Diferencia entre revisiones de «Francisco de Quevedo»

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* «Si haces bien para que te lo agradezcan, mercader eres, no bienhechor; codicioso, no caritativo».<ref name=paltri52>{{Versalita|Palomo Triguero}} (2013), p. 52.</ref>
* «Si haces bien para que te lo agradezcan, mercader eres, no bienhechor; codicioso, no caritativo».<ref name=paltri52>{{Versalita|Palomo Triguero}} (2013), p. 52.</ref>

* «Si quieres que te sigan las mujeres, ponte delante de ellas».<ref>{{Versalita|Red}}, Samuel. ''Las mejores citas de provocación/Best Provocation Sayings: Contra Todo Y Contra Todos''. Editorial Grasindo, 2008. ISBN 978-84-79277-80-2, p. 64.</ref>


* «Solamente un dar me agrada,<br/>que es el dar en no dar nada.<br/>Si la prosa que gasté<br/>contigo, Niña, lloré, <br/>y aun hasta ahora la lloro, <br/>¿Qué haré la plata y el oro? <br/>Ya no he de dar, sino fuere al diablo a quien me pidiere; <br/>que tras la burla pasada, <br/> Solamente un dar me agrada, <br/>que es el dar en no dar nada».<ref>{{Versalita|Quevedo}} (1772), Tomo IV, p. 264.</ref>
* «Solamente un dar me agrada,<br/>que es el dar en no dar nada.<br/>Si la prosa que gasté<br/>contigo, Niña, lloré, <br/>y aun hasta ahora la lloro, <br/>¿Qué haré la plata y el oro? <br/>Ya no he de dar, sino fuere al diablo a quien me pidiere; <br/>que tras la burla pasada, <br/> Solamente un dar me agrada, <br/>que es el dar en no dar nada».<ref>{{Versalita|Quevedo}} (1772), Tomo IV, p. 264.</ref>

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Francisco de Quevedo y Villegas
«Poderoso caballero es Don Dinero»
«Poderoso caballero es Don Dinero»
Véase también
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Esta página contiene citas de una persona fallecida hace 379 años.

Francisco de Quevedo y Villegas (Madrid; 14 de septiembre de 1580-Villanueva de los Infantes; 8 de septiembre de 1645) fue un escritor español.

Citas

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A

  • «Aquel hombre que pierde la honra por el negocio, pierde el negocio y pierde la honra».[2]
    • Fuente: De la vida de Marco Bruto.

B

  • «Bien acierta quien sospecha que siempre yerra».[3]
  • «Bien sé a cuántos contradigo, y reconozco los que se han de armar contra mí; mas no fuera yo español si no buscara peligros, despreciándolos antes para vencerlos después».[4]

C

  • «Cánsate ya, mortal, de fatigarte
    En adquirir riquezas y tesoros,
    Que últimamente el tiempo ha de heredarte,
    Y al fin te han de dejar la plata y el oro
    Vive para ti solo si pudieres,
    Pues solo para ti, si mueres, mueres».[5]
  • «Cerrar mis ojos podrá la postrera
    Sombra, que me llevare el blanco día;
    Y podrá desatar esta alma mía
    Hora a su afán ansiosa lisonjera;
    Mas no de esa otra parte en la ribera
    Dejará la memoria en donde ardía:
    Nadar sabe mi llama el agua fría,
    Y perder el respeto a ley severa.
    Alma al que todo un Dios prisión ha sido,
    Venas que humor a tanto fuego han dado,
    Médulas que han gloriosamente ardido,
    Su cuerpo dejarán, no su cuidado:
    Serán ceniza, mas tendrán sentido:
    Polvo serán, mas polvo enamorado».[6]
  • «Creyendo lo peor, casi siempre se acierta».[7][8]
    • Nota: Aunque esta nota es atribuida a Quevedo, sin embargo aparece recogida en una obra de época anterior, Las memorias... de los hechos y empressas de Louis undecimo Carlos octavo, reyes de Francia de Philippe de Commynes, (1447-1511).[9]
  • «Cuando el avaro dice: tengo un tesoro, el preso dice: tenga una cárcel».
    • Variante: «Y sería lo propio decir el avaro que él tiene el tesoro, que si el preso dijese que él tiene la cárcel».[10]

D

  • «Donde hay poca justicia es un peligro tener razón».[12]

