Diferencia entre revisiones de «Gregorio Marañón»

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Revisión del 14:15 28 mar 2019

Gregorio Marañón
«Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir, y no dormir sin soñar. Descansar, es empezar a morir».
«Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir, y no dormir sin soñar. Descansar, es empezar a morir».
Véase también
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Gregorio Marañón y Posadillo (Madrid, 19 de mayo de 1887-ibidem, 27 de marzo de 1960) fue un médico endocrino, científico, historiador, escritor y pensador español, cuyas obras en los ámbitos científico e histórico tuvieron una gran relevancia internacional.

Citas

  • «Aquí está el secreto de la insensatez del feminismo. Cuando la mujer pretende igualarse socialmente al varón, es evidente que todo lo que gana en influencia externa lo pierde en influjo íntimo sobre el hombre. La mujer emancipada ha dejado de ser la posible esclava del varón, Pero a la vez ha dejado de ser también su posible dueña. Se ha convertido secillamente en su rival, negocio en el que la mujer, casi siempre, sale perdiendo». [1]
  • «Aunque la verdad de los hechos resplandezca, siempre se batirán los hombres en la trinchera sutil de las interpretaciones».[sin fuentes]
  • «El escudo con el que yo soñaría: El fin no justifica los medios».[sin fuentes]
  • «El libro bueno es el amigo que todo lo da y nada pide. El maestro generoso que no regatea su saber ni se cansa de repetir lo que sabe. El fiel transmisor de la prudencia y de la sabiduría antigua. El consuelo de las horas tristes. El que hace olvidar al preso su cárcel y al desterrado su nostalgia. El sedante de los grandes afanes, que va dondequiera que vayamos con nuestro dolor. El mentor de las grandes decisiones. El que ablanda el corazón en los momentos de dureza, o nos vigoriza cuando empezamos a flanquear. Y después de ser todo esto, tiene la soberana grandeza de no hipotecar nuestra gratitud. Una vez leído lo volvemos sencillamente al estante, o lo dejamos olvidado en el asiento de un tren. Es igual. Ni nos guardará rencor si no se lo hemos agradecido».[sin fuentes]
  • «El médico, en la guerra, es el único que no quiere matar, el único para quien no existe el enemigo, porque no hay enemigo capaz de esconderse dentro de un hermano».[sin fuentes]
  • «El progreso de los hombres es siempre aspiración a la universalidad».[sin fuentes]
  • «En este siglo acabaremos con las enfermedades, pero nos matarán las prisas».[sin fuentes]
  • «En medio del clamor de los aplausos, el hombre inteligente cerrará los ojos, y con la mente pedirá a los que le aclaman: ¡Perdón por haber vencido!».[sin fuentes]
  • «Es más fácil morir por una idea, y aún añadiría que menos heroico, que tratar de comprender las ideas de los demás».[sin fuentes]
  • «Es posible que en ninguna otra época de la historia haya estado el destino de los pueblos tan en manos de la mujer como en la de los Césares; y la razón es que entonces alcanza uno de sus momentos culminantes la categoría legítima de la mujer, la maternidad». [1]
  • «La ciencia, a pesar de sus progresos increíbles, no puede ni podrá nunca explicarlo todo… Las rayas fronterizas del saber, por muy lejos que se eleven, tendrán siempre delante un infinito mundo de misterio».[sin fuentes]
  • «La librería de un hombre es también su retrato, y tan fino que no pueden igualarle ni los pinceles más exactos ni la pluma más penetrante y fiel del mejor biógrafo. Los libros que cada cual escoge para su recreo, para su instrucción, incluso para su vanidad, son verdaderas huellas dactilares del espíritu, que permiten su exacta identificación».[sin fuentes]
  • «La multitud ha sido en todas las épocas de la historia arrastrada por gestos más que por ideas. La muchedumbre no razona jamás».[sin fuentes]
  • «Mi respeto y mi amor por la verdad me obligan a reconocer que la República española ha sido un fracaso trágico».[sin fuentes]
  • «No hay nada bueno de lo que no se pueda abusar».[sin fuentes]
  • «No sabrás todo lo que valgo hasta que no pueda ser junto a ti todo lo que soy».[sin fuentes]
  • «Si una mujer responde a los deslices de su marido con obstinada virtud y además con un disimulo ostentoso de las faltas conyugales, es, casi siempre, porque porque es éste el doble precio de la captación de la voluntad de aquél; y, desde luego, indicio también de debilidad en el amor. Toda la vida afectiva y sexual de Livia da, además, la impresión de que padeció un defecto común a muchas mujeres ambiciosas, la frigidez. Desde la altura de la frigidez, la mujer intacta, invulnerable a la entrega generosa del alma que supone el verdadero amor, utiliza sus atractivos en pura ventaja para sus ambiciones». [2]
    • Nota: El autor está analizando el carácter de Livia, esposa del primer emperador romano, Augusto, y madre del segundo, Tiberio.
  • «Sólo el que sabe es libre y más libre el que más sabe. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas».
    • Nota: El autor de esta cita es Miguel de Unamuno; su lugar original en UNAMUNO, M. de, Pensamiento político, selección de textos y estudio preliminar de Elías Díaz, Madrid, Tecnos, 1965, pág. 213. La cita completa reza así: «La libertad no es un estado sino un proceso; sólo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe. Sólo la cultura da libertad. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas; no la de pensar, sino dad pensamientos. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura. Sólo la imposición de la cultura lo hará dueño de sí mismo, que es en lo que la democracia estriba».[sin fuentes]
  • «Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir, y no dormir sin soñar. Descansar, es empezar a morir».[sin fuentes]

