Diferencia entre revisiones de «Leopold von Sacher-Masoch»

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Leopold von Sacher-Masoch
"El hombre está bajo los pies de la mujer".
"El hombre está bajo los pies de la mujer".
Véase también
Biografía en Wikipedia.
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Obras en Cervantes Virtual.
Obras en el Proyecto Gutenberg (inglés).
Datos en Wikidata.
Esta página contiene citas de una persona fallecida hace 129 años.

Leopold von Sacher-Masoch (1836-1895) fue un escritor austríaco.

Citas

  • «La vida hace de nosotros lo que somos, en un instante imprevisible».[sin fuentes]
  • «Todos somos fácilmente explicables, pero permanecemos inextricables».[sin fuentes]
  • «El hombre está bajo los pies de la mujer».[sin fuentes]

Obras

La Venus de las pieles (1870)

  • «A despecho de todos los progresos de la civilización, la mujer está hoy tan atrasada como si saliera de manos de la naturaleza; tiene el temperamento de la fiera que, después de la impulsión que la domina, se muestra pérfida o fiel, cruel o generosa».
  • «Así es como sueñan ustedes la mujer moderna, mujercitas histéricas que en su camino de sonámbulas hacia un hombre ideal soñado no llegan a estimar al hombre mejor, y que, en medio de sus lágrimas y sus luchas, faltan diariamente a sus deberes cristianos, hoy engañadas y engañadoras mañana, siempre buscadas y eligiendo y siempre fracasadas en la elección de su amor. Esas mujeres ni son nunca dichosas ni dan la felicidad, acusando a la fatalidad siempre».
  • «Cuanto más fácilmente se entrega la mujer, más frío e imperioso es el hombre. Pero cuanto más cruel e infiel le es, cuanto más juega de una manera criminal, cuanto menos piedad le demuestra, más excita sus deseos, más la ama y la desea».
  • «El amor, que es la mayor alegría, la pureza divina misma, eso no les conviene a ustedes los modernos, hijos de la reflexión».
  • «El hombre acepta siempre los principios, mientras que la mujer sigue siempre sus impulsos».
  • «El hombre es el que solicita, la mujer es lo solicitado. Esta es su ventaja única, pero decisiva. La naturaleza le entrega al hombre por la pasión que le inspira, y la mujer que no hace del hombre su súbdito, su esclavo, ¿qué digo?, su juguete, y que no le traiciona riendo, es una loca».
  • «El hombre está bajo los pies de la mujer».
  • «El hombre y la mujer son enemigos por naturaleza, con los cuales el amor hace durante cierto tiempo un solo y mismo ser, capaz de una misma concepción, de una misma sensación, de una misma voluntad, para desunirlos luego más, y que el que no sepa sojuzgar al uno será pronto pisoteado por el otro».
  • «El juicio no sirve para el amor; ni preferencias, ni defectos descubiertos, provocan nuestra abnegación ni nos hacen retroceder asustados».
  • «En amor no hay yuxtaposición».
  • «En el amor, sólo uno debe tener el poder. Uno debe ser el martillo; el otro, el yunque. Yo acepto encantado ser el yunque».
  • «En la naturaleza solo se encuentra el amor de los tiempos heroicos, "cuando los dioses y las diosas se amaban". Entonces "el apetito seguía a la mirada, el goce al apetito". Todo lo demás es amanerado, afectado, falseado. En el Cristianismo, la cruz, el emblema de la cruz, espantable, tiene algo de extraño, de enemigo de la naturaleza y sus inocentes impulsiones. La lucha del alma contra el mundo sensual es el evangelio del mundo moderno».
  • «Hay hombres que emprenden una cosa y no la acaban nunca».
  • «La cruel felicidad de adorar a una mujer que hace de nosotros un juguete, de ser el esclavo de una hermosa».
  • «La naturaleza de la mujer es la volubilidad. La mejor cae momentáneamente en el fango, la peor se alza cuando menos se piensa hasta las nubes, hasta las acciones más nobles, y avergüenza a quien la desprecia. Ninguna es tan buena ni tan mala que no sea capaz a cada instante de los pensamientos, sensaciones y acciones más diabólicos o divinos, más infames o delicados».
  • «La naturaleza no ha hecho durables las relaciones del hombre y la mujer».
  • «Las mujeres no son ni tan buenas como dicen sus apologistas, ni tan malas como las pintan sus detractores».
  • «Las palabras de Goethe, ‘deberás ser yunque o martillo’, no tienen mejor aplicación que a las relaciones entre hombre y mujer. En la pasión del hombre reposa el poder de la mujer, y ésta sabrá aprovecharse de su ventaja si aquél no se pone en guardia. Solo queda escoger: tirano, o esclavo. Apenas se abandone, tendrá la cabeza bajo el yugo y sentirá el látigo».
  • «Nada puede excitar más que la imagen de una déspota bella, voluptuosa y cruel, arrogante favorita, despiadada por capricho».
  • «No escribo con tinta ordinaria, sino con la sangre escarlata que destila mi corazón, porque todas las llagas, hace tiempo cicatrizadas, se han vuelto a abrir, y mi corazón palpita y sufre, y acá y allá una lágrima cae sobre el papel».
  • «No lo olvides nunca: no confíes jamás en la mujer amada».
  • «Nunca estés seguro de la mujer a quien ames, porque la naturaleza de la mujer oculta más adversidades que te parece».
  • «Siempre uno es consigo mismo o muy amable o muy grosero».
  • «Si sobre la armonía de las ideas puede fundamentarse una unión, las pasiones proceden de los grandes contrastes».
  • «Solo se puede amar lo que está por encima de nosotros; una mujer que nos abruma por su belleza, por su temperamento, su alma, su fuerza de voluntad, que se muestra despótica para nosotros».
  • «Somos fieles en tanto que amamos; pero vosotros exigís que la mujer sea fiel sin amor, que se entregue sin goce».
  • «Sufro lo que usted no puede sospechar».
  • «Tan solo como esclavo podrías soportar que yo amase a otro. La libertad de placeres, a la manera del mundo antiguo, no puede concebirse sin esclavitud. Ha de ser una sensación casi divina ver ante si hombres arrodillados temblando».
  • «Toda tentativa para asegurar el amor, mediante ceremonias santas, juramentos y pactos perdurables en el cambio constante de la existencia humana, constituye un desastre».
  • «Yo sufro cada día más y ella no hace otra cosa que reír».