Diferencia entre revisiones de «Alfonsina Storni»

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Alfonsina Storni Martignoni
«Bravo león, mi corazón tiene apetitos, no razón».
«Bravo león, mi corazón
tiene apetitos, no razón».
Véase también
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Alfonsina Storni Martignoni (Sala Capriasca, Suiza; 22 o 29 de mayo de 1892 – Mar del Plata, Argentina; 25 de octubre de 1938) fue una poetisa y escritora argentina del modernismo.

Citas de poemas

  • «Ah, me resisto, mas me tienes toda,
    tú, que nunca serás del todo mío».
    • Fuente: Tú, que nunca serás.
  • «Alma: ¿Dónde está el oro aquel que viste?
    Todo ha cambiado cuando estuvo enfrente;
    Mis ojos tocan realidad tan triste
    Que digo: es el presente».
    • Fuente: Languidez.
  • «Baja: mi corazón te está pidiendo.
    Podrido está; lo entrego a tus cuidados.
    Pasa tus dedos blancos suavemente
    sobre él».
    • Fuente: Palabras manidas a la luna.
  • «¿De qué desierto antiguo eres memoria que tienes sed y en agua te consumes y alzas el cuerpo muerto hacia el espacio como si tu agua fuera la del cielo?».
  • «Gimen porque nace el sol. Gimen porque muere el sol...Todo está allí, apretado en la cuenca, donde, pájaro quieto, aguarda».
  • «Hombre pequeñito que jaula me das. Digo pequeñito porque no me entiendes, ni me entenderás. Tampoco te entiendo, pero mientras tanto ábreme la jaula que quiero escapar. Hombre pequeñito, te amé media hora, no me pidas más».
  • «La primavera dulce que me enseñara a amarte, la primavera misma que me ayudó a lograrte».
  • «Oh, muerte, yo te amo, pero te adoro, vida... Cuando vaya en mi caja para siempre dormida, haz que por vez postrera penetren mis pupilas el sol de primavera».
  • «Porque mi alma es toda fantástica, viajera, y la envuelve una nube de locura ligera cuando la luna nueva sube al cielo azulino».
  • «¿Qué mundos tengo dentro del alma que ha tiempo vengo pidiendo medios para volar?».
  • «Que un no ser, que es un más ser, doblado, prendido estás aquí y estás ausente por praderas de magias y de olvido».
  • «¿Recuerdas tú? La casa era un arrullo, un perfume infinito, un nido blando: nunca se dijo la palabra cuando. Se decía, muy quedo: mío y tuyo».
  • «Se hacen tus ojos demasiado azules, cubren tus manos impalpables tules y algo divino te levanta en vuelo».
  • «Sé la frase que encanta y que comprende, y sé callar cuando la luna asciende enorme y roja sobre los barrancos».
  • «Seré en tus manos una copa fina pronta a sonar cuando vibrarla quieras... Destilarán en ella primaveras, reflejará la luz que te ilumina. Seré en tus manos una copa fina».
  • «Sobre los tanques frescos de los sapos los grillos mueven verdes batallones».
  • «Sólo el hombre, pequeño, cuyo humano latido en la tierra es un sueño, ¡Sólo el hombre hace ruido!».
  • «Un día habré dormido con un sueño tan largo que ni tus besos puedan avivar el letargo. Un día estaré sola, como está la montaña entre el largo desierto y la mar que la baña».
  • «Un día, suavemente, con sus corteses modos, hizo el hombre la jaula para encerrarte allí. Y ahora te contempla, apoyado de codos, sobre el hierro prudente que lo aparta de ti».
  • «Una fase brutal te corta el paso y aún rezas y no sabes si el que empuja te arrolla sierpe o ángel se despliega».
  • «Una mano invisible acaricia calladamente la pulpa triste de los mundos rodantes. Alguien, a quien no comprendo, me macera el corazón de dulzura».
  • «Una mística flor, técnica y fría, que el pomo de colores, semillero de seres planos que el dibujo alienta, si bien terrestre, de un trasmundo viene».
  • «Vueltas y vueltas doy por esas calles; por donde quiera, me siguen las paredes silenciosas, y detrás de ellas, en vano saber quiero si los hombres mueren o sueñan».
  • «Y cigarras sonoras, y piedras calcinadas, se asoman a mis largas siestas, sin que concluya este lento desfile de puntos por mis manos. Y a ratos, en el aire que impregnan los manzanos, van y vienen dos frases: Eres mía. Soy tuya».
  • «¿Y vendrás tú? Se cubren alegras, mis floreros de madreselvas. Anda por los largos canteros la risa azul del no me olvides y se cargan las vides».
  • «Y yo no tendré miedo de morenas ni rubias, pues cerraré los ojos y te diré: soy tuya».

Referencias