Diferencia entre revisiones de «Ignacio Ramonet»
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Revisión del 20:51 6 ene 2020
Ignacio Ramonet (Redondela, Pontevedra, 1943). Especialista en geopolítica y estrategia internacional y consultor de la ONU, actualmente imparte clases en la Sorbona de París. De 1990 a 2008 dirigió la publicación mensual Le Monde Diplomatique y desde entonces dirige Le Monde Diplomatique en español y la bimensual Manière de voir.
Citas
- «El primer principio del pensamiento único es tanto más fuerte cuanto un marxista distraído no renegaría de él en absoluto: lo económico prima sobre lo político».[1]
- «El informativo televisado, estructurado como una ficción, no está hecho para informar, sino para distraer».[1]
- «[En la televisión] se establece poco a poco la engañosa ilusión de que ver es comprender».[1]
- «Información y comunicación tienden a confundirse».[1]
- «La globalización implica la emergencia de nuevos poderes que trascienden las estructuras estatales».[1]
- «La información es ante todo considerada como una mercancía».[1]
- «La presencia in situ de equipos de televisión desencadena, especialmente en casos de manifestaciones masivas, una efervescencia artificial vorazmente filmada por las cámaras».[2]
- «La sucesión rápida de noticias breves y fragmentadas produce un doble efecto negativo de sobreinformación y desinformación».[1]
- «La televisión construye la realidad, provoca el shock emocional y condena prácticamente al silencio y la indiferencia a los hechos que carecen de imágenes».[2]
- «Las guerras, en un universo supermediatizado, son también grandes operaciones de promoción política que no podrían llevarse a cabo al margen de los imperativos de las relaciones públicas».[2]
- «¿Qué es el pensamiento único? La traducción a términos ideológicos de pretensión universal de los intereses de un conjunto de fuerzas económicas, en especial, las del capital internacional».[1]
- «Querer informarse sin esfuerzo es una ilusión que tiene que ver con el mito publicitario más que con la movilización cívica. Informarse cansa y a este precio el ciudadano adquiere el derecho de participar inteligentemente en la vida democrática».[1]
- «Muy pronto, la televisión impondrá los criterios emocionales como superiores a los argumentos racionales».[1]