Diferencia entre revisiones de «Elias Canetti»
Contenido eliminado Contenido añadido
m r2.6.5) (robot Añadido: bg:Елиас Канети |
m r2.6.4) (robot Añadido: cs:Elias Canetti |
||
Línea 107: | Línea 107: | ||
[[bg:Елиас Канети]] |
[[bg:Елиас Канети]] |
||
[[cs:Elias Canetti]] |
|||
[[de:Elias Canetti]] |
[[de:Elias Canetti]] |
||
[[et:Elias Canetti]] |
[[et:Elias Canetti]] |
Revisión del 20:16 18 oct 2011
Elias Canetti (Rustschuk (ciudad del Imperio Otomano), ahora Ruse, la actual Bulgaria, 25 de julio de 1905 - Zúrich, 13 de agosto de 1994) Escritor y pensador en lengua alemana, Premio Nobel de Literatura en 1981.
Citas
- "Para los historiadores, las guerras vienen a ser algo sagrado; rompen a modo de tormentas saludables o por lo menos inevitables que, cayendo desde la esfera de lo sobrenatural, vienen a intervenir en el decurso lógico y explicado de los acontecimientos mundiales. Odio ese respeto de los historiadores por lo sucedido sólo porque ocurrió, sus falsas reglas deducidas a posterior!, su impotencia que los induce a postrarse ante cualquier forma de poder."
- "Me inclino ante el recuerdo, ante el recuerdo de cada ser humano. Y no oculto la aversión que siento ante todos los que se toman la libertad de intervenir quirúrgicamente en los recuerdos, hasta que se parezcan a los recuerdos de los demás." (1970).
- "Algunas personas poseen cualidades sencillas por las que uno estaría dispuesto a vender su alma"
- "Él la ama, pero, a pesar de esto, con ella es la persona más cautelosa del mundo"
- "No se puede odiar a nadie al que se le ha visto dormir".
- "Me he pasado la mejor parte de mi vida desenmascarando al hombre tal como aparece en las civilizaciones históricas. He analizado y desmenuzado el poder tan implacablemente como mi madre los pleitos de su familia. Hay pocas cosas malas que no tuviera que decir del ser humano y de la humanidad. Y, sin embargo, el orgullo que siento por ellos sigue siendo tan grande que sólo odio verdaderamente una cosa: su enemigo, la muerte.
- Fuente: La lengua salvada
- "Amor: una serpiente con dos cabezas que se vigilan sin cesar."
- "Nadie es más solitario que aquél que nunca ha recibido una carta."
- "Son mis ilusiones infantiles las que todavía me hacen decir si percibo una fisura en la coraza de un hombre: no todo está perdido, hace falta poco para hacer palpitar a ese corazón detenido."
- Insoportables, los que siempre se creen auténticos.
- ¡Qué apocado ha de ser el que no soporta el dolor del otro!
- Nadie sabe lo que es bueno. Sabemos lo que sería mejor
- ¡Cuantas injusticias cometemos, para ser justos una vez!
- La muerte es mi plomada, y me afano desesperadamente por no perderla.
- El viejo muerde con los años en vez de con los dientes.
- Entonces desaparecieron todos los motivos y ya nada tenía explicación.
- Toda muerte rompe la cohesión de la intrincada red que es el mundo.
- Amo demasiadas cosas. Debería amar todavía más.
- Y si no hicieras nada más que escribir tu vida, toda tu vida, al menos la habrías creado.
- Hay que defenderse de todo lo que somos, pero de tal manera que no lo destruyamos.
- Sucumbiré, se que sucumbiré, pero puedo decir que me he resistido contra ello toda una vida. Si no me hubiera resistido toda una vida, importaría poco que también yo haya de sucumbir.
- ¿Podríamos tener aún esperanzas para el pasado?
- La indignidad del ataque nos confiere dignidad.
- Que uno espere sobrevivir a todos es el pecado capital.
- No es viejo, aún odia la muerte, nunca será viejo, siempre odiará la muerte.
- Nubes de palabras usadas, ¿qué lluvia van a dar?
- Es inútil, no tiene sentido, incluso es despreciable dar por perdida a la humanidad.
- Se puede desear mucho y siempre será demasiado poco. Pero lo que deseamos poseer siempre es demasiado.
- Sigo sin saber por qué se ama a un hermano más que a cualquier otro hombre.
- Dos clases de hombres: Los reacios a la confesión y los confesantes apasionados.
- El que lucha por conservar la fama está perdido. Lo que importa es la eficacia de las ideas, nada más.
- De cada daño que sufren los que amamos brota un mar de ternura.
- Una ofensa tiene valor exactamente en la medida en que te obliga a reflexionar.
- Porque podría ser que algunos historiadores quisieran conservar aquello que los poderosos han destruido.
- No son los pensamientos más profundos los que actúan más duraderamente sobre el mundo.
- Una convicción nunca se acaba, hay que llevarla al abrevadero.
- El superviviente que ya no conoce a nadie. ¿Es verdaderamente un superviviente?
- Cuando adviertas que alguien no te quiso bien, investiga primero qué fue lo que lo disgustó en ti. Puede que tuviera razón.
- Uno podría pasarse la vida reflexionando sonbre si mismo, y no darse cuenta de que no lo merece.
- Ellos no comprenden que la patria de él está dondequiera que haya estado y donde todavía desee estar.
- Desde que sabe que va a morir, no mira ya a nadie a la cara.
- Dios, ¿Cómo has soportado tu creación?
- Las utopías fenecidas. ¡Qué tiempos, cuando aún podías cuidarlas y mimarlas!\\
- ¿Volverá otra vez ese tiempo, en el que no se teme a las utopías?
- La palabra más imprecisa de todas: "yo".
- El que supera la alabanza, la merece.