E

  • «El amigo ha de ser como la sangre, que acude luego a la herida sin esperar que le llamen».[15]
  • «El amigo interesado mira a su amor propio; el verdadero, sólo al bien del amigo».[16]
  • «El amor es la última filosofía de la tierra y del cielo».[18]
  • «El árbol de la vida es la comunicación con los amigos; el fruto, el descanso y la confianza en ellos».[19]
  • «El ciego lleva a cuestas al tullido... ande el pie con el ojo remendado».[20]
    • Fuente: Extracto del soneto "Representa esta moralidad con la fábula del cojo y del ciego, que recíprocamente se ayudaban"
    • Versión completa:
      El ciego lleva a cuestas al tullido:
      Dígola maña, y caridad le niego;
      Pues en ojos los pies le paga al ciego
      El cojo solo para sí impedido.
      El mundo en estos dos está entendido,
      Si a discurrir con sus astucias llego:
      Pues yo a ti te asisto por tu talego;
      Tú, en lo que sé, cobrar de mí has querido.
      Si tú me das los pies, yo te doy los ojos:
      Todo este mundo es trueco interesado;
      Y despojos se cambian por despojos.
      Ciegos, con todos hablo escarmentado:
      Pues unos somos ciegos y otros cojos,
      Ande al pie con el ojo remendado.[20]
  • «El mayor despeñadero, la confianza».[18]
  • «El ocio es la pérdida del salario».[22]
  • «El que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos».[23]
  • «El rico come, el pobre se alimenta».[24]
  • «El valiente tiene miedo del contrario; el cobarde, de su propio temor».[25]
  • «Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja».[26]
    • Nota: La reina era coja, y nadie en la corte se atrevía a nombrar siquiera el tema. Sin embargo, Quevedo apostó con sus amigos a que se lo diría en público y en la corte. Entonces cogió un ramo de claveles blancos y otro de rosas rojas y se dirigió a la reina con la mencionada frase. Por supuesto ganó la apuesta.[sin fuentes]
  • «... En besos, no en razones».[27][28]

H

  • «Haces lo que padeces y te imitas».[29]
    • Versión completa: Título: Marido paciente, que imagina satisfacerse de su deshonra con hacer a otros casados ofensas.
    • Solo en ti se mintió justo el pecado,
      Siendo injusto en trabajos y placeres;
      Pues que quitando a muchos sus mujeres
      Con tu mujer a, muchos has pagado.
      Si los cuernos que pones te has quitado,
      De tus sienes los huesos ¿qué prefieres?
      No pones cuernos, si entenderlo quieres:
      Cuernos truecas con premio de contado.
      Cobras, no haces, Filemón, cornudos;
      Adulterado adúltero desquitas
      Duras afrentas de los ganchos mudos.
      Ni es desquitarlos, pues que no te quitas
      Ni uno de cuantos peinas puntiagudos.
      Haces lo que padeces y te imitas.[29]
  • «Hay libros cortos que, para entenderlos como se merecen, se necesita una vida muy larga».[30]
  • «Hombre mal persuadido de la elocuencia de tus vicios, no eches la culpa de tu error a tu muerte, sino a tu vida. No quieres inmortalidad porque lo dudas, sino porque la temes. Vives como bestia porque no rehúsas de merecer los castigos eternos; y por no padecerlos no admites la eternidad, como si esto excluyera la inmortalidad de tu alma. Engañaste como los necios que dicen que todo es vida hasta la muerte, y lo que llamas muerte su último y menor instante».[31]
    • Fuente: Fragmentos de la providencia de Dios. Tratado I, inmortalidad del alma

L

  • «La guerra es de por vida en los hombres, porque es guerra la vida, y vivir y militar es una misma cosa».[32]
  • «La paciencia es virtud vencedora, y hace a los reyes poderosos y justos. La impaciencia es vicio del demonio, seminario de los más horribles y artífice de los tiranos».[33]
  • «La posesión de la salud es como la de la hacienda, que se goza gastándola, y si no se gasta no se goza».[34]
  • «La soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de donde subió».[35]
    • Fuente: Las cuatro pestes y las cuatro fantasmas.[36]
  • «Lo más seguro es no ponerse en peligro».[sin fuentes]
  • «Lo mucho se vuelve poco con desear otro poco más».[37]
  • «Los verdaderos grandes son los de ánimo grande».[38]

