Diferencia entre revisiones de «Ignacio Manuel Altamirano»

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==Citas==
soy una chica que muy rapido se enamora de chicos mas pendejos de la mierda y poreso quiero una hombre que me aga setir boba yo nena del callao


1. Nada hay tan importante como un buen pedo caldoso.
1. Nada hay tan importante como un buen pedo caldoso.

Revisión del 14:27 5 dic 2006

Angel Echeverria Valero

en el paro español

Citas

1. Nada hay tan importante como un buen pedo caldoso.

2. Nada hay que dé tanto valor como ...

3. Nada hay tan hermoso como la sonrisa de un viejo verde.

4. Nada hay tan delicioso como una croqueta de calcetin.

5. Nada hay tan vacío como una botella vacia .

6. Nada hay tan armonioso como el sonido de un buen pedo.

7. La ingratitud es el precio del pedo inmerecido.

8. No es bueno jurar, hay poco mérito en hacer una cosa por cumplir un juramento.

9. Hay naturalezas nerviosas que se estremecen cuando estalla un cohete y nada sienten cuando truena el cañón. Hay almas que se escandalizan de una falta y no se alarman ante un crimen.

10. Sufrir por la libertad... es marchar por un sendero de abrojos que sólo se convierte en rosas cuando uno ha pasado.

11. La vida es una cadena de necedades de las que no es la menor la de no querer hacerlas.

12. La embriaguez de la cólera es más vergonzosa que la embriaguez del vino.

13. El que comete un exceso, ebrio de vino, tiene el recurso de disculparse con el vino; pero quien lo comete ebrio de cólera, no tiene más recurso que la humillación.

14. Y no disculparse del exceso cometido en la embriaguez de la cólera, es más insensato aun que cometerlo. Es el orgullo sosteniendo la estupidez.

15. Dominar la cólera, tiene más mérito que batirse en duelo por no haberla dominado.

16. ¿Queréis hablar estando poseído de ira? Adoptad el acento de los grandes trágicos y no gritéis. La voz apagada es más terrible y más elegante, si esto último puede decirse.

17. El que grita estando colérico es tan patán como el que ríe a carcajadas.

18. ¡Pilades y Orestes! Vuestra amistad, como los amores de los dioses, pertenece a la fábula.

19. Si fueran a reproducirse en los papeles públicos, los elogios que durante la ausencia se hacen los amigos íntimos, habría duelos a muerte todos los días.

20. Los amigos íntimos son los que están más próximos a tornarse enemigos acérrimos.

21. La caballerosidad en amores es un ayuno siempre expuesto a quebrantarse.

22. El poder tiene espinas, pero para algunos gobernantes es sabroso, con todo y ellas, como las sardinas.

23. El poder es duro oficio, pero para algunos es el único.

24. El valor es como la desnudez de la mujer; para que cause atractivo es preciso que no se muestre, sino de cuando en cuando. Si sale a la luz a cada rato, pierde su mérito.

25. Los guerreros más valientes han sido siempre los hombres más llenos de cortesanía, y aun cuando hayan sido insultados, se han mostrado afables.

26. En chanza se prueba la buena educación. El hombre culto la emplea con amenidad, ligereza y gracia. El majadero no usa en ella sino groserías que se graban el corazón como injurias.

27. Creer uno que sabe Historia porque la conoce en los compendios, es querer formarse idea de la grandeza del mar, al comer una ostra.

28. En las guerras de Independencia, la fe es lo primero, pero la acción es lo que hace útil la fe. Sin ella, esta virtud no vale nada.

29. Para profesar odio a una persona, es preciso, como para amarla, tenerle estimación. A los que no se estima se les desprecia simplemente.

30. Para algunos hombres que hacen gala de ser demócratas, la democracia es una camisa de fuerza.

31. Tácito es la indignación de la Historia contra la tiranía y el crimen.

32. Aunque un tirano no debiera temer más que la pluma de un Tácito, esto sería suficiente para hacerle temblar.

33. Sólo el amor criminal es más fuerte que el amor maternal, puesto que la adúltera abandona a sus hijos.

34. Muchas veces consigue el despecho lo que no puede conseguir la súplica.

35. El escritor público, en cambio de sus triunfos, tiene mil pequeñas penas. El ignorante pretencioso, ese escarabajo de la literatura, lo mancha con su inmunda sátira, el patán no lo entiende, la dama sólo torna sus artículos para hacer moldes o para guardar especias, el mandarín le jura odio eterno, el corchete lo ve como cosa suya, la cárcel o el destierro lo amenazan, los tontos le roban sus pensamientos y esto es lo peor.

