Diferencia entre revisiones de «Miguel Hernández»
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Revisión del 18:15 29 sep 2009
Miguel Hernández Gilabert 30 de octubre de 1910 Orihuela, Alicante, (España)- 28 de marzo de 1942 Alicante (España). Poeta y dramaturgo de especial relevancia en la literatura española del siglo XX.
Citas
- "Difíciles barrancos de escaleras,
- calladas cataratas de ascensores,
- ¡qué impresión de vacío!,
- ocupaban el puesto de mis flores,
- los aires de mis aires y mi río."
- Fragmento del poema El Silbo de Afirmación en la Aldea, en referencia a los edificios de las ciudades.
- "Las armas que más brillan en mis manos y con ellas tengo que transformar la vida."
- Nota: definición que daba el autor acerca de su teatro y poesía.
- "Tristes guerras si no es amor la empresa. Tristes, tristes.
- Tristes armas si no son las palabras. Tristes, tristes.
- Tristes hombres si no mueren de amores. Tristes, tristes."
- Cancionero y romancero de ausencias
- "Adiós, hermanos, camaradas y amigos
- Despedidme del sol y de los trigos"
- Miguel, en los muros de la cárcel de Alicante, poco antes de morir.
- "Aunque el otoño de la historia cubra vuestras tumbas con el aparente polvo del olvido,
jamás renunciaremos ni al más viejo de nuestros sueños"
- "Quien se para a llorar, quien se lamenta contra la piedra hostil del desaliento,
quien se pone a otra cosa que no sea el combate, no será un vencedor, será un vencido lento."
- "¿Qué poco vale uno ya! Hasta las ratas se suben a ensuciar la azotea de los pensamientos. Esto es lo que hay de nuevo en mi vida: ratas. Ya tengo ratas, piojos, pulgas, chinches, sarna. Este rincón que tengo para vivir será muy pronto un parque zoológico, o mejor dicho, una casa de fieras...".
- "Muchos tragos es la vida y un solo trago es la muerte"
- ¿Quién habló de echar un yugo
- sobre el cuello de esta raza?
- ¿Quién ha puesto al huracán
- jamás ni yugos ni trabas,
- ni quién al rayo detuvo
- prisionero en una jaula?
- Asturianos de braveza,
- vascos de piedra blindada,
- valencianos de alegría
- y castellanos de alma,
- labrados como la tierra
- y airoso como las alas;
- andaluces de relámpagos,
- nacidos entre guitarras
- y forjados en los yunques
- torrenciales de las lágrimas;
- extremeños de centeno,
- gallegos de lluvia y calma,
- catalanes de firmeza,
- aragoneses de casta,
- murcianos de dinamita
- frutalmente propagada,
- leoneses, navarros, dueños
- del hambre, el sudor y el hacha,
- reyes de la minería,
- señores de la labranza,
- hombres que entre las raíces,
- como raíces gallardas,
- vais de la vida a la muerte,
- vais de la nada a la nada:
- yugos os quieren poner
- gentes de la hierba mala,
- yugos que habéis de dejar
- rotos sobre sus espaldas.
- Os alimenta el aire sangriento de un juzgado,
- de un presidio siniestro de abogados y jueces.
- Y concedéis, los pedos por audiencia de un lado,
- mientras del otro lado jodéis, meáis a veces.
- Retretes de elegancia, cagan correctamente:
- hijos de puta ansiosos de politiquerías,
- publicidad y bombo, se corrigen la frente
- y preparan el gesto de las fotografías.
- Temblad, hijos de puta, por vuestra puta suerte,
- que unos soldados de alma patética deciden:
- ellos son los que tratan la verdadera muerte,
- ellos la verdadera, la ruda vida piden.
- Putonas de importancia, miden bien la sonrisa
- con la categoría que quien las trata encierra: políticas jetudas, desgastan la camisa jodiendo mientras hablan del drama de la guerra.
- Venís de la Edad Media donde no habéis nacido porque no sois del tiempo presente ni el ausente.
- Os mata una verdad en el caduco nido:
- la que impone la vida del siempre adolescente.
- Sois mis enemiguitos: los del mundo que siento rodar sobre mi pecho más claro cada día.
- Y con un soplo sólo de mi caliente aliento,
- con este sólo soplo dicté vuestra agonía.
- Hemos de destrozaros en vuestras legaciones,
- en vuestros escenarios, en vuestras diplomacias.
- Con ametralladoras cálidas y canciones
- os ametrallaremos, prehistóricas desgracias.
- Porque, sabed: llevamos mucha verdad metida dentro del corazón, sangrando por la boca y os vencerá la férrea juventud de la vida,
- pues para tanta fuerza tanta maldad es poca.