M

  • «Más fácil es escribir contra la soberbia que vencerla».[39]
  • «Mejor me sabe en un platón la sopa
    y el vino con la mosca y la zurrapa
    que al rico que se engulle todo el mapa
    muchos años de vino en ancha copa».[40]
  • «Menos mal hacen los delincuentes que un mal juez».[41]
  • «Muchos son buenos si se da crédito a los testigos; pocos si se toma declaración a su conciencia».[42]

N

  • «Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir».[43]
  • «No es dichoso aquél a quien la fortuna no puede dar más, sino aquel a quien no puede quitar nada».[44]
  • «No hace la codicia que suceda lo que queremos, ni el temor que no suceda lo que recelamos».[45]
  • «No hay contento en esta vida
    que se pueda comparar
    al contento que es cagar».[46]
  • «No hay cosa que más avive el amor que el temor de perder al ser amado».[47]
  • «No hay necio que no me hable,
    ni vieja que no me quiera,
    ni pobre que no me pida,
    ni rico que no me ofenda.
    No hay camino que no yerre,
    ni juego donde no pierda,
    ni amigo que no me engañe,
    ni enemigo que no tenga.
    Agua me falta en el mar,
    y la hallo en las tabernas;
    que mis contentos y el vino
    son aguados dondequiera».[48]
    • Romance "Refiere su nacimiento y las propiedades que le comunicó".
  • «No hay verdadero amor donde hay alguna sospecha».[49]
  • «No he de callar, por más que con el dedo
    ya tocando la boca, ya la frente,
    silencio avises o amenaces miedo.
    ¿No ha de haber un espíritu valiente?
    ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
    ¿Nunca se ha de decir lo que se siente?».[50]
    • Fuente: Epístola satírica y censoria sobre las costumbres presentes de los castellanos escrita a don Gaspar de Guzmán, conde de Olivares, en su valimiento.
  • «No es menos ofensiva arma la caricia en las mujeres, que la espada en los hombres».[51]
  • «No es sabio el que sabe donde está el tesoro, sino el que trabaja y lo saca».[52]
  • «No se debe mostrar la verdad desnuda, sino en camisa».[53]
  • «Nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar y no de vida y de costumbres».[54]

O

  • «¡Oh Roma en tu grandeza, en tu hermosura,
    huyó lo que era firme y solamente
    lo fugitivo permanece y dura!».[55]
    • Fuente: Soneto a Roma sepultada en sus ruinas.
    • Nota: Inscripción de la estatua augusta del César Carlos Quinto en Aranjuez.

P

  • «... pero no es buena ocasión,/que cuando hay tantos desastres, hagas brotar fuentes de agua, cuando corren ríos de sangre./No es razón que cuando el cielo,/desenvainando el alfanje,/se mira contra nosotros por nuestros pecados graves, andes haciendo retiros/y no haciendo soledades».[56]
    • Nota: Quevedo fue encarcelado, en León, por estos versos que críticaban las fiestas que el conde-duque de Olivares organizaba para el rey Felipe IV en el palacio y jardines del Buen Retiro.[56]
  • «Pocos oyen murmurar de otro, que no les parezca poco lo que oyen y verdad lo que creen».[57]
  • «Poderoso caballero
    es Don Dinero.
    Madre, yo al oro me humillo
    él es mi amante y mi amado,
    pues de puro enamorado,
    de contino anda amarillo:
    que pues doblón, o sencillo
    hace todo cuanto quiero
    Poderoso Caballero
    es Don Dinero».[58]
    • Fuente: Musa V; Letra satírica XIX.
  • «Por nuestra codicia lo mucho es poco; por nuestra necesidad lo poco es mucho».[59]
  • «Pues amarga la verdad
    quiero echarla de la boca
    pues si a el alma su hiel toca
    esconderla es necedad.
    Sépase, pues, libertad
    ha engendrado en mi pereza
    la Pobreza».[60]
    • Nota: Letrilla satírica VIII.