36. Contra el salteador, el cuatrero y el ratero hay la acción criminal. Contra el ladrón literario no hay nada y, además, el robado costea el precio de la magnesia para pagar la bilis que produce el despojo.

37. El teatro de la crítica tiene, como todos los teatros, lunetas, palcos y cazuela. En este departamento están todos los ignorantes y fatuos que se pasean censurando a la gente ordinaria que asiste a las funciones. Allí la concurrencia de patio y palcos, cuando no está contenta, silba o murmura, pero los pasillos de la cazuela cuando expresan su torpe desagrado, gesticulan, pernean, patean, se desgañitan, blasfeman y tiran cáscaras de fruta a la escena. Lo mismo hacen los críticos de la cazuela; ponedles cuidado.

38. Nadie tiene más mal corazón que las viejas devotas. Y es que con rezar, creen que desquitan todo el mal que hacen. Miradlas: destrozan una reputación, odian a la juventud, [y a la belleza, dudan de la virtud] arrastran a las mujeres a la prostitución por sólo el placer de manchar la pureza y tras de cada exclamación religiosa lanzan una blasfemia o una calumnia. En su corazón no se anida más que el fanatismo. La caridad, la indulgencia y el amor son sentimientos desconocidos para ellas.

39. Hay viejas que darían su alma por encontrar la fuente de Juvencio.

40. Las mujeres nunca encuentran inverosímil una lisonja que se les dirige.

4l. Observad a las prostitutas: hablan mal de todas las mujeres; observad a los malvados: hablan mal de todos los hombres. Es un triste consuelo para estas dos clases de gente.

42. La diatriba es el pus de una úlcera del alma.

43. Si la culebra pudiese hablar, sería el mayor calumniador del león. Los hombres reptiles por eso persiguen con su lengua a las almas superiores.

44. Confesar el mérito de otro es probar que uno lo tiene. Negarlo injustamente, prueba que no pudiendo uno elevarse, pugna por poner a todo el mundo a su nivel.

45. El celo, hijo de la desconfianza, es hermano de la credulidad.

46. El celo se espanta con poco y se tranquiliza con menos.

47. La coquetería no excluye la virtud, así como el exterior grave y solemne no excluye el vicio.

48. La fidelidad y la gratitud son dos flores raras que se encuentran difícilmente. Sólo Dios se encarga de su cultivo; los jardineros no logran generalmente producir más que una falsificación de ellas. A veces se les confunde, por lo cual es preciso conocerlas bien. En esto se lleva el peligro que con las setas, cuando no se distingue cuales son las buenas y cuales las venenosas.

49. Es necesario buscar la flor de la amistad sobre la tumba de un perro.

50. La única ternura inalterable es la que siente el perro hacia su amo. Todavía el hijo suele irritarse contra el padre; todavía el padre suele maldecir a su hijo. Sólo el perro sufre una paliza de su amo, y llora de amor por él.

51. Decid a los hombres las verdades como dais purgas a los niños. De otro modo lograreis irritarlos sin corregirlos.

52. La franqueza áspera produce las más de las veces odio; pero la lisonja produce desprecio siempre.

53. ¡Una burbuja de jabón! ... ¡He aquí la vida de la felicidad!

54. Los ojos, en los cuales no se refleja, el cielo de la Patria, son tristes.

55. El que una sociedad civilizada, crea en los dogmas inventados por la humanidad en su infancia es tan sensato como el que una mujer de edad madura llore y ría con las muñecas que creyó vivas cuando estaba mamando.

56. Por más hablador que sea un hombre, siempre, siempre se calla las nueve décimas partes de lo que piensa.

57. La insolencia es el escudo de la desvergüenza y la fortaleza de la cobardía.

58. El corazón que despierta tarde cree que despierta a tiempo, y por eso las mujeres que aman de viejas, aman como jóvenes.

