Altamira, 2004. ISBN 9789879017265, p. 24.
  47. Citado en Maestro, Jesús G. Contra las Musas de la Ira: El Materialismo Filosófico como Teoría de la Literatura. Editorial Grupo Helicón, 2014. ISBN 9788478485659. p. 127; nota 59.
  48. Spinoza, Baruch. Ética demostrada según el orden geométrico, p. 29. Introducción, traducción y notas por Vidal Peña. Ediciones Orbis, S.A., 1980.
  49. Carvajal y Cámara (2008), p. 324.
  50. Spinoza, Benedictus de. Obras completas de Spinoza, Volumen 1. Editorial Acervo Cultural, 1977. p. 158.
  51. Carvajal y Cámara (2008), p. 241.
  52. Forster, Ricardo; Tatián, Diego. Mesianismo, Nihilismo y Redención: De Abraham a Spinoza, de Marx a Benjamin, p. 306. Editorial AltaMira Press, 2005. ISBN 9789879017425.
  53. Carvajal y Cámara (2008), p. 327.
  54. Carpintero, Enrique; Vainer, Alejandro. Las huellas de la memoria: psicoanálisis y salud mental en la Argentina de los '60 y '70, 1957-1983, p. 51. Volumen 1. Editorial Topía, 2004. ISBN 9789871185023.
  55. Carvajal y Cámara (2008), p. 361.
  56. Siniak, Mario. Lo dijo un judío, p. 52. Editorial LibrosEnRed, 2008. ISBN 978-15-9754-439-9.
  57. Spinoza, Benedictus de. Spinoza: Obras completas. Volumen 1, p. 128. Traducido por Juan B. Bergua. Edición anotada. Ediciones Ibéricas y L.C.L., 1966. ISBN 9788470830112.
  58. Tatián, Diego. Spinoza. Tercer Coloquio, p. 144. Editorial Brujas, 2007 ISBN 9789875910942.
  59. Salcedo Gómez, Jorge Eduardo. El humano social anti-natural: los anti-sistemas e instituciones sociales, p. 163. Editorial Plaza y Valdes, 2012. ISBN 9786074024609.
  60. Martínez Martínez, Francisco José. Autoconstitución y libertad: ontología y política en Espinosa, p. 149. Anthropos Editorial, 2007. ISBN 9788476588116.
  61. Nadler, Steven; Nadler, Steven M. Spinoza: A Life, p. 154. Edición ilustrada y reimpresa. Cambridge University Press, 2001. ISBN 9780521002936.
  62. Machado, Antonio. Juan de Mairena, sentencias, donaires y recuerdos de un profesor apócrifo (volumen I); 5.ª ed. Editorial Losada, 1973; p. 15.

Bibliografía

  • Carvajal, Julian; Cámara, María Luisa de la (2008). Spinoza. Editorial Universidad de Castilla La Mancha. ISBN 9788484276159