Q

  • «Quien no ama con todos sus cinco sentidos a una mujer hermosa, no estima a la naturaleza su mayor cuidado y su mayor obra».[2]

S

  • «Señor excelentísimo, mi llanto
    ya no consiente márgenes ni orillas
    inundación será la de mi canto
    sobre las aras de las dos Castillas».[61]
    • Fuente: Musa II: Epístola satírica y censoria contra las costumbres presentes de los castellanos: Escrita a Don Gaspar de Guzmán, conde de Olivares, en su Valimiento.
  • «Ser tirano no es ser, es dejar de ser y hacer que dejen de ser todos».[2]
  • «Si cuentas por mujer lo que compone
    a la mujer, no acuestes a tu lado
    la mujer, sino el fardo que se pone».[62]
    • Fuente: Soneto "Desnuda a la mujer de la mayor parte ajena que la compone".
  • «Siempre se ha de conservar el temor mas jamás se deberá mostrar».[2]
  • «Si haces bien para que te lo agradezcan, mercader eres, no bienhechor; codicioso, no caritativo».[63]
  • «Solamente un dar me agrada,
    que es el dar en no dar nada.
    Si la prosa que gasté
    contigo, Niña, lloré,
    y aun hasta ahora la lloro,
    ¿Qué haré la plata y el oro?
    Ya no he de dar, sino fuere al diablo a quien me pidiere;
    que tras la burla pasada,
    Solamente un dar me agrada,
    que es el dar en no dar nada».[64]
    • Fuente: Terpsicore: Letra satírica XVII.
  • «Sólo el que manda con amor es servido con fidelidad».[63]

T

  • «Todos anhelamos llegar a viejos y todos negamos que ya hemos llegado».[65]
  • «Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen».[66]

U

  • «Un nuevo corazón, un hombre nuevo
    ha menester, señor, la ánima mía.
    ¡Desnúdame de mí, que ser podría
    que a tu piedad pagase lo que debo!».[70]
    • Fuente: Soneto «Un nuevo corazón, un hombre nuevo»
  • «Uno a uno, todos somos mortales; juntos, somos eternos».[71]
    • Nota: Frase atribuida a Lucio Apuleyo, filósofo latino (125-180) por Palomo Triguero.[72]

Citas sobre Quevedo

  • «Don Francisco de Quevedo (Sonriendo):
    Ha cuatro años que en San Marcos fui encerrado
    y a la postre el escaparme he conseguido,
    de un privado que de todos se ha valido
    y un valido que de nada se ha privado».[73]
    • Nota: No son auténticas palabras de Francisco de Quevedo, sino el diálogo que Enrique Jardiel Poncela dio al personaje en una comedieta.
  • «Hoy hacen amistad nueva
    más por Baco que por Febo
    don Francisco de Que-Bebo
    y Félix Lope de Beba».[74]
  • «Don Francisco en ygual peso
    veras y burlas tratays,
    acertado aconsejays,
    y a Don Pablo hazeys trauiesso:
    Con la Tenaza confiesso,
    que sera Buscon de traça
    el llevarla no encabeça
    para su conseruación,
    que fuera espurio Buscon
    si anduuiera sin Tenaza».[75]
    • Luciano, amigo de Quevedo. Décima ("A don Francisco de Queuedo") en el prólogo de El Buscón.