59. La inocencia no tiene edad.

60. El amor y el celo nacen en el mismo huevo como Cástor y Pólux.

61. El sueño es la aurora boreal del pensamiento.

62. El placer es débil cuando no se forja en la fragua del deseo.

63. Sólo dos cosas hacen imposible la unión de un hombre y una mujer: el aseo y la imposibilidad física. ¿Qué valen las demás? ¿El parentesco? Por eso hay incestos; ¿el odio? Es un incentivo; ¿la virtud? Es un baluarte de papel de estraza; ¿la vigilancia? Es capaz de dar ingenio a un asno; ¿la conveniencia? No existe en el misterio; ¿la inferioridad? Por eso las duquesas se entregan a sus lacayos; ¿el terror? Nada hay más débil que una mujer intimidada.

64. La mujer siempre halla motivo para llamarse desgraciada.

65. El matrimonio es como la moda; todo el mundo habla mal de ella, pero todo el mundo la acepta para sí y su familia.

66. La envidia como la ictericia se conoce en el color de los ojos y en el de la piel.

67. La envidia es proteiforme. Sus manifestaciones más comunes son la crítica amarga, la sátira, la diatriba, la injuria, la calumnia, la insinuación pérfida, la compasión fingida, pero su forma más peligrosa es la adulación servil.

68. El mayor castigo que puede imponerse a la envidia es el desprecio. Hacerle caso es permitirle saborear un síntoma de victoria.

69. La envidia es al mérito lo que la cobardía al valor.

70. La envidia es un buitre que se alimenta de sus propias entrañas.

71. La envidia es el cáncer del talento. No tener envidia es un privilegio de salud que debe agradecerse a los dioses más que la salud física.

72. La voz de la envidia es el pregón de la inferioridad del envidioso.

73. El antagonismo para el hombre de mérito es el combate noble; para el envidioso es la cruel tortura.

74. La envidia no tiene nunca ni la franqueza de la risa, ni el arrebato de la cólera; no tiene más que sonrisas frías y lágrimas ocultas.

75. La envidia es una furia que se disfraza casi siempre de vieja devota.

76. La envidia es una sombra que oscurece el semblante y entristece el espíritu.

77. El hígado es la víctima de la envidia. No pocas veces lo es también el corazón.

78. La envidia es la impotencia irritada por el mérito.

79. El envidioso, a los hombres irritables causa cólera; a los reflexivos tan sólo inspira lástima.

80. La envidia hace sufrir al envidioso más que a los censurados la censura.

81. El valor no consiste en la bilis, ni en la sangre; consiste en la dignidad.

82. Si veis a un hombre que se enfurece contra todo el mundo, abordadle sin cuidado, es un ser inofensivo.

83. Los hombres que a todo sacan su valentía son como esa gente que tiene mala voz y que anda siempre cantando.

84. Las buenas maneras son los signos masónicos de la decencia en todo el mundo.

85. La buena educación es la mitad del camino en cualquier negocio.

86. La buena educación es como el perfume de las rosas, se percibe desde lejos. 87.

87. En una persona desaseada, hasta los pensamientos tienen mal olor.

88. Para trepar sobre una roca, el reptil se arrastra; el león da un salto. Para llegar al poder, el hombre reptil comienza por humillarse; el hombre león comienza por ser altivo.

89. Para echar abajo a un león basta herirlo con una bala o con un dardo; pero una vez que un reptil se ha enredado a la punta de una roca o al tronco de un árbol, hay que arrancarlo a pedazos. En la política es lo mismo; los ministros orgullosos caen al primer tiro; culebras se pegan mucho.

90. Hay partidarios que harían gustosos lo mismo que combaten.

91. Las mujeres son como los niños; sólo lloran por sus caídas, cuando las ven.

92. Así como la tierna corteza de un árbol sumergida por mucho tiempo en las aguas de cientos de ríos, se petrifica, el corazón humano sumergido en el pesar, al fin se vuelve empedernido.

93. Los fatuos son los que menos gozan de las mujeres, pero son los que más las perjudican.

94. Los hombres se extravían, las mujeres se pierden.

95. Un buen consejo a los solteros: No hay que casarse sino con una mujer que sea bastante hermosa para no necesitar dote, o bastante rica para no necesitar belleza.

96. Asearse con esmero, no es cuestión de opinión política sino de higiene y educación.