Sobre la Guerra Civil

  • «Aunque en el lado rojo no hubiera un solo soldado ni un solo fusil moscovitas, sería igual: la España roja es espiritualmente comunista rusa. En el lado nacional, aunque hubiera millones de italianos y alemanes, el espíritu de la gente es, con sus virtudes y sus defectos, infinitamente español, más español que nunca».
  • «El liberal español unía al defecto común a todos los liberales del mundo, a saber, una ceguera de colores que sólo le permitía ver el antiliberalismo negro, pero no el rojo: la vieja tradición anticlerical».
  • «[...] el liberal sigue creyendo que Rusia es el país del progreso y de la libertad, casi la Meca del liberalismo».
  • «Éstos son los términos exactos del problema. Una lucha entre un régimen antidemocrático, comunista y oriental y otro régimen antidemocrático, anticomunista y europeo, cuya fórmula exacta sólo la realidad española, infinitamente pujante, modelará».
  • «La sublevación de Asturias en octubre de 1934 fue un intento en regla de ejecución del plan comunista de conquistar a España. (…) El movimiento comunista de Asturias fracasó por puro milagro. Pero dos años después tuvo su segundo y formidable intento».
  • «Mas lo que no admite duda es que las profecías de las derechas extremas o monárquicas que se oponían a la República se realizaron por completo: desorden continuo, huelgas inmotivadas, quema de conventos, persecución religiosa, exclusión del poder de los liberales que habían patrocinado el movimiento (…), negativa a admitir en la normalidad a las gentes de derecha que de buena fe acataron el régimen».
  • «¡Qué gentes! [en referencia a los dirigentes del bando «republicano»] Todo es en ellos latrocinio, locura, estupidez (...) Tendremos que estar varios años maldiciendo la estupidez y la canallería de estos cretinos criminales, y aún no habremos acabado. ¿Cómo poner peros, aunque los haya, a los del otro lado? (...). Y aun es mayor mi dolor por haber sido amigo de tales escarabajos».
    • Fuente: M. Rubio Cabeza, Los intelectuales españoles y el 18 de julio, 1975, Ediciones Acervo, p. 64.
  • «Si el lema de ‘Arriba España’, que hoy gritan con emoción muchos, muchos que no son ni serán fascistas, lo hubieran adoptado los del bando de enfrente, el tanto por ciento de sus probabilidades de triunfar hubiera sido, por este simple hecho, infinitamente mayor».

Referencias

  1. 1,0 1,1 Marañón, Gregorio. Tiberio: Historia de una ambición. 1ª edición. Editorial Espasa-Calpe Argentina, S.A., 1939. p. 120.
  2. Marañón, Gregorio. Tiberio: Historia de una ambición. 1ª edición. Editorial Espasa-Calpe Argentina, S.A., 1939. pp. 119-120.