Referencias

  1. Palomo Triguero (2013), p. 158.
  2. 2,0 2,1 2,2 2,3 Quevedo (1852), p. 330.
  3. Palomo Triguero (2013), p. 114.
  4. Roncero López, Victoriano; Duarte, J. Enrique. Quevedo y la crítica a finales del siglo XX, Ediciones Universidad de Navarra, 2002, p. 58.
  5. Eusebio, Sebastián Arribas. Enciclopedia básica de la vida. Cultivalibros. 2010. ISBN 978-84-99233-42-0, p. 420.
  6. Gómez de Quevedo y Villegas, Francisco; Ochoa, Eugenio de. Obras escogidas (de D. Francisco de Quevedo y Villegas): obras serias: obras jocosas; obras poeticas. Carta a don Diego de Villagomez. Editor Baudry, 1842, p. 360.
  7. Quevedo, Francisco de. Migajas sentenciosas. Obras completas en prosa. Madrid. Editorial Aguilar. 1981, p. 1133.
  8. García Gibert, Javier. La «humanitas» Hispana: Sobre el humanismo literario en los siglos de oro. Ediciones Universidad de Salamanca, 2010 ISBN 978-84-78002-02-3, p. 120.
  9. Commynes, Philippe de. Las memorias... de los hechos y empressas de Louis undecimo Carlos octavo, reyes de Francia, publicado después de su muerte en 1643, p. 130.
  10. Quevedo (1772), Tomo II, p. 393.
  11. Quevedo, Francisco de. El parnaso español; o Las nueve musas de don Francisco de Quevedo Villegas... Editorial Zaragoza, Carranque, Delgado y cia, 1886. Página 359.
  12. Palomo Triguero (2013), p. 175.
  13. Cervera, César. «¿Cuál fue el origen de la hostilidad de Francisco de Quevedo hacia los catalanes?» 23 de octubre de 2014. ABC.
  14. Palomo Triguero (2013), p. 26.
  15. Palomo Triguero (2013), p. 34.
  16. Garcia Serrano, Jaime. Sea Usted una computadora humana. Editor LibrosEnRed, 2004. ISBN 978-98-75610-86-6, p. 116.
  17. Palomo Triguero (2013), p. 38.
  18. 18,0 18,1 Herrán, Andrea; Santos, Modesto. Sentencias político-filosófico-teológicas: (en el legado de Antonio Pérez, Francisco de Quevedo y otros): del tacitismo al neoestoicismo. Anthropos Editorial, 1999. ISBN 84-7658-557-8, p. 117.
  19. Herrán, Andrea; Santos, Modesto. Sentencias político-filosófico-teológicas: (en el legado de Antonio Pérez, Francisco de Quevedo y otros): del tacitismo al neoestoicismo. Anthropos Editorial, 1999. ISBN 84-7658-557-8, p. 124.
  20. 20,0 20,1 Gómez de Quevedo y Villegas (1764), p. 41.
  21. Palomo Triguero (2013), p. 123.
  22. Gomez de Quevedo y Villegas, Francisco. Obras: Tomo VI. Madrid, 1791. Imprenta de Don Antonio de Sancha, p. 323.
  23. Palomo Triguero (2013), p. 145.
  24. Palomo Triguero (2013), p. 67.
  25. Palomo Triguero (2013), p. 282.
  26. VV. AA. Curiosidades históricas de España. Editorial Litres, 2017. ISBN 978-5-17-085099-0, p. 38.
  27. Sefchovich, Sara. El cielo completo: Mujeres escribiendo, leyendo. Editorial Oceano, 2015. ISBN 978-6-07-735742-1.
  28. Velasco, Teresa. Cartografía de un poema. Editorial Seleer. ISBN 978-8-49-455339-4, p. 81.
  29. 29,0 29,1 Quevedo (1772), Tomo IV, p. 355.
  30. Palomo Triguero (2013), p. 51.
  31. Quevedo (1772), Tomo II, p. 256.
  32. Gómez de Quevedo y Villegas, Francisco; Ochoa, Eugenio de. Obras escogidas (de D. Francisco de Quevedo y Villegas): obras serias: obras jocosas; obras poeticas. Carta a don Diego de Villagomez. Editor Baudry, 1842, p. 7.
  33. Quevedo (1772), Tomo II, p. 220.
  34. Quevedo (1772), Tomo II, p. 458.
  35. Palomo Triguero (2013), p. 226.
  36. Quevedo (1859), p. 101.
  37. Quevedo (1772), Tomo II, p. 432.
  38. 38,0 38,1 Palomo Triguero (2013), p. 76.
  39. Quevedo (1772), Tomo II, p. 361.
  40. Gómez de Quevedo y Villegas, Francisco; Ochoa, Eugenio de. Obras escogidas (de D. Francisco de Quevedo y Villegas): obras serias: obras jocosas; obras poeticas. Carta a don Diego de Villagomez. Editor Baudry, 1842, p. 403.
  41. Palomo Triguero (2013), p. 174.
  42. Ramírez Mota, Victor. El amor es libertad. Publicaciones Paulinas, S.A. de CV, México, ISBN 968-437-155-1, p. 83.
  43. Palomo Triguero (2013), p. 84.
  44. Caballero Méndez, Rubén. POET@NET, Poetas en la Red. Editor Lulu.com. ISBN 978-132-685-518-511-4, p. 114.
  45. Quevedo (1859), p. 138.
  46. Quevedo y Villegas, Francisco. Gracias y desgracias del ojo del culo (1580-1645). Ediciones Mister Clip. ISBN 978-151-192-797-0, p. 11.
  47. Bol, Cecilio, Ollirum Leugimmis. Conversaciones con ellos. Editorial Bubok, 2010. ISBN 978-84-9981-217-5, p. 139.
  48. Gómez de Quevedo y Villegas (1764), p. 416.
  49. Bosch, María José. La danza de las emociones: Vives como sientes. Editorial EDAF, 2009. ISBN 978-8-44-142117-2, p. 76.
  50. Gómez Pérez, Rafael. Decadencia y esperanza: claves para entender este tiempo. Ediciones Rialp, 2007. ISBN 978-8-43-213652-8, p. 38.
  51. Quevedo (1852), p. 102.
  52. Villamarín Pulido, Luis Alberto. Superación Personal: Tesoro de la sabiduría, Tomo I, Volumen 2 de Elementos de autosuperación. Editor Luis Villamarin, 2015. ISBN 978-1-49-930144-1, p. 91.
  53. Cardona Andújar, José. Saber docente desde la pedagogía poética. Editorial UNED. 2016. ISBN 978-8-43-627107-2.
  54. Palomo Triguero (2013), p. 291.
  55. Quevedo (1772), Tomo IV, p. 2.
  56. 56,0 56,1 Rioyo, Javier. «El Retiro.» 22 de marzo de 1994. El País. Consultado el 28 de septiembre de 2019.
  57. Quevedo, Francisco. Obras de don Francisco Quevedo Villegas, Caballero del Hábito de Santiago y Señor de la Villa de la Torre de Juan Abad. Tomo II. Por don Joachín Ybarra, Impresor de cámara de S.M. Madrid, 1772, p. 672.
  58. Quevedo (1772), Tomo IV, p. 265.
  59. Palomo Triguero (2013), p. 158.
  60. Quevedo (1772), Tomo II, p. 256.
  61. Quevedo (1772), Tomo IV, p. 107.
  62. Pozuelo Yvancos, José María. La invención literaria: Garcilaso, Góngora, Cervantes, Quevedo y Gracián. Volumen 339 de Estudios filológicos. Ediciones Universidad de Salamanca, 2014. ISBN 978-84-90123-85-0, p. 103.
  63. 63,0 63,1 Palomo Triguero (2013), p. 52.
  64. Quevedo (1772), Tomo IV, p. 264.
  65. Martínez Vera, Ester. Segunda parte. Ediciones Noufront. 2010. ISBN 978-84-92726-37-0, p. 1.
  66. Sarmiento, J. M. Mil y un frases célebres. Planet House Editorials, 2016.
  67. Herrán, Andrea; Santos, Modesto. Sentencias político-filosófico-teológicas: (en el legado de Antonio Pérez, Francisco de Quevedo y otros): del tacitismo al neoestoicismo. Anthropos Editorial, 1999. ISBN 84-7658-557-8, p. 50.
  68. Mut, Vicente. El principe en la guerra, y en la paz: copiado de la vida del Emperador Iustiniano por Don Vicente Mut, sargento mayor de Mallorca. Publicacado en Madrid: por Iuan Sanchez: acosta de Pedro Garcia de Sodruz mercader de libros en la calle Mayor, véndese en su casa, 1640.
  69. Herrán Santiago, Andrea; Santos López, Modesto. Migajas sentenciosas: Sentencias erróneamente atribuidas a Quevedo, sus autores y su contextualización. Editorial Agilice digital, S. L. ISBN 978-84-16178-09-4.
  70. Quevedo, Francisco de. Antología poética comentada. Edición de Fernando Gómez Redondo. Editorial EDAF, 2004. ISBN 978-84-41414-73-0, p. 34.
  71. Eusebio, Sebastián Arribas. Enciclopedia básica de la vida. Cultivalibros. 2010. ISBN 978-84-99233-42-0, p. 420.
  72. Palomo Triguero (2013), p. 168.
  73. Jardiel Poncela, Enrique. Obras completas, Volumen 3. Editorial Ahrmex, 1960, p. 60.
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Bibliografía

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  • Quevedo, Francisco; Fernández-Guerra y Orbe, Aureliano. Obras de don Francisco de Quevedo Villegas: coleccion completa, corregida, ordenada e ilustrada, Volumen I. Editorial M. Rivadeneyra, 1852.
  • Quevedo, Francisco; Fernández-Guerra y Orbe, Aureliano. Obras de don Francisco de Quevedo Villegas: coleccion completa, corregida, ordenada e ilustrada, Volumen 48, 2.ª Edición. Editorial M. Rivadeneyra, 1859. En Google Books.
  • Quevedo, Francisco de; Tarsia, Pablo Antonio de. Obras de don Francisco de Quevedo y Villegas. El parnaso español, monte en dos cumbres dividida con las nueve musas castellanas. Madrid, 1772. Por don Joachín Ybarra, Impresor de cámara de S.M.